La imagen del primer mandatario solo podrá usarse bajo su autorización
Chávez adorna “obras inconclusas”
Desde el proyecto Guaire hasta el Cabletren de Petare, la imagen del Presidente está en anuncios que se hicieron y quedaron en promesas. Mediante un decreto, Hugo Chávez ordenó que no se use su rostro sin su autorización.
Está en las escuelas, en las autopistas, en las oficinas públicas, en las construcciones sin terminar, en las ventanas de sus fieles seguidores, en las riberas de un río Guaire, está, está, está… está en todas partes, incluso en La Colonia Tovar.
La imagen del presidente Hugo Chávez se ha vuelto omnipresente en la capital. A juzgar por las vallas que adornan la ciudad fue gracias a él que en el Metro de Caracas se incluyeron los vagones de la dignidad, o sin ir muy lejos, es gracias a Chávez que existe un proyecto de Línea 5 o de un Cabletren en Petare, a pesar de lo poco que han avanzado las respectivas obras de infraestructura.
Pero ahora, según establece el decreto 7.836, publicado en la Gaceta Oficial del N° 39.556, el nombre, imagen y figura del Presidente de la República podrá ser utilizada solo bajo su previa autorización.
Venezuela no es un país caracterizado por la modestia presidencial, sostiene el sociólogo Amalio Belmonte. No obstante, la pelea por el primer lugar de esta competencia por el culto a la imagen presidencial la encabezan, según Belmonte, Antonio Guzmán Blanco y el actual primer mandatario.
“El discurso de Chávez siempre ha estado basado en su persona. No sabemos cuál es la verdadera razón para que se tome esa medida de limitar el uso de su imagen, pero lo que sí está claro es que no le interesa asociarse con la ineficacia oficialista, con todas esas obras que se iniciaron y quedaron a medias”, explica el sociólogo.
Y en efecto, el nombre del presidente adorna un Guaire que sigue contaminado, en una canalización de una quebrada en Los Lanos que no llegó a nada o un mercado de buhoneros que no pasó a mayores en la esquina de La Bolsa, entre otros.
Medidas de este tipo no son tomadas a la ligera, opina por su parte el sociólogo Antonio Cova. Lo que no comprende el especialista es cómo se toma una medida de este tipo en un contexto en el que se habla y se demuestra una radicalización del gobierno. “Algo que pasa y no sabemos qué es”, dice.
BEATRIZ CRUZ SALAZAR | EL UNIVERSAL
miércoles 24 de noviembre de 2010
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