Desde el mes de agosto, el Gobierno le ha venido exigiendo a los trabajadores de Pequiven la cancelación de un bono de Bs. 200 para apoyar el PSUV y la campaña para la AN.
Muchos trabajadores que no están inscritos en el partido y que además no lo apoyan se negaron, incluso algunos que están inscritos por obligación y hasta a los chavistas por convicción, no les pareció justo ese monto, y la manera como lo exigían….y no lo cancelaron.
A finales de septiembre cuando fue depositada la nomina del personal, se percataron que a todos los trabajadores les descontaron un día de sueldo sin autorización y sin ni siquiera notificarles.
Esto ocurre justo en el mes que los padres de familia están estirando la quincena para pagar el colegio de sus hijos, comprar útiles, uniformes, etc.
Esto se suma al malestar que hay entre los trabajadores de Pequiven porque el jueves antes de las elecciones para la Asamblea Nacional, prácticamente secuestraron a todo el personal para obligarlos a asistir al cierre de campaña del PSUV.
A tempranas horas de la mañana los trabajadores fueron llegando a sus puestos laborales, y cerca de las 9 de la mañana apagaron las luces y el aire acondicionado, y los comenzaron a llamar para que se subieran a los autobuses, no sin antes firmar la respetiva lista…….y por supuesto tomar su respectiva camisa roja rojita…..
Los trabajadores que llegaron tarde, estaban en el baño, o simplemente no bajaron a montarse en los autobuses, porque no querían asistir a esa concentración, esperaron un rato y cuando el resto se había ido, se retiraron a sus casas, pues no había ni luz ni aire, pero se encontraron con la sorpresa de que les habían cerrado los portones y no los dejaron salir, obligándolos a subirse a 2 autobuses que se habían regresado a buscar a los que llegaron retrasados.
Los cubanos y el negocio
De los alimentos. Uno de los factores que no se han mencionado en el escándalo de Pudreval, es el referente a las empresas verificadoras o de inspección.
Es rutinario que cuando un importador embarca una carga en cualquier país del mundo, las empresas aseguradoras exigen una inspección en el puerto de origen y otra en el puerto de destino.
Por lo general estas inspecciones las realizan empresas especialistas en el ramo como por ejemplo la Loyds inglesa, el Buró Veritas, Frances, o el grupo suizo SGS. Son empresas que tienen un prestigio mundialmente conocido, porque no se pueden engañar ni sobornar, y dejan constancia de que la carga cumple con los standars de calidad ofrecidos en los documentos de venta, y sus fechas de caducidad si se trata de bienes perecederos.
Resulta que éstas empresas fueron dejadas hace tiempo fuera de los proveedores del gobierno venezolano, en favor de una empresa nueva que se llama Cuba Control, creada ad-hoc para todo éste gran negocio. Las empresas de inspección no venden nada que se pueda pesar o vender.
Venden su experiencia y su responsabilidad, y en medio de todo el escándalo nadie ha mencionado esta empresa, que de paso aparece en internet, con las agencias que tiene en distintos puertos.
En cada capitanía de puerto se registra por internet, antes del arribo de los barcos, toda la información respecto de la carga que los barcos llevan a Venezuela, en documentos que en el medio llaman “sobordos”. Allí aparecen los nombres del importador, y el aduanero que recibirá la carga, etc.
Si alguna vez existen instituciones capaces de investigar el negocio de los alimentos, estos serán puntos interesantes para comenzar las averiguaciones.
Por: Patricia Poleo
