Pdvsa esta obligada a indemnizar
a Exxon&Mobil y ConocoPhillips
■ Pdvsa corre el riesgo de perder el control de un envidiable punto de acceso al mercado de EEUU
Analistas consultados expresaron gran preocupación ante la operación propuesta por Chávez y dijeron que no sólo carece de sentido estratégico, sino que también pondría en riesgo la capacidad de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), de competir dentro del mayor mercado petrolero del mundo.
Coincidieron, no obstante, en que la operación podría estar siendo motivada por el riesgo de que los activos de Citgo sean embargados. La compañía acumula el 69 por ciento de la capacidad de refinación de Venezuela en Estados Unidos.
“En Venezuela parecen no haberse dado cuenta del impacto que una venta como esta tendría para la economía venezolana”, afirmó en Miami Juan Fernández, ex gerente de Planificación de PDVSA. “Chávez está destruyendo lo que ha sido uno de los mejores negocios de Venezuela”.
Desde Caracas, el experto petrolero venezolano José Toro Hardy coincidió.
“Eso es una barbaridad. Citgo es el principal brazo de comercialización de la industria petrolera venezolana. Sería un durísimo golpe para la economía del país”, expresó.
Los comentarios fueron emitidos en referencia a los recientes comentarios de Chávez de que quiere deshacerse de la filial estadounidense de PDVSA, empresa que procesa buena parte de los 900,000 barriles diarios que Venezuela envía a Estados Unidos.
Esas exportaciones –aunque vienen descendiendo desde los 1.24 millones de barriles diarios que fueron exportados en el 2005– siguen generando gran parte de los dólares que ingresan al país.
Citgo es un “mal negocio”, señaló Chávez en un discurso televisado. “Si la vendiéramos y colocásemos ese dinero en bancos, con los intereses habría dividendos”.
La intención de vender fue reiterada por el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, quien también atribuyó la iniciativa a la baja rentabilidad de la empresa con refinerías en Illinois, Louisiana y Texas.
“Citgo es un pésimo negocio. Es parte de esa política de internacionalización, que al igual que Ruhr Oel, fueron adquiridas para sacar del control del Estado venezolano esos activos”, comentó Ramírez, también presidente de PDVSA.
Los analistas no cuestionan que la rentabilidad de Citgo se haya venido a menos en los últimos años, situación que atribuyen a la mala administración.
Pero señalan que la importancia de la compañía no reside en el pago de dividendos que la empresa con sede en Houston, Texas, puede enviar a las arcas del gobierno, sino al posicionamiento que le da al crudo venezolano dentro del mercado estadounidense.
“El valor de estas refinerías es estratégico, no es un valor económico”, explicó en Miami el experto petrolero y profesor de la Universidad Internacional de Florida, Jorge Piñón, quien señaló que Citgo le garantiza a PDVSA un mercado cautivo dentro de Estados Unidos.
Piñón explicó que con la adquisición de Citgo a finales de los 80, PDVSA consiguió la envidiable “integración vertical” dentro del mercado estadounidense, que le daba control sobre el proceso desde que el crudo era explotado en el subsuelo hasta que sus productos eran vertidos en los tanques de gasolina de los automovilistas estadounidenses a través de más de 15,000 estaciones de servicio afiliadas.
Para consolidar esa integración, PDVSA tuvo que realizar cuantiosas inversiones para condicionar las refinerías a fin de que pudieran procesar el poco apetecido crudo pesado venezolano, que era de difícil colocación en una red mundial de refinerías principalmente diseñada para procesar crudo liviano.
Una eventual pérdida del control de esas refinerías podría dificultar la venta del crudo pesado venezolano, que constituyen el grueso de las reservas del país.
“Si PDVSA pierde el control de Citgo [y la empresa estadounidense optara por remplazar el suministro venezolano], ¿a quien más le van a dar ese crudo?”, preguntó Piñón, quien fue presidente de Amoco Corporate Development Company Latin America.
Ese escenario, sin embargo, podría no producirse de inmediato.
Los expertos coinciden en que una eventual venta –que Chávez dijo podría aportarle unos 10,000 millones de dólares a la nación– probablemente vendría acompañada de un contrato de suministro en la que PDVSA se comprometería a suministrar crudo al menos de cinco a siete años.
Pero cualquier cosa pudiera pasar después de ese período dependiendo del comprador, Según los analistas, podría tratarse de algún país petrolero interesado en adquirir las refinerías de Citgo para vender su propio crudo en Estados Unidos.
Toro Hardy señaló que aún cuando las condiciones dentro del mercado petrolero internacional podrían no ser actualmente las idóneas para la venta de la compañía estadounidense, uno de los países que podrían estar interesados es Arabia Saudita.
“Es el que está en capacidad de aumentar su producción, en la suficiente proporción, como para satisfacer las necesidades de abastecimiento de Citgo”, afirmó Toro Hardy. ‘‘Y Arabia Saudita podría estar interesada en comprar a Citgo para desplazar completamente a Venezuela de ese mercado”.
Otro potencial comprador podría ser Brasil, país que según la Agencia Internacional de Energía está en vías de superar a Venezuela como productor de crudo en los próximos cinco años.
Para los expertos, una eventual pérdida de espacio dentro del mercado estadounidense tendría devastadoras consecuencias en la economía venezolana, la cual a lo largo de los últimos 10 años se ha vuelto cada vez más dependiente de la renta petrolera.
Las reiteradas propuestas del gobierno de Chávez de remplazar a Estados Unidos como cliente, que es el que más cerca le queda y el que mejor le paga, por compradores fuera de la región, no tienen ningún sentido económico, recalcó Fernández.
Remplazar a Estados Unidos por China, por ejemplo, elevaría el tiempo de entrega desde los actuales cinco días que tarda el viaje desde la costa venezolana a la costa del Golfo, a más de 45 días. Y el costo del flete podría equivaler a un tercio del actual precio del crudo venezolano.
Enviar crudo a Belarús, país al que Chávez le acaba de prometer que suministrará el crudo que Rusia dejó de proveer por falta de pago, podría quitarle otros $30 a los $70 que Venezuela actualmente cobra por cada barril, precisó Fernández.
La falta de sentido económico en la operación ha llevado a algunos especular que Chávez está preparando la venta de la compañía, previendo que no saldrá bien de algunos de los litigios y procesos de arbitraje que Venezuela actualmente sostiene con empresas petroleras internacionales, cuyas propiedades en Venezuela expropió.
“Es muy probable que Venezuela y PDVSA tengan que indemnizar a Exxon [Mobil] y a ConocoPhillips, y como Chávez seguramente dirá: ‘Yo no voy a pagar eso’, pues habrá que ejecutar algunos activos, y el que más está a la mano es éste [Citgo]”, afirmó Fernández.
Otros comparten la misma opinión.
“Chávez puede ver la escritura en la pared”, declaró recientemente Connie Mack, representante republicano por la Florida, quien añadió que las relaciones entre Venezuela e Irán también ponen en riesgo a la industria petrolera venezolana.
“Hugo Chávez enfrenta potenciales penalidades por la expropiación de negocios estadounidenses, y más importante, porque Venezuela probablemente será encontrada culpable de violar las sanciones de Estados Unidos contra Irán. Acciones de ese tipo harían peligrar, justamente, el éxito de negocios del Estado venezolano en territorio estadounidense”, explicó Mack.
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