Cuando leí dos nuevos rankings internacionales que miden los países mas burocráticos y más corruptos del mundo, me llamaron la atención las coincidencias: en muchos de los países latinoamericanos que aparecen en los últimos lugares ambos estudios son exactamente los mismos.
En ambos rankings, Venezuela aparece como
el país de peor desempeño en Latinoamérica
Otros países de la región, como Haití, Honduras y Bolivia, también están en los últimos lugares en ambas listas. Todos ellos son campeones regionales en “tramitología”, y campeones regionales en percepción de corrupción.
¿Es una coincidencia? ¿O hay una correlación entre los países más burocráticos y los más corruptos?
Veamos lo que dicen los dos estudios. El primero de ellos, “Haciendo Negocios 2011”, del Banco Mundial, mide el grado de facilidad para hacer negocios en 183 países del mundo entre otras cosas calculando el número de pasos burocráticos que requiere registrar una empresa en cada uno de esos países.
Sitúa a Venezuela en último lugar entre todos los países de las Américas y en el puesto número 172 a nivel mundial, junto con Uganda y Guinea Ecuatorial. Es más difícil establecer una empresa en Venezuela que en Irak o en Cisjordania, consigna el informe.
Si uno quiere abrir una empresa legal en Venezuela, ya sea una corporación multinacional o un puesto callejero de venta de sándwiches, tiene que hacer 17 procedimientos legales cuya tramitación demora un promedio de 141 días. Comparativamente, en Canadá establecer un negocio requiere un procedimiento legal y alrededor de cinco días.
Entre otros países latinoamericanos donde resulta una pesadilla burocrática abrir una empresa están Brasil y Bolivia (que requieren 15 procedimientos legales cada uno), Argentina (14), Haití (13), Honduras (13) y Ecuador (13).
Varios de estos países son los mismos que aparecen entre los últimos puestos del ranking de corrupción de Transparencia Internacional (T.I.), la organización no gubernamental con sede en Berlín. El ranking de T.I., “Indice de Percepción de Corrupción 2010”, mide los niveles de corrupción de 178 países basándose en encuestas a empresarios nacionales e internacionales.
En este ranking, Venezuela figura como la nación considerada más corrupta entre 30 países de las Américas, y está situada en el puesto 164 de la lista mundial, que va desde los países menos corruptos a los más corruptos del mundo.
No muy lejos de Venezuela, en los últimos lugares de la lista, están Paraguay y Haití (empatados en el puesto 146), Honduras (134), Nicaragua y Ecuador (empatados en el 127), Bolivia (110) y Argentina (105). Comparativamente, el ranking coloca a Dinamarca en primer lugar como el país percibido como el menos corrupto del mundo, Chile en el puesto número 21 y Estados Unidos el número 22.
Cuando le pregunté al director de Transparencia Internacional para las Américas, Alejandro Salas, si hay una relación entre los paises mas burocráticos y los más corruptos, respondió afirmativamente.
“En la medida en que hay más trámites, hay más interacción de un ciudadano con un funcionario público, y se incrementan las posibilidades de una transacción corrupta”, dijo.
Agregó que una de las herramientas más eficaces para combatir la corrupcion es el gobierno informatizado, o el uso de internet para realizar trámites. “Cuando un individuo interactúa con una computadora, se reducen las posibilidades de que un funcionario pueda pedir un soborno para agilizar el tramite”, agregó.
Daniel Kaufmann, un experto en anticorrupción de la Brookings Institution, de Washington, me señaló que las causas de la corrupción van mucho más allá de la “tramitología”.
“Hay que mirar todo el bosque, y no solamente un árbol”, dijo Kaufmann. “Para combatir la corrupción, hay que ver varios aspectos de la gobernabilidad, como la democracia, la libertad de prensa, la independencia del Poder Judicial y la efectividad de la policía, que ayudan a controlar la corrupción gubernamental”.
Mi opinión: Coincido en que la solución para combatir la corrupción no pasa únicamente por reducir los trámites burocráticos, especialmente en países donde no hay sistemas de pesos y contrapesos eficientes para perseguir y enjuiciar a funcionarios corruptos.
Pero no creo que sea una coincidencia que Venezuela aparezca en ambos rankings como el campeón regional de la “tramitología”, y también el campeón regional de la corrupción. Ambas cosas suelen ir de la mano, y estar asociadas con débiles controles entre los varios poderes estatales. Reducir la “tramitología” sería un buen paso para ayudar a combatir la corrupción.
Por Andrés Oppenheimer
©2005 El Nuevo Herald
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