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Thursday, November 21, 2024
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La DEA quiere prioridad para que le entreguen a Makled


Tras éste informe se encuentra la justificación esgrimida ayer en Nueva York.

La DEA descubre nexos
entre Venezuela y las FARC

 

Ante la petición reiterada hoy por la Fiscalía de Nueva York solicitando a Colombia le entreguen al detenido Walid Makled calificándolo como “capo de capos” en el narcotráfico de America Latina a los Estados Unidos, considero valioso presentar aquí el reporte que el colega Gerardo Reyes del diario El Nuevo Herald presentó el pasado diciembre dando a conocer parte de la investigación que hasta el momento había llevado la DEA.

Abdalá Makled fue presidente de la Federación de Empresarios Bolivarianos, una organización que respalda las políticas económicas del presidente Hugo Chávez.

Una detallada investigación del gobierno de Estados Unidos, conocida por El Nuevo Herald, documenta por primera vez el trasiego masivo de drogas desde Venezuela en una operación en la que participaron un poderoso narcotraficante acusado de suministrar armas a la guerrilla colombiana y el influyente empresario sirio-venezolano Walid Makled.

A través de un conglomerado familiar, Makled controlaba Aeropostal, la más importante aerolínea de Venezuela y manejaba uno de los mayores almacenadores de carga de Puerto Cabello, segunda terminal marítima del país.

En algunos casos, la operación contó con la complicidad de militares y funcionarios venezolanos, según el informe de la Administración Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), radicado ante la corte federal de Puerto Rico.

Basándose en fuentes de inteligencia, funcionarios venezolanos, declaraciones de testigos y de otros agentes de la DEA, el informe afirmó que Walid habría introducido a EEUU desde Venezuela un promedio de 10 toneladas mensuales de cocaína.

De acuerdo con la DEA, Walid se asoció con el colombiano José María Corredor Ibagué, alias El Boyaco, considerado por EEUU como “el más prolífico negociador de armas por drogas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC)”, según la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro.

Corredor, quien había escapado de una cárcel de Venezuela en el 2005, fue arrestado en Colombia y extraditado a EEUU donde espera juicio por cargos de ofrecer apoyo a una organización designada como terrorista.

Walid se encuentra prófugo de la justicia venezolana que lo acusa de narcotráfico.

El informe señaló que Walid y su hermano Alex José compraron aproximadamente siete toneladas de cocaína a militares y funcionarios venezolanos quienes, a su vez, se la habían robado a narcotraficantes.

“Según información recibida por la oficina de la DEA en Caracas, Walid Makled García tenía fuertes lazos con altos miembros del gobierno venezolano”, aseguró el informe de la agente Yvonne Schon.

Agregó que el empresario prometió $1 millón al jefe de la unidad antidrogas de la entonces Policía Técnica Judicial (PTJ) en Valencia, Jesús Alfredo Itriago, para que devolviera un cargamento de 4,000 kilos, propiedad de Walid, que había sido confiscado en el aeropuerto de Valencia.

“Itriago estuvo de acuerdo y devolvió los 4,000 kilos a [Walid] Makled”, aseguró el informe.

El documento no citó ninguna operación de armas entre Corredor y los Makled, sólo arreglos para el envío de cocaína.

La declaración del organismo antinarcóticos fue radicada en la corte federal de Puerto Rico para respaldar el congelamiento en marzo de este año de fondos de Walid y su familia en un banco venezolano que opera en la isla.

Junto con tres hermanos, Walid adquirió en el 2008 Aeropostal, la aerolínea insignia de Venezuela que fue nacionalizada. Pero el negocio más lucrativo del conglomerado familiar era el almacenaje en Puerto Cabello, en el norte del país.

La acaudalada familia Makled, de origen sirio, gozó de una estrecha relación con influyentes figuras del chavismo, incluyendo gobernadores y magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, según informes de prensa y documentos a los que tuvo acceso El Nuevo Herald.

Abdalá, uno de los hermanos Makled, fue presidente de la Federación de Empresarios Bolivarianos, una organización que respalda las políticas económicas del presidente Hugo Chávez.

Pero súbitamente el imperio comercial y político de la familia se desplomó.

En noviembre del 2008, oficiales de la inteligencia militar reportaron haber encontrado 388 kilos de cocaína de baja pureza almacenados en la finca El Rosario, administrada por la familia Makled. Walid, Abdalá, Alex y Basel fueron acusados de cargos de narcotráfico. Los tres últimos están arrestados en Venezuela.

Los hermanos dijeron a El Nuevo Herald en octubre pasado que habían sido víctimas de una venganza política que se desató a raíz de que Abdalá se lanzara como candidato oponente al aspirante del oficialismo en las elecciones a la alcaldía de Valencia en diciembre del 2007.

Antonio Denis, el abogado de la familia, aseguró que los Makled están dispuestos a demostrar el origen de su fortuna.

Agregó que Walid no se ha presentado a la justicia “porque no se siente confiado por la politización excesiva del sistema judicial venezolano”.

Según el informe de la DEA, los primeros indicios de las actividades ilegales de los Makled se remontan al 2004 cuando ese organismo, en cooperación con funcionarios de Venezuela, inició una investigación relacionada con la incautación de un cargamento de cientos de toneladas de químicos.

Los químicos, que se utilizan como precursores para el procesamiento de la coca y la fabricación de explosivos, fueron hallados en una bodega de la población de Santa Elena, al sur de Venezuela, en la frontera con Brasil.

Las pesquisas permitieron establecer que habían sido adquirido por Inversiones Makled, una empresa de la familia.

“Fueron desviados de su propósito original”, según el informe.

Al ser interrogados algunos de los directivos de la empresa, incluyendo su presidente, Walid, “no dieron explicaciones adecuadas sobre por qué los químicos se encontraban almacenados en una bodega cercana a la frontera con Brasil”, agregó el informe.

La investigación quedó interrumpida y fue cerrada en el 2005 debido al rompimiento de los acuerdos de cooperación de Venezuela con la DEA por órdenes de Chávez. Pero la oficina de la DEA en Caracas continuó recibiendo información sobre las actividades de los Makled.

Allí se enteraron de que Walid se alió con Enzo Villasana para el envío de drogas a Miami. Villasana era un asaltante de contenedores en Puerto Cabello a quien Walid convenció de que trabajara para su organización pagándole $1,000 por cada kilo de droga despachado, agregó el informe.

La cocaína era escondida en el compartimento de los cables que controlan el movimiento de las rampas de las embarcaciones que salían del puerto.

Villasana, quien había tenido una fuerte disputa con Walid, aunque luego se reconciliaron, fue asesinado a tiros en mayo del 2009 en las instalaciones de un autolavado de Valencia.

Los despachos de droga no se hacían sólo desde el puerto, afirmó el informe.

Corredor, el presunto enlace de las FARC en Venezuela, compartió con Walid a la mitad el negocio del envío de cocaína hacia México desde el aeropuerto de Valencia, agregó el informe.

Por cada kilogramo que aportaba Corredor, Walid se comprometía a enviar otro.

A raíz de la orden de arresto de la fiscalía venezolana, Abdalá, Walid y Basel viajaron a Curazao el 13 de noviembre con pasaportes falsos y allí realizaron una transacción financiera.

“Funcionarios gubernamentales de Curazao le informaron a la DEA que el gobierno de Venezuela le proveyó a Walid Makled García un número de cuenta bancaria en Curazao”, aseguró la declaración.

Desde esa cuenta, Walid transfirió $3.4 millones al Caracas International Banking Corporation, lo cual originó un allanamiento a las oficinas del banco en San Juan en marzo de este año y el congelamiento de $26.8 millones en otras cuentas.


POR GERARDO REYES
GREYES@ELNUEVOHERALD.COM




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