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CRISIS: Comedores de la UCV y la ULA tienen recursos hasta mayo

En la gráfica se observa la cara de asco de los estudiantes. En la UCV podrán servir alimentos sólo hasta finales de abril.

Precario servicio de comida

 

■ En la UPEL ofrecen 7.947 platos diarios para más de 100.000 estudiantes

■ El servicio de comida es de los más afectados por el déficit presupuestario que se agudizó desde 2006

■ Con un presupuesto reconducido desde 2006 y una inflación anual promedio de 30%, los comedores universitarios del país hacen malabares para proveer el servicio a sus estudiantes.

“En general, la situación de todas las providencias estudiantiles es bien difícil, pero la de los comedores universitarios es realmente crítica”, señala Silvia Ribot, directora de Desarrollo y Bienestar Estudiantil de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Los comedores universitarios han sido los más afectados por el déficit presupuestario y apenas pueden atender a la comunidad estudiantil. Los de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad de los Andes tienen recursos para funcionar hasta mayo. El de la UPEL ofrece sólo el almuerzo a 7% de los alumnos.

“Es un asunto de números. La UPEL sirve 7.947 bandejas de comida al día, pero tenemos más de 100.000 estudiantes en todo el país. Eso significa que sólo podemos ofrecer el servicio a poco menos de 7% de ellos. Es algo muy triste porque todos nuestros estudiantes se merecen contar con ese beneficio”, indicó.

Por eso, sólo pueden proveer el almuerzo. “A cada una de nuestras sedes se les asigna una cantidad diaria de alimentos, que sólo alcanza para la comida del mediodía. Algunas de nuestras sedes dejan de servir bandejas en el almuerzo para ofrecerlas como cena, pero aún así no es suficiente”.

Los problemas del comedor de la UPEL también abarcan infraestructura. “Hay dos razones por las que no podemos ofrecer más alimentos: el presupuesto para comprarlos y los espacios físicos para atender a los estudiantes”.

En la Universidad Central de Venezuela el panorama no es menos desolador. Ricardo Ríos, director de la Oficina de Bienestar Estudiantil de esa casa de estudios, señaló que el comedor se mantiene abierto, en gran medida, gracias a la buena fe de los proveedores. “El presupuesto ha sido el mismo desde hace tres años, tiempo en el cual hemos tenido que afrontar innumerables crisis. A veces se acaban los insumos, los trabajadores hacen huelgas por mejoras salariales, en algunas oportunidades tenemos que improvisar. El año pasado ocurrió que durante varias semanas sólo podíamos servir almuerzos. Afortunadamente, la situación mejoró y ahora podemos servir otra vez todas las comidas. Esperamos que no nos vuelva a ocurrir”.

Ríos aseguró que con el dinero que tienen disponible sólo pueden garantizar el servicio de alimentación a los estudiantes hasta finales de abril: “Con un poco de suerte, podríamos hacer que llegara a la segunda semana de mayo. Las deudas son demasiadas y el dinero escaso”.

Deudas a montón:

Una situación similar a la del comedor de la UCV describió Mario Bonucci, rector de la Universidad de los Andes, que además recordó que la huelga de hambre que mantuvo a más de 20 universitarios durante 31 días a las puertas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Caracas comenzó por un problema presupuestario que aquejaba a los comedores de Mérida.

“El comedor tiene muchas deudas por pasivos laborales, mantenimiento de infraestructura, proveedores, obsolescencia de equipos. Nos hace falta personal y no podemos reponerlo porque no hay partidas para eso”.

Bonucci explicó que la Universidad de los Andes tiene tres comedores en Mérida, uno en Táchira y otro en Trujillo. Solamente los de Mérida sirven 7.000 bandejas diarias a una población estudiantil de 30.000 estudiantes, aproximadamente.

“El déficit de los comedores de la ULA para 2011 es de 24 millones de bolívares. Ese es el dinero que necesitamos para funcionar correctamente hasta diciembre. De lo contrario, nos veremos obligados a cerrar nuestras puertas la primera semana de mayo”, indicó el rector.

“La situación es grave y no se ha reunido el Consejo Nacional de Universidades desde enero.

El ministerio ha suspendido las reuniones de febrero y marzo.

Por esa razón, esta semana solicitamos la realización de un CNU extraordinario, con o sin la ministra Yadira Córdoba, amparados en el artículo 4 de de las Normas de Funcionamiento de ese organismo. Estamos en emergencia”, aseguró.

Pagar para tener calidad:

En la Universidad Simón Bolívar el comedor no es gratis. La comunidad universitaria acordó pagar por cada ración de comida servida para tener acceso al servicio y así garantizar su continuidad.

La propuesta, que comenzó a discutirse en febrero de este año, fue formulada de manera conjunta entre las autoridades, la Federación de Centros de Estudiantes y el Centro de Estudiantes de la sede del litoral, en Vargas, indicó William Colmenares, vicerrector administrativo de esa institución.

Para lograr un consenso para el aumento, los universitarios realizaron un referéndum consultivo el 23 de marzo. Los estudiantes que pagan tarifa básica en el comedor de la USB cancelarán 1,5 bolívares para el desayuno; 2,5 bolívares para el almuerzo y 1,8 para la cena.

Aquellos estudiantes que así lo necesiten también pueden pagar la tarifa preferencial en la caja, sin requisitos previos. En este renglón, las bandejas tienen un costo de 0,5 bolívares para el desayuno; 0,8 bolívares para el almuerzo y 0,6 la cena.

Este método permite cubrir cerca de 15% del costo de cada plato, según datos del boletín de prensa de la USB.


Por: ANDREA SMALL CARMONA
asmall@el-nacional.com
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