De dos empresas que ofrecían blindaje en 2000, el número ha aumentado hasta 17 en
la actualidad, y contar con un servicio de escoltas puede llegar
hasta los Bs 17 mil mensuales.
El traslado en un auto blindado, al
aeropuerto o fiesta, es de Bs 1.500
Los riesgos a la seguridad de las personas se han incrementado en el país y van desde secuestros y robos a extranjeros que suben a Caracas desde el aeropuerto de Maiquetía, pasando por los plagios de los que son objetos hijos de comerciantes en distintas zonas de la capital.
Es a ese público al que le prestan servicio unas ocho empresas que ofrecen desde taxis blindados, hasta el diseño de esquemas de custodia para todos los miembros de una familia.
El director de una de las primeras compañías del ramo, que ha solicitado mantener su nombre en reserva, explica que ellos tienen 30 años en el negocio de custodia y que en los últimos diez los requerimientos de sus servicios se han incrementado por lo menos en 70%.
José Antonio Khliefat, presidente de PBG Servicios Ejecutivos, está certificado por la Asociación Internacional de Guardaespaldas, y tiene 15 años en el negocio. En los últimos 10 la demanda de sus servicios ha crecido más de 100%.
Para Khliefat una de las muestras de eso es que hace diez años había dos empresas de blindaje de carros en el país; hoy existen 17.
Esquemas de custodia:
La primera empresa consultada tiene tres tipos de esquemas de seguridad: Traslado seguro desde y hasta el Aeropuerto de Maiquetía; traslado seguro en la capital -incluso para llevar a jóvenes a una fiesta-, y diseño de esquemas de seguridad.
En los traslados estas empresa cuentan con un promedio de entre ocho y doce unidades con blindaje que van de grado 3 a 5, chofer, y un especialista en protección personal.
Sólo el traslado puede costar de 1.000 a 1.500 Bs. y en otros casos hasta 2.500 dependiendo del tipo de unidad blindada, el riesgo del objetivo: si es económico, político, o religioso; y si es necesario usar custodios motorizados de apoyo.
Quienes usan estos servicios suelen ser clientes corporativos internacionales, pues explican que han sido las trasnacionales las que han creado esta cultura de custodia. Pero también han comenzado a usarlos privados, muchos de los cuales tienen ellos mismos carros blindados, y solo usan los servicios de escoltas y los diseños de esquemas de seguridad.
Una de estas empresas prestan seguridad a siete grupos familiares. Su labor incluye estudios de custodia de las empresas familiares, residencias y las rutas que siguen a diario los integrantes de cada familia.
Un solo custodia especializado que preste un servicio a un cliente VIP puede costar entre 8 y 12 mil bolívares mensuales.
Khliefat dice que hay clientes VIP que tienen desde seis hasta 70 personas de custodia rotativa. Esos servicios pueden costar hasta 17 mil bolívares cada mes.
Además de atender a ejecutivos de transnacionales, el grupo PBG trabaja con cantantes que vienen a dar conciertos al país. Aclara que Venezuela es uno de los países de mayor riesgo en materia de seguridad, por ello embajadas como la de Estados Unidos recomiendan el uso de empresas de custodia a los ejecutivos de compañías.
Explica Khliefat que manejan esquemas de anillos de custodia abiertos, donde los escoltas están menos a la vista, y, para presidentes de algunas empresas, usan anillos cerrados, diseñados como si se tratara de un jefe de Estado.
Dentro de las actividades que se plantea la empresa que dirige Khliefat, desde enero de 2011, como parte de la labor social de la compañía, dictarán charlas en colegios sobre protección y lo que son drogas como la escopolamina (“burundanga”).
Policías escoltas:
En la nómina fija de algunas de estas empresas existen funcionarios policiales activos.
Una de las fuentes explicó que mantiene a cinco funcionarios activos de la Policía Metropolitana que, a su vez, entregan a su superior inmediato una suma de dinero porque le permita tener este “otro” trabajo. De hecho explican que esos funcionarios ya están listos para pasar a la nueva Policía Nacional Bolivariana, donde ya tienen listo el acuerdo para seguir en las funciones de seguridad privada que realizan.
Pero en medio del crecimiento de la seguridad privada, el director de una de estas empresas señala que, bien se podría trabajar con escoltas sin armas, siempre y cuando las personas asumieran la responsabilidad de su propia seguridad, siendo más conscientes de lo que hacen y estando más atentos.
Dice que ese significaría una disminución de los delitos, pues mientras el Estado resuelva los problemas de la seguridad pública, la labor de los ciudadanos debe ser evitar convertirse en una potencial víctima.
LAURA DÁVILA TRUELO | EL UNIVERSAL
domingo 21 de noviembre de 2010
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