Y con viejos tanques..
Vienen los rusos !!
“Gracias a Vladimir, gracias a Dimitri”, dijo el presidente Chávez “llamando a su homólogo ruso y al primer ministro, Vladimir Putin, por su nombre de pila”, según el despacho de una de las principales agencias internacionales de noticias que trasmitía desde Moscú la rueda de prensa protagonizada por nuestro mandatario viajero. Tal familiaridad, desde luego, no es lo acostumbrado en los encuentros diplomáticos, pero los rusos saben que hay que reírle la gracia a quien viene de tan lejos no sólo a comprar caro, sino a rematar las riquezas de Venezuela a precio de ganga.
Una economía como la rusa que depende del vaivén de sus exportaciones de energía (gas y petróleo) ha sufrido lo indecible a raíz de la reciente crisis que se ha abatido sobre sus mercados europeos, que han dejado de comprar combustibles. Del resto, Rusia no exporta sino armas y tecnología nuclear, pero la masa no está para bollos en estos renglones. Aunque cada día sale un tonto a la calle y la suerte es de quien lo ve primero: a Vladimir Putin y Dimitri Medvédev, primer ministro y presidente de Rusia, les tocó en suerte un venezolano, y no tardaron en sonreírle y birlarle la cartera.
Mientras nuestro estrambótico viajero recordaba a Lenin, a la enterrada y olvidada Unión Soviética y clamaba por la lectura de viejos textos marxistas que ya no se editan sino parcialmente en Rusia, Vladimir Putin le decía al mundo que su colapsada industria de armas le “suministraría en breve 35 tanques a Venezuela”. Semejante oxígeno le cae a los rusos como la jaula Fénix a los mineros chilenos. Valga puntualizar que los contratos de venta de armas rusas con Irán se han venido al suelo como consecuencia de las restricciones impuestas por la ONU.
“Rusia cumple plenamente con los acuerdos bilaterales en el terreno de la cooperación técnico-militar”. Si así llueve, que no escampe.
Según las especulaciones de los expertos, los tanques corresponden a los modelos T-72 y T-90 que “ya han sido adquiridos por una treintena de países, entre ellos Irán y Siria”, dos “modelos” de sociedades democráticas. Putin, brincando en una pata, dijo que estaba dispuesto a suministrar “otros tipos de armamento y de forma amplia. Las empresas rusas han comenzado a trabajar de acuerdo con sus pedidos”. Pan para Rusia y hambre para Venezuela.
El Presidente venezolano, con su verborrea característica, alabó la cooperación militar: “Ahora sí tenemos unas fuerzas armadas”. A lo mejor será verdad, pero lo que no tenemos es un país que funcione, con carreteras y autopistas deterioradas, con barrios que se derrumban en la miseria, con hospitales sin médicos, enfermeros ni medicinas, con escuelas y liceos en un estado lamentable, y con una inseguridad que se ceba con especial crueldad en la clase media y los sectores populares.
Nada de esto le importa al Presidente. Su único interés está en gastar más de 5.000 millones de dólares en cachivaches militares rusos.
Por: Redacción
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EL NACIONAL
