Expertos en seguridad consideran que dotar de armamento a milicianos fomentará la violencia y opacará proyectos de desarme.

Cuestionan el uso de armas de
guerra en manos de civiles

Si quedaba alguna duda de las intenciones de Hugo Chávez de armar hasta los dientes a la Milicia Bolivariana, el propio Presidente se encargó de despejarlas el domingo. “Estamos rezagados… Tienen que tener armas… Es una ridiculez una milicia desarmada”, exigió.

Para Rocío San Miguel, directora de la ONG Control Ciudadano, la orden del jefe del Estado es estruendosa. “Se pretende dar armas a un cuerpo afecto al Presidente, que funcionaría como su guardia pretoriana. Y, por otra parte, quieren desarmar a los militares después de cumplir el horario de trabajo”, argumenta.

La Ley Desarme, debatida en la Asamblea Nacional, propone despojar del arma orgánica a funcionarios de seguridad después de la jornada laboral; en situación de retiro, vacaciones o reposo. En la Constitución Nacional, el Ejército, la Guardia Nacional, la Armada y la Aviación tienen la atribución de defender en todo momento al país. “Son los únicos capaces de hacerlo de forma despolitizada”, explica.

La Milicia Bolivariana fue incluida en la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, sancionada en 2009, aunque ya operaba desde hace cinco años. El cuerpo especial de la FAN, compuesto por civiles, tiene la potestad de asesorar a los Comités de Defensa Integral de los consejos comunales. “En un país politizado, como Venezuela, representa un riesgo colocar armas de letalidad en manos de civiles”, acota San Miguel.

En el peor de los casos, la directora de Control Ciudadano destaca el peligro de “sembrar raíces” para una confrontación nacional y armar a la sociedad. “Lo que se persigue, según voceros del Gobierno, es desarmar al país para disminuir la violencia. Sin embargo, no hay garantías de que esas armas solamente serán empleadas para `defender’ a la nación. Hay que colocar la lupa en quienes emplearán esas armas”, reitera.

Cualquiera puede ser miliciano, solamente requiere alistarse y aprender a usar armas de guerra. Hasta junio, 800.000 civiles conformaban las filas de la Milicia Bolivariana. El general (r) del Ejército Gonzalo García Ordóñez opina que el objetivo está en asegurar el control interno. “Es grave cuando se proporcionan armas a un civil.

Al hacerlo con 2 millones ó 3 millones, como aspira el Presidente, hay una clara tendencia de tener un brazo armado para someter a la sociedad”.

Fuera del panorama del resultado de las elecciones parlamentarias, reforzar la dotación de armas en la Milicia Bolivariana no levantaría mayores preocupaciones. “Es notorio que Chávez recurre a la amenaza cuando se siente débil. Su modelo socialista fue rechazado en las urnas: 53% de los venezolanos votó por la opción contraria. Por eso, él sabe que armar a la milicia impone miedo en la sociedad”, explicó García Ordóñez.

El militar asegura que la intención del Presidente es reforzar su liderazgo en poblaciones rurales. “La mayoría de los votos fueron obtenidos allí. Se necesita sostener control social a través de cuerpos paramilitares en áreas urbanas y demostrar poderío en las rurales”.

Por Maolis Castro
Judicial | Sucesos
EL NACIONAL