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Thursday, November 21, 2024
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El Editorial: La dignidad civil, Maza Zavala

Domingo Felipe Maza Zavala
(1922-2010)

 

Durante 88 años fue pacientemente hilvanando, desde una infancia dura y llena de dificultades, una vida que acaso pudiera definirse con una sola palabra: honestidad. A partir de ella derivó toda su acción como político (que lo fue y de manera admirable), como economista que nunca se dejó encerrar por cifras y documentos, sino que salió a la calle a divulgar entre los lectores esa ciencia económica tan hermética para el común de los mortales.

Honesto fue también Domingo Felipe Maza Zavala en la práctica inmediata y arriesgada del periodismo de izquierda en los tormentosos años sesenta y luego, también, en el ejercicio académico como decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, donde no sólo apoyó con entusiasmo numerosos proyectos de investigación, sino que dio impulso a un vasto plan de publicaciones para que esos estudios se divulgaran como nunca antes. Todavía hoy se le recuerda con su voz profunda y pausada bautizando tanto los libros de veteranos profesores como los de jóvenes investigadores.

Su labor parlamentaria no fue menor en importancia y trascendencia. Resultó electo diputado por el MAS por dos períodos y aceptó responsabilidades en las comisiones de Economía y Finanzas y en la reforma de la Ley del Banco Central en 1981.

En el Congreso se le tenía como referencia sensata, por encima de los oportunismos políticos y los vaivenes de la coalición entre partidos.

Sus amigos, sus colegas, los estudiantes y los periodistas lo llamaban a secas “doctor Maza”, con ese tono cercano que significaba empatía y respeto, admiración y confianza. Entre los reporteros de la radio, la televisión y la prensa era la persona que nunca dejaba de aceptar una llamada a la hora que fuera para aclarar algún punto económico que estuviera en el tapete. De similar manera se resistía a hablar cuando lo consideraba conveniente, pero igual atendía al periodista y le daba sus razones para no opinar. Jamás se ocultó tras una nube de asistentes o secretarias para bloquear el acceso a la prensa, como ocurre ahora con cualquier saltimbanqui rojo rojito, ignorante y guisador.

Su vida austera, sencilla y extremadamente apegada a los principios de solidaridad social fue y seguirá siendo un ejemplo para todos los economistas de este país porque nunca se doblegó a las exigencias del poder ni a los sectarismos de la política. Demostró que se puede ser maestro rural, profesor universitario, diputado al Congreso, decano en la UCV y miembro del directorio del Banco Central de Venezuela, sin bajar la cabeza ni arrodillarse vergonzosamente ante un sátrapa militar.

Este gobierno trata ahora de mostrarse como amigo de Maza Zavala. No lo fue en vida, porque nuestro amado profesor fue insultado en televisión por el presidente de la república en varias ocasiones. Incluso, en las paredes de la sede del BCV las bandas chavistas pintaron graffiti ofensivos contra este civil ejemplar.

Eso no se olvida.

Por: Redacción
Política | Opinión
EL NACIONAL