La iniciativa se define como “herramienta liberadora de la comunicación en
el contexto de la guerra de cuarta generación”.

Juez José Ángel Rodríguez Reyes avala
programa del Gobierno del Distrito Capital

Al taller Excursión Fotográfica, que se realizó el 11 de noviembre en la biblioteca del Liceo Bolivariano Rafael Guinand de Caricuao, podía entrar todo el que quisiera. Incluso dos reporteros de El Nacional (aunque sólo por pocos minutos), hasta que la directora Miriam Gil los invitó a conversar en otro lugar.

Leonardo López, funcionario del Gobierno del Distrito Capital, y Alí Guevara, de Catia TV, hicieron lo posible por interesar a una veintena de muchachos en el uso de una cámara de video y fotografías.

Fue como un recreo de media hora. Al final, Paola Blanco, de 13 años de edad, dio su opinión: “Fue chévere”.

Jaser Nieves, estudiante de segundo año, tenía más que contar: “En la guerrilla hemos aprendido a hacer esténciles, audiovisuales, a trabajar con la radio, con cámaras. Estamos montando un programa en Caricuao TV. Es sobre hiphop”.

A simple vista, tal es el alcance del programa de formación de los Comandos de Guerrilla Comunicacional. El 12 de abril, la jefa de Gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Faría, juramentó a los primeros 75 guerrilleros de los liceos Rafael Guinand, Fermín Toro y Simón Rodríguez. Un día antes, el presidente Hugo Chávez se había referido al asunto: “Se debe realizar una gran ofensiva, utilizando los murales, el cine, el teatro, libros, cuentacuentos, medios alternativos, el arte, la cultura”.

De inmediato comenzó el debate sobre la presunta ideologización de los niños, niñas y adolescentes, en contra de lo establecido en el artículo 102 de la Constitución, que consagra la educación basada en el respeto a todas las corrientes del pensamiento.

Desde el liceo Rafael Guinand, Hernán Soto, de Caricuao TV, dio mayores explicaciones: “A mí me ha correspondido enlazar el Gobierno del Distrito Federal con los colegios, liceos y medios comunitarios de Caricuao. El liceo Francisco Fajardo también está incorporado. Además, está el programa Semilleros Comunicacionales que se desarrolla en las escuelas Tomás Vicente González y José Alberto Hernández Parra”.

Soto prefiere prescindir del termino guerrilla, aunque así figura en los documentos oficiales del Gobierno del Distrito Capital: “Hay una campaña mediática que intenta satanizar todo lo relacionado con los programas de comunicación popular. La verdad es que el objetivo es que los muchachos puedan analizar y comprender los mensajes de los medios de comunicación. Bajo ninguna circunstancia pretendemos imponer un pensamiento único; por el contrario, propiciamos el pensamiento crítico”.

En tribunales:

La polémica sobre las guerrillas comunicacionales se elevó a los tribunales. El 22 de abril, la Fundación de Derechos Civiles solicitó la suspensión del programa ante los tribunales de protección de niños, niñas y adolescentes.

Elenis Rodríguez, presidenta de Fundeci, alegó que la iniciativa del Gobierno del Distrito Capital constituye un adoctrinamiento que viola la prohibición de proselitismo político en las instituciones educativas.

“Nos preocupa que en este gobierno los jóvenes sean tomados como carne de cañón por unos irresponsables. Ninguno de los altos funcionarios desea ni permite que sus hijos o nietos se conviertan en guerrilleros comunicacionales, pero sí pretenden obligar a los hijos del pueblo a convertirse en militantes violentos”, afirmó Rodríguez.

El caso quedó a cargo del juez José Ángel Rodríguez Reyes, quien desestimó todas las pruebas presentadas por Fundeci. En contraste, convalidó todos los argumentos de los abogados de la Procuraduría General de la República, Dayana Alfonso Blanco, Zulia Maldonado y Christian Colson, que asumieron la representación del Gobierno del Distrito Capital.

El juez dio pleno valor probatorio a la documentación relacionada con el Plan de Trabajo 2010 de la Coordinación de Comunicación Popular Revolucionaria. Allí se señala: “Aun cuando se ha democratizado progresivamente el espacio radioeléctrico y el ejercicio de la comunicación, los aparatos de propaganda de la burguesía siguen teniendo alto impacto en un sector de la sociedad, y muy especialmente sobre la población juvenil-estudiantil; por lo tanto, es necesario impulsar políticas comunicacionales revolucionarias”.

También se precisa el concepto de guerrilla comunicacional como “estrategia de organización popular y herramienta liberadora de la comunicación en el contexto de la guerra de cuarta generación”.

Nada de ello inquietó al juez Rodríguez Reyes, quien determinó que el programa del Gobierno del Distrito Capital no constituye adoctrinamiento ni incitación al odio. Destacó que en el juicio quedó demostrado que los adolescentes que participan en las guerrillas comunicacionales lo hacen de manera voluntaria y con la autorización de sus padres o representantes.

En definitiva, el juez Rodríguez Reyes se convirtió en un promotor de las guerrillas comunicacionales y ordenó que se incluyeran “contenidos sobre derechos humanos, doctrina de protección integral y educación para la paz”. Incluso, sugirió que esos cursos sean impartidos a través de organizaciones no gubernamentales o consejos comunales con trayectoria o reconocimiento en el área, previa coordinación del Gobierno del Distrito Capital”.

Por: EDGAR LÓPEZ
Educación | Política
EL NACIONAL