Dice que el Chávez que conoció es “una impostura. Chávez tiene
una alta capacidad para simular lo que no es”.
Cumplió 18 meses preso
en carcel de Ramo Verde
Piso dos, última celda del pasillo a mano izquierda. Tres afiches grandes decoran las paredes. Marthin Luther King, Gandhi y Nelson Mandela. “Si hablamos del principio de la no violencia me identifico con los tres. Y más que a Gandhi he admirado a Mandela por su vida personal y sus actuaciones”.
Está preso en Ramo Verde desde el 3 de abril de 2009, pero su sentencia la dictan en mayo de 2010. Siete años y 11 meses es la condena. Raúl Isaías Baduel, el ex comandante del Ejército y ex ministro de la Defensa durante el gobierno de Hugo Chávez Frías podría ser catalogado como preso político
El decreto de Patria socialismo o muerte fue según Baduel el detonante para decir “ya basta”.
Le pesa estar preso. Le sucede a cualquiera que se sabe inocente. Dice en la entrevista: “Yo creo que el peor enemigo de Chávez es él mismo. Vive entrampado en su misma persona”.
Es parco. Sus respuestas las sustenta en declaraciones anteriores que archiva. Prefiere no referirse al presidente Chávez con calificativos ni a favor, ni en contra.
– – ¿Por qué colaboró para que Hugo Chávez retomara el poder?
– “Que me pasen la cuenta completa. Que me pasen la cuenta no sólo porque Chávez sigue siendo Presidente, sino por todos los que hoy ocupan los poderes públicos. Por todos los que son diputados. Por los que son alcaldes y los que son gobernadores”.
Al entrar a su celda hay una mesa grande con 12 sillas. Al lado en un escritorio hay torres de libros. Está sentado en la punta de la mesa. Rechaza que “siempre” le atribuyan que conoce bien al presidente Chávez. Habla pausado y explica. “Siempre me atribuyen que lo conozco muy bien y ante esa afirmación siempre respondo que yo lo que conocí fue a una impostura. Después de todo este tiempo lo que si puedo decir de Chávez es que tiene una alta capacidad para simular lo que no es”.
“Estando en el Gobierno me negué a muchas cosas”.
Mientras estuvo en el Gabinete rechazó el lema Patria socialismo o muerte. Siendo ministro de la Defensa dijo que no suscribía la frase. Recuerda que en esa oportunidad explicó al respecto: “No he dado ni daría la orden de que se dijera esta frase. No la diría porque va en contra del espíritu y razón de la Fuerza Armada. Así lo dejé claro”. Levanta la ceja de su ojo derecho y apunta: “De mí se han dicho tantas cosas”.
Asegura que le atribuyen situaciones que “ni por asomo” hizo. “De mí dicen que di la orden de deshacer a sangre y fuego a la gente en la sede de Petróleos de Venezuela. Incluso de mandar a demoler el Retén de Catia”.
— ¿Por qué resultaba tan incómodo para el presidente Chávez?
– “Estando en el Gobierno me negué a muchas cosas”. Su esposa llega a visitarlo con su hija Isaí, de cuatro años y ahijada del Presidente. Ella participa en la conversación y comenta: “Él se negó a muchísimas cosas. Unas que dice y unas que no dice”. El general Baduel, como lo siguen llamando, inclusive, dentro de la cárcel hasta los custodios, levanta nuevamente la ceja derecha y calla.
Relata que en 1991, específicamente el 21 de diciembre las diferencias comenzaron a hacerse patente. “Para esa fecha Hugo Chávez convocó una reunión urgente para plantear que el golpe de Estado del 92 se adelantara para el 31 de diciembre de 1991. Yo no estuve de acuerdo. Tampoco salí inmediatamente a decirle a nadie que se estaba fraguando nada”.
“Chávez y yo lloramos ese día”
Resalta que siempre estuvo apegado a su “compromiso como jefe militar”. Con esta afirmación defiende el hecho de haber traído desde La Orchila, hasta Miraflores al presidente Hugo Chávez el 13 de abril de 2002.
Recuerda que en la madrugada entre el 11 y 12 de abril “gracias a un oficial que estaba cercano al Presidente, establecimos contacto telefónico. En esa conversación me dijo que gracias a mi posición no habían ido a bombardear a Miraflores”.
Ese día, cuando regresó el primer mandatario recuerda que lloró. “No me da vergüenza. Chávez y yo lloramos ese día. Me pidió pasar a mí solo. Ante esas cosas uno tiene que llorar. Lloramos los dos. Me agradeció. En ese momento le dije: Te voy a pedir pasar a retiro en 2006”.
Pero justo ese año lo nombra ministro de la Defensa. Al año siguiente renuncia. “No eludo de lo que se me responsabiliza. Lo que rechazo es endosarle a uno cosas que no ha hecho”.
Revisa archivos. Vuelve al tema. “Ya desde hace tiempo yo disentía de las cosas que se estaban haciendo. Lo aprendí desde mi casa a no obedecer a ciegas”.
Empastado en color azul tiene guardadas declaraciones a medios y documentos firmados antes del 11 de abril. De los años en los que Raúl Isaías Baduel era paracaidista, como Chávez. Una nota de prensa de un periodista antes de 2002 publica: “Baduel ha expuesto personalmente sus diferencias a Chávez”. El periodista es Iván Padilla Bravo, “y lo que publicó era verdad”.
El decreto de Patria socialismo o muerte fue según Baduel el detonante para decir “ya basta”. En 2007 puso la renuncia al Ministerio de la Defensa. Recuerda que el Presidente lo llamó y le reclamó. “Le dije que esa era mi posición y me dijo: &39;Si sigues con esa posición te vas a ir lejos, muy lejos&39;. Ya Chávez tenía ganas de ponerme preso”.
“Cuando Chávez se siente presionado se torna sumiso”
Tiene 12 hijos. Lo visitan con regularidad. Su celda es amplia y ese día un amigo le envió un libro en inglés que traducido al español se titula: El silencio y el escorpión, escrito por Brian Nelson. “Las cosas no son coincidencia”, recalca y explica que el libro trata justamente de los hechos de abril. Lee, subraya y hace comentarios sobre los capítulos. “Este hombre está bien informado”.
Afirma que los hechos “han demostrado fehacientemente que cuando Chávez se siente presionado se torna sumiso. Se muestra con corazón contrito y con toda la disposición a enmendar”.
De si la vida del presidente Hugo Chávez corría o no peligro el 11 de abril, prefiere no opinar. Afirma que si habían o no elementos, los desconoce. “Cuando ya precisamos que el Presidente estaba en La Orchila tuve una conversación con quien lo estaba custodiando. El oficial me aseguró que sabía mi posición. Que no habría enfrentamiento y que se le iba a preservar la integridad”.
Recuerda que desde el 12 de febrero de ese año ya se hablaba de que habría un golpe de Estado. “Se decía que era yo, y hay dos personas de testigo que me dijeron que el 10 de abril el presidente Chávez manifestó que estaba un golpe en ejecución y que sospechaba de Baduel”.