Nancy Pérez Sierra, ministra de la Mujer y la Igualdad de Género, reconoció que cuatro años
después de creada la Misión Madres del Barrio hay fallas en el acompañamiento de las beneficiarias.
“Llegó el momento de revisar la misión”
se desvirtuó objetivo del programa
El barrio Nazareno de Casalta II, en Catia, es un bastión de la Misión Madres del Barrio: hay más de 60 amas de casa inscritas en el programa y en toda la parroquia Sucre hay 4.010, la mitad de las beneficiarias en toda Caracas. Ese fue el lugar seleccionado para que la ministra de la Mujer y la Igualdad de Género, Nancy Pérez Sierra, hiciera un balance del proceso de censo y evaluación del programa social que se lleva a cabo esta semana.
Decenas de mujeres, unas con los hijos al cincho, esperan alrededor de El Bolivariano 2010, la empresa socioproductiva de Marisol Méndez, una beneficiada de la misión que logró abrir un negocio de productos de limpieza hechos por ella y otras madres. “Soy madre soltera y lo que hizo Marisol me da ánimos para meter mi proyecto”, dice Famaris Jiménez.
Las mujeres esperaban a Pérez Sierra con papelitos de peticiones y, también, con denuncias precisas. Dos veces fue interrumpida por lugareñas y sus desazones: Edulfa Arroyo, líder comunitaria, dijo en voz suficientemente alta para que todos la escucharan y luego aplaudieran que el Centro de Diagnóstico Integral de la zona tenía cinco años paralizado porque “la cooperativa se llevó los reales”. Señaló que al presidente Chávez le llevaron una foto tomada en un CDI ya construido en El Valle y le hicieron creer que era el inconcluso de El Nazareno.
La ministra la escuchó con atención y desenfundó un teléfono, con el cual hizo una llamada para tratar de solucionar el asunto. Colgó y siguió su camino.
“El Presidente pidió evaluar el proceso revolucionario para rectificar el rumbo en caso de que sea necesario. Estamos aplicando las tres R a la Misión Madres del Barrio para mejorar el impacto social. Ya tiene 4 años y llegó el momento de revisarla en beneficio de las madres que reciben asignación, pero que necesitan más impulso”, indicó la ministra.
Pérez Sierra reconoció que lo más difícil ha sido lograr que las mujeres den el salto largo de recibir la pensión a convertirse en empresarias sociales.
“Estas visitas nos permiten conocer las fallas. Una madre del barrio nos dijo que ya tienen una empresa socioproductiva, pero necesita un impulso. La idea es que el Estado las saque de esa situación de pobreza, pero ellas tienen que tener una actividad en las que se liberen de la dependencia económica del Estado, tener actividades productivas para ellas y para su comunidad. Esta es una misión hermosa, que sólo es posible en socialismo”.
Muchas de las amas de casa ya sobrepasaron, hace rato, el plazo para recibir el pago mensual (máximo un año) y se convirtieron en becadas. “Una vez que tienen una asignación no se les puede quitar, sólo cuando estén liberadas, con un ingreso propio”, dijo Pérez Sierra.
El censo servirá para depurar la misión y trazar caminos a futuro. El destino final será Miraflores. “Los resultados se le elevarán al Presidente de la República y es él, dentro del plan estratégico de la nación bolivariana, el que determinará por dónde va el rumbo, en qué línea de trabajo se debe ubicar a una u otra madre, qué actividad socioproductiva se va a realizar.
Hay unas ideas que vienen de él y hay proyectos que vamos recogiendo del pueblo”.
Recordó la funcionaria que entre 2007 y 2010 se han realizado 2.260 proyectos a un costo de 64 millones de bolívares en total. “Este año esperamos financiar un total de 1.198. Vamos a terminar con un presupuesto de 1,5 millardos de bolívares”, informó. Esto quiere decir que de un presupuesto inicial de 713,15 millones de bolívares otorgado por el Ministerio del Despacho de la Presidencia, el monto casi se duplicó gracias a los créditos adicionales.
El cielo se había encapotado y la ministra hablaba sobre el valor que le da a las mujeres el gobierno de Hugo Chávez. “Esta revolución tiene rostro de mujer”, afirmó. Una habitante del lugar aprovechó el simbolismo del discurso para dar la cara por ella y sus vecinas. “Si hablamos de derechos de la mujer, nosotros estamos siendo atropelladas por la policía de Caracas y el Cicpc. Queremos una orientación porque tenemos madres intimidadas y amedrentadas”. Pérez Sierra le explicó que la represión no era una política de este gobierno y le ofreció hacer otra llamada como la del CDI para informar sobre su caso. Las nubes anunciaban tempestades.
Siete Días | Ciudad
EL NACIONAL
Domingo 21 de Noviembre de 2010
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