Los cuerpos policiales repliegan a sus patrulleros de punto y motorizados.
La gente pide más vigilancia en las calles.
En El Valle, Coche y El Hatillo los
agentes se ausentan en la noche
Desde el balcón de su apartamento, en los Jardines del Valle, Martha Vega se percata de los cambios que ocurren en la calle a medida que avanza la noche.
La avenida Intercomunal, reformada por la construcción del Metro, está iluminada parcialmente. En los alrededores de Puente Coche, indicó, la oscuridad hace de los huecos y “reductores de velocidad” una amenaza para los conductores.
Pero si algo llama la atención de Vega es que a partir de las 9:00 pm la calle queda prácticamente desierta. Los conductores de transporte público dejan de prestar servicio por temor a ser asaltados. De manera que
la gente debe utilizar el Metro a su propio riesgo, pues luego de esa hora no hay vigilancia de la Policía Nacional ni de la Guardia Patrimonial. Los milicianos se fueron de las estaciones después de las elecciones parlamentarias.
Fuera de las instalaciones, la situación empeora. Las únicas autoridades que quedan en la zona están atrincheradas en una carpa del Dispositivo Bicentenario de Seguridad, adyacente al centro comercial El Valle. Allí la hija de Vega intentó denunciar que un grupo de hampones, menores de edad como ella, quiso asaltarla cuando salía del subterráneo.
Los uniformados le indicaron que si ellos iban a perseguirlos tendrían que abandonar el puesto y serían sancionados.
“En definitiva, ahí no se ve un solo funcionario. Por eso los negocios tienen que cerrar antes de las 9:00 pm”, señaló.
La situación descrita por Vega se repite con algunas variantes en el resto de la ciudad, según se pudo constatar en recorridos nocturnos efectuados por los cinco municipios durante dos días consecutivos.
Al anochecer, los patrulleros de punto a pie y los de las brigadas motorizadas de Sucre, Baruta, El Hatillo, Chacao y Libertador cesan en sus funciones. Lo mismo sucede con los de las policías Nacional y Metropolitana, según se pudo constatar con portavoces y agentes de cada organización.
En el caso de la PN, la relación fue aportada en declaración a los medios por el director de ese cuerpo, Luis Fernández.
“No pueden salir, porque resultaría muy peligroso para ellos”, explicó un agente de la Policía de Sucre, que hacía guardia nocturna frente al Unicentro El Marqués.
La vigilancia en calles, avenidas y autopistas queda bajo la responsabilidad de agentes de las brigadas de patrullaje vehicular, que disponen sólo de automóviles y camionetas para su movilización. Las policías, en la práctica, se ven reducidas a menos de 30% del número de funcionarios que poseen durante el día para garantizar la seguridad de los ciudadanos, según las cifras aportadas por directores de seguridad y de policías en cada municipio. Es decir, hay 70% menos agentes en las noches.
En total, luego de las 9:00 pm en los días laborables quedan en Caracas aproximadamente 700 agentes policiales en las calles. Los municipios con más funcionarios en la noche son Libertador y Baruta. En el primero, por el concurso de pequeños contingentes de la Metropolitana, Policaracas y la GN, así como de la Policía Nacional, que suman alrededor de 200 efectivos.
Con la incorporación de la Policía Nacional, en Caracas hay aproximadamente 5.200 agentes civiles. Otros 3.000 se graduarán en diciembre.
Los estándares del Ministerio de Relaciones Interiores indican que se necesitan por lo menos 5.700 funcionarios adicionales.
Estáticos:
Cada policía aplica procedimientos particulares para distribuir los pocos recursos que les quedan en las noches. En Chacao hay una preferencia por apostar agentes en los lugares de mayor peligrosidad, como Bucaral y Pedregal.
Los uniformados de Sucre y los de la Policía Nacional en Catia combinan los “puntos de control” con el patrullaje por circuitos predeterminados por barrios o urbanizaciones. En ambos casos, aseguraron que los recorridos duran no más de 15 minutos. En una hora, entonces, la patrulla debe pasar 4 veces por el mismo sitio.
No obstante, se pudo constatar que la tendencia es aglomerarse en lugares como el Unicentro El Marqués o Plaza Catia.
En El Hatillo no se vio una sola patrulla durante los recorridos nocturnos del martes 20 y el miércoles 21. El director encargado de la policía municipal, Ricardo Pinza, aseguró sin embargo que los vehículos estaban en las entradas del municipio y en las urbanizaciones.
Los de Baruta tuvieron la mayor movilidad y atención, hasta el punto de que detuvieron al equipo reporteril que hacía este trabajo, en la urbanización Cumbres de Curumo. También se vio cómo unos agentes de esa misma policía custodiaban un kiosco que recibía mercancía en El Cafetal, a las 11:30 pm del martes.
La vigilancia de las autopistas está bajo la responsabilidad exclusiva de la Policía Nacional.
Los 400 motorizados destinados a esta actividad salen de circulación en la noche y sólo actúan 150 patrulleros con 46 camionetas.
Un supervisor explicó que en cada puesto deben quedar por lo menos 2 agentes y una patrulla, mientras que otro rústico circula por alguno de los 5 circuitos de vías expresas.
Si ven algún accidentado, están en el deber de detenerse y acompañarlo hasta que llegue una grúa o una ambulancia, si es el caso. Este esquema se aplica en la Valle-Coche, Prados del Este y Caricuao, pero no se vio en Petare ni en la Cota Mil. Esta última vía es tierra de nadie después de las 9:00 de la noche.
Administrar escasez:
Daniel Jóvez, director de Polichacao: “Luego de las 9:00 pm nos quedan en servicio aproximadamente 90 funcionarios, básicamente en los módulos que tenemos en zonas como el casco de Chacao, Bucaral y Pedregal. Tenemos un servicio de motorizados hasta las 3:00 pm con 20 unidades. En la institución tenemos actualmente 800 funcionarios, pero debe considerarse que 20% de ellos no está debido a permisos y reposos” William Contreras, jefe de Operaciones de Polisucre: “En las noches tenemos 40 vehículos, con 80 funcionarios, pero a eso hay que sumar algunos que tenemos en servicio hospitalario y administrativo.
En total, son 140. Además, en el municipio contamos con puestos de la Guardia Nacional y 14 unidades patrulleras de la Policía de Miranda”.
Ricardo Pinza, director encargado Polihatillo: “En el municipio tenemos 22 patrullas de noche. Anteriormente teníamos 2. Las distribuimos en las urbanizaciones comprendidas en 4 distritos policiales. Para operar estos vehículos hay 25 funcionarios por turno.
Serían necesarios 100 policías más, así como otras 6 patrullas para cubrir también las zonas rurales.
Manuel Tangir, director Seguridad Integral de Baruta: “Tenemos 160 agentes y 40 vehículos para las noches. Nuestro déficit de patrulleros es de 100%, pero será muy difícil llegar a ese estándar debido a problemas presupuestarios. Para compensar, colocaremos tecnologías de vigilancia en lugares concurridos de noche, como Las Mercedes”.
JAVIER IGNACIO MAYORCA
jmayorca@el-nacional.com
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