Foto archivo: María Estela Martínez de Perón y Massera, El 24 de Marzo de 1976.
Fue uno de los miembros de la Junta Militar
que asumió el poder tras el Golpe de 1976
Su rostro se convirtió en sinónimo del Terrorismo de Estado. Condenado por delitos de lesa humanidad, luego fue indultado. Su muerte ocurrió en el hospital Naval, donde estaba internado desde hace varios años. Emilio Eduardo Massera, uno de los integrantes de la Junta Militar que comandó el golpe de Estado de 1976, falleció hoy en el Hospital Naval donde permanecía internado. Tenía 85 años.
El ex almirante, poderoso jefe de su Fuerza, había sido condenado a cadena perpetua en 1985 por los crímenes durante la dictadura –asesinato, torturas, privaciones ilegales de la libertad y robo- e indultado por el ex presidente Carlos Menem en 1990. Volvió a la cárcel en 1998 por el delito de sustracción de menores. Y hace dos meses la Corte confirmó la nulidad de aquellos indultos, pero a raíz de que Massera estaba declarado incapaz por demencia se suspendieron las causas en su contra.
En 2002, el marino había sufrido un accidente cerebrovascular que lo postró.
Desde 2009, estaba siendo juzgado “en rebeldía” en Italia por el asesinato de tres ciudadanos ítalo-argentinos durante la dictadura: Giovanni Pegoraro y su hija Susana, madre de una niña nacida en cautiverio; y de Angela María Aieta, madre del dirigente peronista Juan Carlos Dante Gullo.
Junto a Jorge Videla, Massera es uno de los principales símbolos de la dictadura militar comenzada en 1976. El marino fue responsable de uno de los sectores más sanguinarios en la represión: tenía a su cargo, por ejemplo, el centro de detención ilegal de la ESMA (Escuela de Mecánica
de la Armada), por donde pasaron miles de argentinos desaparecidos, torturados y asesinados. Muchos fueron trasladados a su destino final en “vuelos de la muerte”, aviones desde donde se los arrojaba al mar.
De hecho, en el juicio a los comandantes realizado durante el gobierno de Raúl Alfonsín fue condenado a perpetua, reclusión por tiempo indeterminado e inhabilitación absoluta para ocupar cargos de por vida, Las razones: 83 homicidios calificados, 623 privaciones ilegales de la libertad, 267 aplicaciones de tormentos, 102 robos agravados, 201 falsedades ideológicas de documentos públicos, cuatro usurpaciones, 23 reducciones a servidumbre, una extorsión, dos secuestros extorsivos, una supresión de documentos, 11 sustracciones de menores y siete tormentos seguidos de muerte.
Años antes, desde su retiro en 1979, el llamado “almirante Cero” había creado un partido político (“Democracia Social”) con el que intentó volver al poder desde otro lugar, buscando relaciones con sectores económicos. No le fue bien.
Tras pasar un tiempo en prisión en democracia (aunque en 1989 un fotógrafo del desaparecido diario Sur lo retrató paseando por la calle), el indulto de Menem en 1990 formalizó su libertad. Hasta que ocho años después volvió a caer preso, esta vez por sustracción de menores por orden de la jueza María Romilda Servini de Cubría. En diciembre de ese mismo año lo beneficiaron con el arresto domiciliario. Tenía 73 años.
Después se sumaron otras causas por el robo de bebés.
Hasta que en 2002, por el derrame cerebral tuvo que ser internado en el Hospital Naval.
Desde entonces permaneció postrado y con un grado de demencia que hizo que se dejaran sin efecto las causas en su contra por “inimputable” en 2005.
Allí estaba, anciano y decrépito en el hospital, cuando hoy murió sin que la Justicia argentina (tampoco la de otros países que lo juzgan) pudiera hacer cumplir la condena.