Los usuarios en la terminal de la plaza Altamira deben soportar
hasta más de dos horas en espera de una unidad.
Falta de operadores por la suspensión de
cursos ha generado crisis en el servicio
El servicio del metrobús, que nació con la idea de ser alimentador del subterráneo con unos estándares de calidad superior al transporte público privado, no escapa de las deficiencias que se han agudizado en los últimos años. Y es que de una flota de más de 300 unidades,
Según fuentes de Cametro, la causa no es por desperfectos mecánicos, porque se trata de una flota relativamente nueva, sino por la falta de operadores capacitados para manejar las unidades, debido a que no solo suspendieron los cursos de entrenamiento sino que tampoco están realizando los llamados exámenes médicos preempleo por la falta de personal, ya que el servicio médico de los trabajadores del Metro está prácticamente paralizado.
También alertan que de esta flota, marca Volvo, de fabricación brasileña, aproximadamente 80 aún no consumieron los kilómetros de recorridos que amparaba la garantía, por lo que perdieron la misma por tiempo y no por kilometraje recorrido.
“A esto se le suma que por falta de planificación y por la alta burocratización y centralismo del presupuesto, en mantenimiento no hay aceite de motor en existencia para hacer los cambios preventivos, tampoco hay existencia de cauchos y otros insumos. En algunas oportunidades se saca el aceite de los motores de las unidades que no han sido rodadas o poco rodadas para cumplir con los cambios de aceite más graves”, revelaron voceros de la em- presa.
Recuerdan que cuando se inició la operación del metrobús en 1996 había 210 autobuses. Luego el servicio sufrió una crisis severa por la
En la actualidad, cuenta con más de 20 rutas entre urbanas y suburbanas. Sin embargo, los pasajeros deben pasar un promedio de dos y hasta tres horas esperando las unidades.
Ana Sanguino, usuaria frecuente, denunció que “el servicio es deficiente, espero más de una hora y cuando llega tarda para salir. Deberían mejorarlo, pero así como ha decaído el metro también esta el metrobús”.
Por su parte, Richard González, que es usuario frecuente del servicio en Catia, también se quejó de las deficiencias del servicio.
“Pienso que debería habilitar más unidades, porque no hay suficiente para atender a los pasajeros”. Por otra parte, denuncian que “hay persecución, y el terrorismo laboral es frecuente en el área contra los trabajadores que reclaman, denuncian irregularidades o tienen un punto de vista diferente a la gerencia, ya que éstos son trasladados inconsultamente, sin que el sindicato haga nada por estar arrodillados al patrón”.
Igual alertan que los puntos de control Bellas Artes y Los Cortijos carecen de condiciones mínimas para el trabajo.
Se trató de buscar la opinión de representantes de la empresa sobre esta denuncia, pero fue imposible una respuesta.
Migdalis Cañizález V.
EL UNIVERSAL/Jul 24 2010
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