Sin embargo en el hato que fue emblema de biodiversidad, hoy peligran
especies y el trabajo de 100 años.
Fue expropiado por Chávez en marzo de
2009 alegando protección a la naturaleza
El antes y el después de la casa que perteneció al general José Antonio Páez, centro de vida del hato El Frío y conservada por casi 150 años, se encuentra hoy en ruinas, luego de la confiscación de sus predios por parte del gobierno de Chávez. La imagen de dos tiempos muestra de forma dramática el talante de una revolución, que como rezara el llamado de su campaña política reciente: “demolición” parecería ser el signo que acompaña al proceso en muchas de sus actuaciones.
Ubicado entre las poblaciones de El Samán y Mantecal en el estado Apure, el hato El Frío no solo era uno de los centros de producción ganadera más importante del país, con 20 mil cabezas de ganado, sino uno de los reservorios naturales de biodiversidad más especializados del continente y centro de investigación de ganadería ecológica y de conservación, reconocido dentro y fuera del país. Todo ello con el aval histórico de una tierra que alimentó con sus semovientes al ejército libertador.
“En diciembre de 1846 salió de Maracay en cabalgata rumbo a los llanos de Apure un pequeño ejército comandado por el general José Antonio Páez. En compañía de su hijo Ramón, se dirigía al hato El Frío, que en un primer momento le fue concedido en 1824 como haberes militares”, narra el periodista Ramón Hernández en su libro próximo a salir: Historia de un despojo. El 4 de febrero de 1824 recibió Páez, de acuerdo a un decreto del Libertador Simón Bolívar, la propiedad de El Frío, calculado entonces en 20 leguas y por valor de 18.490 pesos. Allí quedó como testimonio de esos tiempos la casa en la que habitó el “Centauro de las llanos” y cuyo patrimonio fue conservado por toda la cadena de propietarios que nació en aquel decreto de Bolívar, hasta su reciente fin, con el decreto de Hugo Chávez.
La “Casa Páez” fue la vivienda principal del hato, allí se alojaba el personal administrativo y profesional de la empresa. Con sus dos grandes comedores, ocho habitaciones, dos cocinas y dos salones de descanso, era el centro de actividad de la hacienda. Los jardines de la casa ya sin techo y derruida, hoy sirven de estacionamiento a los vehículos oficiales que entran y salen de la finca. El otrora movimiento propio de una empresa productiva, hoy lo sustituyen los militares que custodian la finca con sus AK-103 al hombro y el personal de franela roja que asiste a los cursos de ideología política que dictan los cubanos. Sobre la “Casa Páez” describe Ramón Hernández: “Aunque no es la estructura original, sí lo eran los tabiques de barro y paja que la lluvia ha ido disolviendo. Se pusieron a meterle cables y tuberías, y tocaron unos horcones que no tenían que tocar y el techo se desplomó”.
Decreto de expropiación:
En marzo de 2008, el Directorio Nacional del Instituto Nacional de Tierras, en sesión 169-08, declaró el rescate excepcional del lote de terreno denominado Hato El Frío. Según explica la apoderada legal de la empresa, Desirée Rodríguez, la acción se realizó sin haber iniciado y tramitado el debido procedimiento administrativo de rescate de tierras que indica la ley. El hato de 64 mil hectáreas perteneció por más de un siglo a la familia Maldonado, conformada en la empresa Invega desde 1948 y su cadena de titularidad data desde la colonia, pasando por los decretos emitidos por Bolívar hasta que en 1911 fue adquirida por el médico y poeta Samuel Darío Maldonado.
Desde enero de 2005, la Oficina Regional de Tierras del Estado Apure había iniciado un procedimiento administrativo de tierras ociosas o incultas sobre El Frío, pero a principios de 2009, a partir de una intervención en el programa Aló Presidente, cuando el cantante de música llanera, Cristóbal Jiménez, reclamó ante el Presidente, la expropiación del hato, es que el Gobierno retoma el proceso confiscatorio. El 31 de marzo se consuma la expropiación:. “He dado instrucciones al Instituto de Tierras, a través del ministro Elías Jaua, para proceder con la recuperación de las tierras del hato El Frío. Aquí tengo el informe. Una buena parte debe pasar a control del Gobierno a través del Ministerio de Ambiente”, dijo el Mandatario al ordenar la expropiación. El Decreto Presidencial 6.657 incluyó toda la infraestructura, el ganado y en generarl todos los bienes de El Hato El Frío.
Es así que el 4 de abril de 2009 se presentaron los funcionarios del INTI, del Ministerio de Agricultura y Tierras, acompañados por la GNB, el CICPC y sacaron a todos los empleados que aún quedaban administrando la finca, a quienes les dieron dos horas para desalojar y sin posibilidad ni de llevarse los vehículos.
La acción gubernamental se produjo mediante un acto administrativo, según el cual la empresa Invega había atentado contra la seguridad alimentaria. El alegato se producía sobre la base del traslado de un lote de ganado de un lugar a otro, que en realidad es una medida necesaria en esa región debido al ciclo de lluvia y sequía de manera de resguardar la seguridad de las reses.
No han pagado:
En una reunión posterior con Elías Jaua, quien para el momento era el ministro de Agricultura y Tierras, les aseguró que solo les reconocerían las bienechurías y no la titularidad sobre las tierras, resaltando sin embargo que las mismas serían canceladas de acuerdo con el precio que se acordara.
Luego de sucesivas reuniones y actuaciones legales, la empresa aceptó un precio, resultado de esa comisión de avalúo, aunque nunca cubriría el valor real de esas tierras, refiere Desirée Rodríguez. Pero el Gobierno no respondió. Es así, que como con la mayoría de las tres millones de hectáreas que han sido expropiadas, la deuda no ha sido cancelada, y hasta la comunicación con los funcionarios se perdió.
A partir de la toma de las tierras el 4 de abril de 2009, la finca fue asignada para su administración a un ex compañero de la universidad del ministro Elías Jaua, Anibal Espejo, quien saltara a la palestra pública el 11 de abril de 2002 como un de los llamados “pistoleros de Llaguno” o “defensores de Llaguno” para el oficialismo. Es decir aquel grupo de hombres armados quienes desde el emblemático puente, sacaron sus armas para enfrentar la marcha opositora que se dirigía al Palacio de Miraflores.
Espejo, sin credenciales como productor agropecuario, preside la Empresa Socialista Ganadera Agroecológica Marisela SA, que tomó posesión del hato.
Los resultados:
En la actualidad el Gobierno dispone de todos los bienes del hato El Frío sin haber desembolsado un solo bolívar. Se ha sabido que parte de las 20 mil reses que pastaban en los humedales han sido sacrificadas para proveer carne sin que se conozca quiénes están recibiendo el producto de esas ventas.
Según denuncia Desirée Rodríguez, apoderada de Invega, entre esas zonas de reserva está caño Guariquito, que incluso tiene un decreto de reserva, en el que no se puede ni pescar y ahora se está explotando. Allí hicieron un puerto fluvial donde llegan pequeñas embarcaciones a proveerse de pescado.
Esas reservas, aparte de las reses, es refugio de 7 mil venados, miles de chigüires en un número incalculable, la nutria gigante, el oso hormiguero, el puma, el delfin de agua dulce, las anacondas y las babas. Pero uno de los proyectos más destacados fue el de conservación y reproducción del caimán del Orinoco, en peligro de extinción, manejado por la Estación Biológica del hato, mediante el cual se logró desde 1996 que se reprodujeran 2.500 caimanes, liberados en el caño Guariquito. En el año 2008, el hato contaba con la tercera población del reptil en el país, especialmente en el caño Macanillal, en cuyos humedales se mantuvo muy baja la explotación ganadera para favorecer las mejores condiciones ambientales.
Según refiere Ramón Hernández en su libro, cerca de 300 estudiantes de todas las universidades nacionales y privadas, de pregrado y de posgrado completaban cada año su carga académica en la estación, en ecología, producción animal y medio ambiente. También la Fundación Carolina y el Gobierno de España instrumentaron un máster de Gestión de Biodiversidad en los Trópicos. Los estudiantes de Iberoamérica estudiaban en El Frío un sistema de producción ganadera en equilibrio con el medio ambiente, los programas de reintroducción de especies en peligro de extinción y un programa de rescate del caballo criollo.
Hoy puede observarse el abandono de los criaderos y estaciones biológicas. Denuncia la abogada que de manera ilegal se permite de manera subrepticia la cacería en las que participan altos oficiales y figuras del partido.
El fracaso agrícola:
Sin tener conocimiento sobre el tema, tras la expropiación del Frío, el presidente Chávez auguró, desde los predios expropiados, que Apure sería una potencia arrocera y en contra de la opinión de especialistas, que señalan que son suelos clase V y VI con pocos nutrientes, aptos para la cría de ganado extensivo, metieron allí a chinos y vietnamitas a sembrar arroz y la cosecha en el Estado Apure terminó en fracaso. Los cálculos ilusorios de Elías Jaua nunca se cumplieron y hoy Venezuela tiene que importar 450 mil toneladas de arroz que significa 40% del consumo nacional. Hasta 2004 Venezuela era autosuficiente en ese rubro y por el contrario exportaba 120 mil toneladas.
Aunque no se conocen cifras de producción y rentabilidad del hato, ahora administrado por la empresa Marisela, la nómina ha aumentado en 234 trabajadores frente a los 140 que trabajaban con la anterior administración. La mayor parte de la nómina del Frío fue retirada desde el mismo momento de la toma y aún sus ex trabajadores esperan que le sean canceladas sus prestaciones. Como dato curioso refiere Hernández: “Para impulsar formas de autogobierno y autodefensa popular entre los trabajadores y comunidades para la soberanía alimentaria y la defensa integral de la nación, la empresa (Marisela) forma y entrena con cooperación de la Fuerza Armada 1.000 milicianos”.
Francisco Olivares
@folivares10
Politica | Economia
EL UNIVERSAL
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