Se desempeña simultáneamente como jefe de seguridad del Ministerio de
Agricultura y Tierras y el INTI
Arturo Cubillas se mueve por Caracas
en moto y con escoltas armados
Canoso, de mirada inquieta, estatura mediana y nariz puntiaguda. Arturo Cubillas Fontán es un hombre libre. Se mueve con soltura por las calles de Caracas, pero sus pasos son custodiados por un escolta motorizado que no duda en descubrir su Glock ante la aproximación de cualquier sospechoso.
El viernes en la mañana, mientras el Gobierno de España formalizaba la solicitud de extradición del presunto terrorista por la causa que instruye el juez de la Audiencia Nacional española, Eloy Velasco, el ex etarra tomaba café y degustaba un dulcito junto con su abogado Marino Alvarado, en un solitario y llamativo establecimiento de la avenida Universitaria, en la parroquia San Pedro, de Caracas. El abogado Marino Alvarado se reunió el viernes en la mañana con el ex miembro de ETA Arturo Cubillas en un local de Valle Abajo, muy cerca de donde este reside.
La conversación fue alterada por la llegada de inesperados clientes al local. Alvarado miraba con cautela a los visitantes, Cubillas se levantó de la mesa y caminó dos pasos en dirección a la escalera.
Afuera, su guardaespaldas se apresuraba.
–¿Es usted Arturo Cubillas?
-Y tú ¿quién eres?, respondió con una marcado acento vasco y se volvió hacia la mesa donde había estado sentado.
Miró al abogado y, luego de un gesto que mezclaba sorpresa, confusión y hastío al advertir la presencia de periodistas, los dos hombres sonrieron.
Quizás algo aliviados.
–¿Es él Arturo Cubillas?, la pregunta ahora estaba dirigida al abogado.
-Alvarado, todavía con la expresión de desconcierto de quien se siente descubierto, asintió con la cabeza.
“Aquí me ves, soy un hombre de carne y hueso, normal”, soltó Cubillas, abriendo los brazos con la intención de dejar ver su humanidad. Vestía pantalones de jean, franela roja, chaqueta negra y en su cuello colgaba un collar de cuero con una runa.
Se despidió de su abogado y advirtió que no daría declaraciones, y que tampoco quería fotos. “Ya estoy ladillado de todo esto”, dijo, utilizando una expresión muy venezolana, mientras su escolta, desde abajo, no perdía detalle de lo que ocurría.
A Cubillas se le vio bajar la escalera, pero no salir del local.
El hombre que lo esperaba volvió a cubrir la pistola que había dejado al desnudo minutos antes y se alejó sólo en la moto.
Vida de paisano en un barrio clase media:
Desde hace 19 años, Arturo Cubillas vive en el mismo apartamento, en un edificio ubicado en el sector Valle Abajo de Los Chaguaramos, parroquia San Pedro.
“Frente a la avenida Universitaria, junto a la iglesia San Pedro y la panadería Pan del Abuelo”, es la dirección sin nombre del edificio que aparece en los registros de las oficinas gubernamentales de Venezuela.
Aunque no es un residente nuevo, es poco conocido por su nombre y antecedentes entre los habitantes de la zona.
Cubillas hace vida normal en el sector que concentra a una importante colonia española.
Frecuenta los establecimientos cercanos a su vivienda, como el local en el que compartía con su abogado, y la panadería Dallas, de mucha tradición en la zona. Logra pasar inadvertido ante sus vecinos, pese a que siempre está acompañado, al menos, por un escolta.
“¿Quién?, ¿Cubillas por aquí?”, expresó con sorpresa la encargada de uno de los tantos locales de repuestos automotores de la zona. Recordó que sólo ha visto medidas especiales de seguridad de la hermana del canciller Nicolás Maduro, que también es vecina de Valle Abajo.
José Arturo Cubillas Fontán, como aparece en el Registro Electoral Permanente de Venezuela, vota en la mesa 4 del colegio San Pedro, situado junto a la iglesia que identifica a esta parroquia. Se inscribió en 2004 y desde entonces ha participado en todos los comicios que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela le permite, inclusive las elecciones parlamentarias del pasado mes de septiembre.
El arraigo de Cubillas en la zona donde reside como venezolano y su pasión culinaria lo habrían llevado a abrir un pequeño restaurante recientemente, comentó un conocido del ex cocinero del Centro Vasco; sin embargo, Marino Alvarado negó esta versión y recordó que hace unos años su cliente tuvo un pequeño restaurante en Parque Central, el cual cerró debido al incendio de la Torre Este.
El abogado también explicó que el departamento donde reside Cubillas es alquilado y desconoce si su cliente tiene vehículos propios, pues se desplaza en unidades oficiales de las instituciones del Estado venezolano para las cuales trabaja.
A cargo de toda la seguridad:
Todos los días, Arturo Cubillas atraviesa la ciudad para ir desde San Pedro hasta la sede del Instituto Nacional de Tierras, en Vista Alegre. Allí permanece toda la mañana y al mediodía se traslada a Candelaria, donde funcionan las oficinas del Ministerio de Agricultura y Tierras. Hace unos meses le asignaron el cargo de director de Seguridad de este despacho gubernamental y desde entonces se ocupa de ambas dependencias.
“Acostumbra salir muy temprano en la mañana. Se cuida mucho y cambia de medio de transporte regularmente. Anda en camionetas y motocicletas, pero prefiere desplazarse en estas últimas”, comentó un ex compañero que describió al presunto terrorista como un hombre exigente en el trabajo, tranquilo, de pocos amigos y con una vida social discreta.
Las funciones de su cargo lo obligan a viajar por todo el país para visitar las dependencias del INTI, organismo que se ocupa de las expropiaciones de tierras en Venezuela, y en el que trabaja desde 2008.
“No participa directamente en las expropiaciones; dirige la logística desde Caracas”, explicó la fuente. También es responsable de la seguridad de los funcionarios que salen en las misiones a las provincias y del cuidado de las instalaciones, señaló Marino Alvarado.
Quienes han trabajado con Cubillas lo consideran, sin titubear, un experto en el manejo de armas y explosivos.
Su abogado asegura que “eso es totalmente incierto”, pues Cubillas, de 45 años de edad, llegó a Venezuela cuando era un joven de 23 años; sin embargo, no encontró explicación precisa al hecho de que su defendido ocupe un cargo destinado a personas con amplios conocimientos en estas lides.
Alvarado también negó la presunta vinculación de su defendido con la guerrilla colombiana. Aunque algunos ex compañeros de funciones del vasco aseguran: “Se ha reunido con miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el estado Zulia”.
Hace unos años aparecieron videos en los que se denunciaban encuentros similares en esa entidad de Gian Carlo Di Martino, entonces alcalde oficialista de Maracaibo, con el mismo grupo irregular.
El ex miembro de ETA ha procurado y ha logrado hasta ahora mantener su imagen lejos de las cámaras; sin embargo, su abogado intenta convencerlo de enfrentar a la prensa en los próximos días, a fin de desterrar de los medios de comunicación toda supuesta “especulación” sobre las actividades de Cubillas en Venezuela.
Por: RONNA RÍSQUEZ
rrisquez@el-nacional.com
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