A los casi 13 mil habitantes de Barranquitas sólo los protegen unos cinco funcionarios de la Guardia Costera, que cuentan con una lancha que en contadas ocasiones sale a custodiar el Lago.
Los “malandros acuáticos”
y sus acechanzas (I)
Las pérdidas mensuales ascienden a unos 2 millones de bolívares fuertes. Aquí el Gobierno sois vos mismo”, dijo Arnaldo Villasmil, con tono de denuncia. La conversa entre los pescadores bajo la sombra de una palmera a las orillas de Lago, en Barranquitas, pueblo pesquero del municipio Rosario de Perijá, prosigue.
Cada uno cuenta su historia de atracos. “Los Piratas del Lago” arrasan con todo. El cobre extraído de las guayas de Pdvsa que roban representan un ingreso fijo, pero los pescadores de los pueblos costeros son fuente de provisiones.
En Barranquitas, la única forma de sustento es la pesca y en sólo un mes han llegado a reportar un record de 100 motores de lanchas robados, traduciéndose en la pérdida de un millón 650 mil bolívares fuertes en total, sin contar las redes y jornadas enteras de pesca.
Emiro Ledezma retomó el tema del robo del que fue víctima. Dijo que con el motor que le quitaron, se fueron las esperanzas de sacarle el costo este año. “El que me robaron lo compré con un crédito que me dio Chávez de 16 millones 500 bolívares (de los viejos) y con un crédito adicional compré otro que tenía en mi casa, pero ahora estoy sacando el costo de los dos motores con uno solo”.
Con detalles, Emiro narró la historia. Dijo que él y un ayudante se había quedado dormidos a mitad de mañana después que tiraron el chinchorro, hasta que sintieron el choque de otra lancha que los hizo despertar. “Ni siquiera nos dejaron levantar la mirada”, pues las armas ya les apuntaban la cabeza mientras que los encapuchados ya desprendían el motor Yamaha de 40 caballos de fuerza.
“Me tuvieron que ir a buscar porque no llevábamos teléfonos para avisar, si hubiésemos tenido celular es peor, nos hubiesen golpeado”.
La historia la completó Arnaldo, otro poblador que ha pasado toda su vida entre Barranquitas y las aguas del Lago. “Aquí con las mismas que Chávez nos dio los créditos, se desmoronan”, dijo. “Emiro corrió con suerte porque a compañeros de La Cañada los han dejado a la deriva, los piratas les preguntan que si saben nadar, y si les dices que no, te bajan de la lancha, se llevan todo y los dejan tirados en el agua”. Terminó con tono trágico: “aquí la delincuencia es en el Lago”.
“A nadie le importa” En Barranquitas existe un Conejo de Pescadores, presidido por Violeta Meléndez. Para ella la delincuencia siempre ha estado, pero este año ha sido un record. “Lo que más nos preocupa es la inseguridad entre los pescadores, porque aquí no se hace más nada. Pescar es la única forma de sustento, estos últimos tres meses cada día que salen a pescar, llegan tres y hasta cinco pescadores sin motor, sin redes, sin pesca y golpeados”.
Diariamente salen “a correr con la suerte” más de 900 pescadores al Lago, en unas 600 embarcaciones, con una tripulación de tres pescadores, y seis en las que van a pescar camarones, explicó Violeta. “Tienen que salir en grupo porque sino es seguro que van a ser atracados”.
Afirmó que mensualmente se han llegado a robar hasta 100 motores, donde cada uno tiene un costo de 16 mil 50 bolívares fuertes, lo que representaría una pérdida total de un millón 650 mil bolívares fuertes mensuales sólo en máquinas, a eso se le suman los kilos de redes y pesca que se llevan.
Al cuestionar a Violeta sobre los cuerpos de seguridad de Barranquitas encargados de protegerlos, en agua y tierra, encogió los hombros.
“El único organismo que está aquí es la Guardia Costera de la Guardia Nacional, que sólo tienen una embarcación que casi nunca sale a recorrer el Lago.
Siempre hay tres o cuatro funcionarios en el destacamento, pero las denuncias siempre se quedan ahí y no pasa nada”. Violeta confesó que tiene esperanza de que las cosas mejoren con la llegada de una nueva Teniente, desde hace una semana, con la cual no ha podido reunirse.
Al tratar de conversar con la Teniente, un funcionario de guardia dijo que no se encontraba en el pueblo, que estaba rindiendo cuentas en la Villa, capital del municipio Rosario de Perijá, y que las entrevistas hay que anunciarlas con anticipación.
Al cuestionarle sobre las responsabilidades del Alcalde, Olegario Martínez, Violeta no supo responder, puesto que a la policía municipal por Barranquitas “no se le ve la cara”.Para una población de casi 13 mil habitantes, sólo se han dispuesto unos cinco funcionarios de la Guardia Costera, de los cuales siempre dos están de permiso.
Los pobladores concuerdan que la figura del Alcalde sólo se ve en campaña. Finalmente, en Barranquitas los pescadores se han convertido en un estorbo para los Piratas del Lago, que a sus anchas navegan y roban sin represión alguna. Los “malandros acuáticos” son los únicos que salen ganando, roban costosísimos conductores eléctricos, venden el cobre, roban a los pescadores, les quitan los motores y las redes.
Pierden los pescadores la forma de ganarse el sustento diario, pierde el Lago por lo derrames, consecuencias de la paralización de los pozos y pierden los manglares al verse contaminados por toneladas de caucho, plástico y acero depositados.
Por: Bearneily Toro
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