El narcotráfico: De los rojo rojitos
Las denuncias sobre el narcotráfico en Venezuela están poniendo muy nervioso al Gobierno porque ya no sólo se refieren a las decenas de toneladas de cocaína que pasan por aquí vía Europa o el Caribe, sino que identifican una vasta red de complicidades en los ámbitos civiles y militares rojo rojitos que le paran los pelos al más pintado. Se trata de denuncias que provienen de los cuerpos antidrogas de América y Europa, y también de acusaciones que lanzan los traficantes más famosos capturados en Colombia y México.
La prensa venezolana ha sido muy cuidadosa al tratar estas noticias porque es de tal magnitud lo que se denuncia que pareciera no compadecerse con la realidad. Pero, lamentablemente, al ser investigadas muchas de estas aseveraciones adquieren relevancia y certeza convirtiéndose en una expresión de dolor y rabia.
Ayer, el director de la Oficina Nacional Antidrogas, general Luis Reverol, anunció que había sido incautada la línea Aeropostal.
Según la ONA, la compañía aérea era propiedad del venezolano Walid Makled, preso en Colombia por narcotráfico y lavado de dinero, y a la espera de un pedido de extradición por parte de Venezuela y Estados Unidos.
Menuda sorpresa: mientras las autoridades rojo rojitas se desgañitaban anunciando una cruzada contra el narcotráfico, al mismo tiempo se le entregaba a Walid Makled la concesión para el manejo de Puerto Cabello. O alguien estaba ciego o existía una complicidad mayúscula para que esto ocurriera.
Pero no sólo eso: a Walid Makled se le dio la concesión para la distribución nacional de la urea, un componente específico para la agricultura, pero precursor del refinamiento de cocaína. Si esto constituye un delito ¿quiénes son los cómplices en el Gobierno y por qué no se les ha denunciado? Makled, según las agencias internacionales “ha implicado en acciones ilegales a diversas personalidades políticas venezolanas, entre ellas a un hermano del ministro del Interior, Tareck el Aissami. (…) También ha dicho que aportó por lo menos 2 millones de dólares en 2007 a la campaña del fallido referendo promovido por el presidente Hugo Chávez para aprobar la reelección continuada”. Tampoco esto se ha investigado como si quienes son mencionados fueran ilustres desconocidos.
El general Reverol arremete contra los medios y afirma que el Gobierno está preocupado porque “los periodistas llaman a Makled empresario y presunto narcotraficante”. Pues, general, lo primero es un hecho público y lo segundo depende ahora de un tribunal. Es como si a usted lo acusáramos de disponer en beneficio personal de los bienes incautados al narcotráfico sólo porque lo estarían investigando tanto la Contraloría como Interiores y Hacienda.
O que apresuradamente lo tildáramos de agente de la CIA por haber trabajado con el general Guillén Dávila cuando Estados Unidos pagaba el comando antidrogas de la Guardia Nacional.
Sería muy injusto con usted, general.
Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL
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