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Thursday, November 21, 2024
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Wall Street: Colombia registra un renacimiento petrolero

Mientras que Venezuela y México registran un declive en su dominio,
Brasil y Colombia toman vuelo.

Un mayor nivel de seguridad y la diáspora
venezolana han beneficiado el sector

 

BOGOTÁ.- Colombia está coronando una serie de victorias militares contra los grupos guerrilleros marxistas con un lucrativo dividendo de paz: producción de petróleo.

Esta semana, los líderes internacionales de la industria acudirán a una exposición industrial -Oil and Gas Colombia 2010– en Cartagena, donde el país mostrará sus recursos petroleros a posibles inversionistas.

Ejecutivos extranjeros del sector de energía están recorriendo Colombia comprando proyectos de exploración o yacimientos que estaban abandonados por amenazas de seguridad.

El renacimiento de la industria colombiana del crudo ha llevado a los líderes gubernamentales en Bogotá a pronosticar que la producción petrolera casi se duplicará en los próximos ocho años a 1,5 millones de barriles diarios, similar a la del Golfo de México, lo que alteraría el orden en el liderazgo del sector en América Latina. Mientras que Venezuela y México registran un declive en su dominio, Brasil y Colombia toman vuelo, gracias a las inversiones extranjeras.

Hace tan sólo ocho años, la industria del crudo colombiana se encontraba casi en un punto muerto ya que yacimientos como el de Rubiales, en la actualidad el mayor productor del país, no tenían acceso, al estar rodeados de insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el mayor y más antiguo grupo guerrillero de América Latina. Las Farc no extraían el crudo, pero establecieron campamentos en áreas remotas donde se encuentra la mayoría de las reservas de Colombia.

“Aquí nadie podía trabajar”, dijo Ronald Pantin, director ejecutivo de Pacific Rubiales Energy, operadora del yacimiento.

El anterior presidente Álvaro Uribe comenzó en 2002 una ofensiva militar respaldada por Estados Unidos, que obligó a las Farc a replegarse aún más en las montañas. En la actualidad, compañías como Pacific Rubiales están recogiendo los beneficios. Desde 2007, la producción de Rubiales se ha multiplicado por 10 –a casi 20% de la producción total del país-sin que se haya producido un ataque guerrillero, dijo Pantin.

“Los ejecutivos petroleros van en carro a cualquier esquina de Colombia y se sienten seguros”, dijo Armando Zamora, director general de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que se encarga de la concesión de licencias petroleras. El crimen en las grandes ciudades, anteriormente un serio problema para los empleados de petroleras internacionales, también está bajo control. Otro importante catalizador de la seguridad interna –los secuestros– se desplomó 97% durante el gobierno de Uribe, según International Crisis Group, una organización política si fi nes de lucro.

“La seguridad en las principales ciudades es la mejor posible”, dijo Ali Moshiri, presidente de Chevron Corp. para América Latina y África.

Si bien el tema de la seguridad ya se ha confrontado, la inversión en los recursos de Colombia sigue siendo arriesgada, ya que siempre que se logran grandes ganancias surge el fantasma del control estatal. Es probable que el gobierno conservador recién elegido siga abriendo las puertas a la inversión extranjera, pero “el tema de cómo dividir el pastel nunca va a desaparecer”, dijo Jeremy Martin, director del programa de energía del Instituto de las Américas de la Universidad de California en San Diego.

La industria colombiana se ha visto beneficiada por una diáspora de ex empleados de la compañía estatal venezolana, Petróleos de Venezuela S.A., o PDVSA. Muchos de ellos fueron exiliados tras oponerse públicamente a las políticas socialistas del presidente Hugo Chávez.

El antiguo presidente de PdVSA , Luis Giusti, tras asesorar al gobierno colombiano, fundó su propia compañía para explorar áreas anteriormente inaccesibles, donde considera hay posibilidades de encontrar grandes yacimientos.

Pantin, uno de los primeros en apostar a que era el momento de invertir en la industria petrolera colombiana, formó parte del éxodo venezolano. En 2007, su compañía compró el yacimiento Rubiales y trajo técnicos especializados en la extracción de su crudo superpesado, un conocimiento que no existía en Colombia.

El botín que supuso Rubiales ayudó a duplicar las exportaciones de crudo de Colombia a EE.UU.

en los últimos tres años.


POR: ÁNGEL GONZÁLEZ Y DARCY CROWE
Economía | Mercado
EL NACIONAL

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