Los consumidores esperan entre 1 y 3 años para que el concesionario
le entregue el automóvil.

La industria experimento un
frenazo a partir de 2008

María Breijo se anotó en una lista de espera para comprar un vehículo Toyota Terios a mediados de 2007. Pudo sacarlo del concesionario de Puerto la Cruz, estado Anzoátegui, donde estaba en cola, hace tres meses. “Pagué por la camioneta casi el triple del precio inicial”, dice.

Después de que la industria alcanzó un récord de ventas en 2007, cuando comercializó 497.000 automóviles ­43,26% más de lo que se colocó el año anterior, según los registros de la Cámara Automotriz de Venezuela-experimentó un frenazo en seco en su actividad a partir de 2008.

La política automotriz que estableció el Gobierno y los conflictos laborares ocurridos en los últimos años, llenó de obstáculos la vertiginosa carrera que traía hasta entonces el sector.

Pese a que la intención del Ejecutivo era impulsar la producción nacional, se generó el efecto contrario. Las dificultades para importar el material de ensamblaje que incluye la política, redujeron gradualmente la fabricación. En 2007, según Cavenez, se armaron 172.418 unidades, en 2008 fueron 135.042 automóviles (27% menos), y el año pasado 111.554 (54% menos que los 2 años anteriores).

Al deterioro del ensamblaje nacional se sumó las restricciones para importar. En los últimos dos años las empresas automotrices casi no han recibido licencias para comprar carros en el exterior.

“En un año tan bueno como fue 2007, 100.000 personas, de acuerdo con los registros de los concesionarios, no pudieron adquirir un vehículo nuevo. La caída de la oferta ha hecho que las listas de espera se acentuaran y quedaran en los últimos años”, señala una fuente vinculada al sector.

Luis Cote quiere comprar un Toyota Corolla:

Cuando se acercó al concesionario le dijeron que tenía que esperar por lo menos un año por el vehículo. “El carro cuesta 190.000 bolívares, pero por los accesorios tengo que pagar 240.000 bolívares. No ofrecen el modelo básico. Por eso, y la espera, desistí de comprarlo”, agrega.

Nathaly Bravo, gerente de ventas de la sucursal de Chevrolet, ubicada en Los Ruíces, afirma que la demanda supera la oferta. Entre enero y septiembre de 2010, según Cavenez, General Motors ensambló 32.323 unidades; antes de que entrara en vigencia la política automotriz, en ese periodo la empresa fabricó 59.686 unidades.

“La venta es baja. En esta sucursal se comercializan 120 carros mensuales, y ahora sólo se salen 40. Hemos tenido que reducir personal en el área de ventas. Antes teníamos 10 asesores y ahora sólo hay 5”, destaca Bravo.

En los concesionarios Chevrolet no hay camionetas familiares, sólo se pueden adquirir el modelo Spark, entre 80.000 y 85.000 bolívares; el Optra Desing, en 177.868 bolívares, y el Optra Advance, en 197.000 bolívares.

Leve reactivación:

En septiembre pasado se vendieron 121.123 automóviles, lo que reflejó un incremento de 47,7% con respecto a igual periodo de 2009, cuando se comercializaron 8.206 unidades, refiere Cavenez.

“Estamos sorprendidos con los resultados de septiembre.

Normalmente es un mes bueno en las ventas, pero por la situación económica que vivimos, creíamos que iba ser negativo”, destaca Raquel Mora, gerente de ventas de la sucursal Chrysler de Boleíta.

La dificultad para importar hizo que esta empresa sólo ofreciera los modelos producidos en Venezuela. El Dodge Caliber, con todos sus accesorios, tiene un precio de 193.700 bolívares, la Jeep Cherokee, de 312.060 bolívares, y la Grand Cherokee, de 333.250 bolívares.

A partir de septiembre se notó un auge en la industria automotriz. General Motors, Renault y MMC Automotriz presentaron nuevos modelos: el camión Silverado C3500, Symbol II y la nueva generación del camión Canter Diesel (FE84) y Canter Turbo Diesel (FE85), respectivamente.

Antes de que termine el año se esperan otros lanzamientos: el nuevo Aveo, de Chevrolet, el camión F-350 de Ford y el Space Fox de Volkswagen.

En el primer caso, la gerente del concesionario de la marca, Nathaly Bravo, prevé que la producción y las ventas aumenten. Según las características del vehículo, se podrá comprar entre 100.000 y 120.000 bolívares.

Jorge Herrera, asesor de ventas de un concesionario Volkswagen, señala que el Space Fox se comercializará a 144.000 bolívares. “Podemos ofrecerlo porque aprobaron licencias de importación desde Argentina, porque para Brasil, México y Alemania no hay”, expresa.

Pese a esta ola de lanzamientos, que podría interpretarse como una mejoría en la industria, se pudo conocer que algunos de ellos tenían años de retraso, que no se habían podido concretar por la dificultad en obtener material de ensamblaje e importar vehículos.

De segunda mano:

En el caso de las empresas importadoras están sobreviviendo por la venta de vehículos de segunda mano y la posventa. Herrera afirma que el concesionario se mantiene del servicio técnico, sin embargo, allí también tienes problemas. Menciona que hay poca disponibilidad de repuestos en el mercado.

“La situación del sector automotor tiene al mercado muy contraído. Antes tenía 10 vendedores, ahora sólo tengo 1”, destaca Herrera.

Carmen Ugueto, gerente de la sucursal Mazda, ubicada en Los Ruíces, refiere que los inconvenientes de importaciones desde Colombia han dificultado la llegada de vehículos. En los concesionarios sólo tienen camionetas pickup porque son ensambladas en Ecuador. “Las camionetas que tenemos son pocas, por eso no hemos invertido en ningún tipo de publicidad porque no son suficientes para cubrir la demanda”, indica.

Para ahorrar:

Además del efecto que tuvo en la industria automotriz la política gubernamental ­que entró en vigencia en enero de 2008 y que dificulta la producción y restringe las importaciones-, una fuente vinculada al sector afirma que la situación económica que atraviesa el país también contribuye a que la demanda supere la oferta.

“Con los controles de cambio, de precios y las tasas de interés bancarias, es más atractivo comprar un carro que meter el dinero en una entidad financiera. De esa manera se protegen más y mejor los ahorros; por eso es que hay tanta gente interesada en adquirir un vehículo nuevo. Además, salen más baratos que cambiar los bolívares a dólares, una práctica muy común en el país”, indica el vocero.

La fuente agrega que antes las personas duraban más años con un mismo automóvil, pero que ahora lo cambian con más frecuencia como una manera de inversión. “Aunque el esté en perfecto estado, en promedio los venezolanos cambian de vehículo cada dos años”.

LUZANGELLY MEDINA | CARMEN SOFÍA ALFONZO A.
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