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Thursday, November 21, 2024
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El Editorial: Los favoritos, Y los soles rojos

Los favoritos: Y los soles rojos

 

El anuncio de que Henry Rangel Silva será ascendido a general en jefe del Ejército nacional, después de sus declaraciones en las que afirmó que los militares no tolerarán otro gobierno que el de Hugo Chávez, completa la amenaza de golpe de Estado realizada una semana antes por el propio Presidente de la República. Deja claro, además, que el pronunciamiento del nuevo general de cuatro soles tiene todo su apoyo. La razón esgrimida es “para que le duela a los escuálidos”, la cual dudamos se encuentre contemplada en las normas castrenses. Pero subraya el rechazo a los afanes democráticos y electorales de la oposición y señala, de paso, cual es el nuevo favorito.

No debe alegrarse mucho el general Rangel Silva por haber sido ungido. En este régimen la condición de primer allegado ha resultado, las más de las veces, el preludio al beso de la muerte. En la tradición militar venezolana, se había olvidado la figura de general en jefe, el último de los cuales había sido el general López Contreras. Se consideraba que debía reservarse para héroes que hubieran brillado en situaciones extraordinarias. Pero ahora se consigue con unas declaraciones de prensa y la afirmación de absoluta sumisión y “casamiento” con el líder. El pago por tal humillación no suele, a mediano plazo, ser muy bueno.

El primer general en jefe nombrado por el actual presidente fue Lucas Rincón. Por razones aún desconocidas. Después de una luna de miel en la que fue comandante general del Ejército, ministro de Defensa y ministro del Interior, un buen día perdió el favoritismo y terminó en un agradable exilio dorado como embajador en Portugal, gozando de la buena mesa lusitana y guardando sus secretos.

El segundo general en jefe del régimen fue Raúl Isaías Baduel, quien le salvó la presidencia a Chávez, mientras éste último se confesaba y rezaba en La Orchila. También, durante su luna de miel fue comandante del Ejército y ministro de Defensa. Hasta que se le ocurrió opinar sin haber pedido permiso. Hoy está en la cárcel, juzgado, vilipendiado y expropiado.

De manera que ser el favorito de un personaje poderoso, egoísta y caprichoso puede ser un mal negocio, como también pueden atestiguarlo varios civiles, entre ellos dos destacados ex ministros de Interior y Justicia. Porque los elegidos pueden hacer públicas protestas de que se han “casado” con el líder, pero el líder no se casa con ellos. Una vez que los ha gozado durante una breve luna de miel, los desecha y vuelve al serrallo juvenil de sus ex alumnos de la Academia Militar, a los que rota a capricho con su consentimiento.

Por ello, cualquier felicitación al general Rangel Silva sería débil y efímera. Así como también la ponderación de sus declaraciones llamando a desconocer por la fuerza cualquier pronunciamiento popular adverso. Estas últimas han sido repudiadas hasta por el tonto José Miguel Insulza, secretario general de la OEA.


Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL

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