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Thursday, November 21, 2024
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SEXO SIN TABÚ: Cuando el clímax llega en cámara lenta

El sexo tántrico permite a las parejas descubrir que el placer
no termina con la eyaculación.

Los hombres pueden alcanzar
al orgasmo sin eyacular

 

Tras una batalla silenciosa en la cama, Jorge libera por fin toda su carga en un acto de eyaculación que prolonga el orgasmo por más de un minuto. Los gemidos de Laura, que hasta entonces no cesan, terminan de unirse a los gritos del marido y abren la rendija para un instante místico en el que se miran y sonríen. Han recobrado los sentidos después de un largo viaje que los dejó aturdidos.

La imagen anterior no pertenece a un manual de tantra, que promete al lector hallar bajo las sábanas el paraíso perdido, sino a la experiencia de Jorge y Laura, tres años de casados y cultores de una técnica sexual que, luego de disfrutarla, dicen que los hace despertar “con el sol deliciosamente risueño” aunque afuera caiga un tremendo aguacero.

Laura, de 29 años de edad, licenciada en Letras y sobreviviente como redactora creativa en una agencia de publicidad, relata con intensidad en su blog “Un atisbo del infinito” los episodios de la intimidad con su esposo basada en lo que se denomina sexo tántrico. “No pretendo dar lecciones, simplemente plasmo lo que sentimos cuando hacemos el amor y descubrimos que hay placer después del coito”, sostiene con sonrisa clemente la merideña que hizo que el marido, un desconfiado comerciante libanés, sucumbiera a la propuesta que trocó sus aburridas vidas de pareja.

“El sexo tántrico es disciplina de meditación basada en la búsqueda del placer, y sirve a quienes lo realizan para deshacerse de pequeñas trabas mentales que impiden el pleno disfrute, alcanzando un grado de conciencia y estímulo sensorial que no se obtiene por vía ordinaria”, explica con tono de quien pretende brindar una revelación, Gorka Biziola, psicólogo y gurú de yoga, en cuyas sesiones en la academia de Bello Monte hay lugar para aprender sus técnicas de meditación; pero “sin prácticas”, advierte.

Tu cuerpo, mi templo.

El tantra es la filosofía de la plenitud y la unidad en la que se enseña al hombre a explorar su lado femenino y a la mujer sus cualidades masculinas. Lo dice Linda Sonntag en su libro Sexo sensacional, al abordar la sexualidad con otra visión. Para Sonntag, la cultura occidental inclina el sexo hacia los logros, y el orgasmo es el objetivo del sexo, especialmente en los varones.

Una vez que alza la copa del triunfo, el hombre da media vuelta en la cama y se duerme.

“En el tantra, la satisfacción femenina y el orgasmo son importantes, pero el orgasmo masculino debe demorarse para prolongar esa dicha”, completa el gurú Biziola, al afirmar, con modestia, que ha obtenido orgasmos de más de cinco minutos.

“El viaje es todo, y una vez alcanzada la meta el viaje ha finalizado”, relata Sonntag, al enfatizar que del modo tradicional, el hombre queda agotado tras la eyaculación. De allí que los practicantes del tantra aprendan a llegar al orgasmo sin eyacular.

“Los hombres que practican sexo tántrico pueden tener múltiples orgasmos, al igual que orgasmos en todo el cuerpo, como las mujeres”, asegura Biziola. Además, el sexo tántrico concede otro premio: sabiduría. “Abre la mente, permite afrontar los problemas de la vida con visión holística, sin estrés ni miedo”.

Las claves del tantra:

■  Respiración.  Hagan ejercicios para relajarse.

Siéntense frente a frente y respiren de forma sincronizada. Cuando él exhale, ella inhalará. Cierren los ojos y sientan cómo la energía recorre sus cuerpos.

■  Caricias y besos. Masajes con bálsamos. Movimientos lentos, suaves y de preferencia con la yema de los dedos. Exploren sus cuerpos. Mírense a los ojos y bésense. Descubran nuevas sensaciones en el beso.

Recorran con los labios sus cuerpos.

■  Penetración. Respiren de manera pausada y, aunque estén muy excitados, háganlo lentamente. Existen técnicas detalladas que se explican en los textos sobre el tantra.

■  Eyaculación. El hombre debe aprender a controlar su erección (Sting confiesa que ha pasado ocho horas de sexo tántrico) y evitar ante todo la eyaculación.

No importa que la mujer tenga orgasmos. Sigan con la respiración y caricias. Para que el hombre controle su energía, ella puede apretar con dos dedos la zona del perineo, que queda entre el escroto y el ano, para evitar la eyaculación.

■  Clímax. No viene en la eyaculación, sino que se obtiene alrededor de dos, tres o hasta cuatro horas después de muchísimas caricias y besos tántricos. Una vez que ambos están en total excitación y se hayan dejado llevar por las sensaciones, podrán llegar al clímax, lenta y suavemente, hasta que se produzca el orgasmo y este los llene de energía sanadora por todo el cuerpo y no sólo en los genitales.



ELIZABETH ARAUJO
Salud | Sexo
EL NACIONAL