Familiares de la ex presidenta de Fedecámaras están en desacuerdo con
la versión del Cicpc, que clasifica a los plagiarios como hampa común.

Hoy la darán de alta médica

Hay elementos en el secuestro contra representantes de Fedecámaras que mantienen pensativos a los familiares de Albis Muñoz. “Por qué dispararle solamente a ella, por qué no se llevaron un dinero en efectivo en el carro, por qué robarle después de agredirla”, se pregunta Mayela Maldonado, hermana de Muñoz.

Ella, ayer en la clínica Las Acacias, debía atender a su hermana que está recluida por heridas de bala. “Esto es sorprendente. Si nos dan a escoger entre la versión de hampa común o un atentado, creo que nos inclinamos por la última. Dificultamos que los delincuentes no hayan reconocido a Albis al dispararle”, explica.

Muñoz, ex presidenta de Fedecámaras, no es una figura política, pero sí conocida por sus diversas apariciones en medios de comunicación.

Aunque tiene su versión de los sucesos, prefiere no declarar hasta recuperarse de las lesiones. “Dice que está muy afectada emocionalmente por el suceso. Pero quiere acudir a la OIT la próxima semana”, manifiesta Maldonado.

El pasado jueves, Muñoz fue secuestrada con sus compañeros Noel Álvarez, Ernesto Villasmil y Luis Villegas, miembros de la junta directiva de Fedecámaras. Ella fue la única que resultó herida con tres impactos de bala.

El parte médico, emitido por el doctor José Agustín García, indica que la ex presidenta de Fedecámaras tiene tres heridas de bala, una de ellas alojada en la espalda. Hoy prevén darla de alta médica, pues se recupera con rapidez.

Extraño.”No eran hombres mal vestidos, parecían de clase social media. Uno de ellos le decía a otro, al herir a mi hermana: `Chamo, vamos a llevar a esta señora a un hospital, se nos va morir. Sin embargo, le dieron en zonas vulnerables”, relata Maldonado.

A Muñoz, de 63 años de edad, la dejaron en las adyacencias del hospital Pérez Carreño. La ex presidenta de Fedecámaras se arrastró baleada hasta un kiosco para pedir ayuda. Se identificó e inmediatamente fue cargada por los vendedores hasta el centro de salud.

“Estamos muy agradecidos con el personal y los pacientes del Pérez Carreño. Trataron excelente a mi hermana. Todo el mundo la reconoció al verla”, dijo Hernández.

Luego, fue trasladada a la clínica Las Acacias. Allí, recibió ayer visitas de amigos y allegados, entre ellos el alcalde Antonio Ledezma y su compañero Ernesto Villasmil, tesorero de Fedecámaras, secuestrado junto con Muñoz.

MAOLIS CASTRO
Sucesos ¦ Política
EL NACIONAL