HomeEconómiaLa telenovela: vive su propio drama

La telenovela: vive su propio drama

Por estas calles fue estrenada el 25 de junio de 1992 y producida por Radio Caracas Televisión.

En 10 años la industria de las lágrimas y el
romance perdió un potencial exportador

 

■ La falta de inversión y las medidas del Gobierno perjudican el negocio, señala un estudio de la firma Polinomics.

La investigación incluyó la actividad petrolera, la industria del acero, la producción de rubros agrícolas -como arroz y cacao-, los sectores automotor, petroquímico y del aluminio, la consultoría de ingeniería, el diseño de software y la producción de telenovelas, porque en ese momento el país era reconocido por sus producciones audiovisuales en Asia, Europa y América Latina.

La Señora de Cardenas fue protagonizada por Doris Wells y Miguel Ángel Landa.

Por citar un caso, el auge de la telenovela Cristal en España. La telenovela protagonizada por Jannette Rodríguez y Carlos Mata y transmitida por RCTV entre 1985 y 1986 ha sido versionada por la mexicana Televisa en varias oportunidades, la última fue el año pasado bajo el título Triunfo del amor. Topacio, sin embargo, fue el melodrama de la década de los 80 que se llevó más record: se vendió en más de 65 países, incluyendo Turquía, y fue la telenovela extranjera de mayor audiencia en el país azteca. Kassandra hizo eso y más en los años 90. Esta telenovela tuvo el récord Guinness por ser la más vista en el mundo: 182 países, entre ellos China y Kazajstán, y por ser traducida a más idiomas y dialectos.

“Se pudiera concluir que el entorno nacional venezolano presenta rasgos favorables para la competitividad de la industria telexportadora de lágrimas y romance”, concluye el informe elaborado por el investigador Abdel Güerere, a quien el IESA le delegó la responsabilidad de aplicar el modelo de Porter a las telenovelas nacionales.

Güerere revisó su estudio en 2000 y observó que el producto diversificó mercados: 70 % se colocaba en América Latina, 25 % en Europa y Rusia, y 5% en Asia y el Medio Oriente.

“Este resultado no deja de resultar sorprendente, dado que en toda la región ha habido un incremento del número de producciones, tanto en Colombia como en Argentina, Chile, Perú, Puerto Rico y Ecuador, además de las mexicanas y brasileñas. A pesar de ello, Venezuela sigue figurando en el cuadro de honor del concurso Miss Telenovela Latinoamericana”, dice el estudio.

“Con 50 años a cuestas, la telenovela venezolana llega al 2000 con el vigor de una quinceañera, en proceso de reactivación y con todo un siglo por delante. Hay telenovelas para rato”, puntualiza.

La investigación no se ha vuelto a revisar. Sin embargo, en los 10 años, que se completaron en 2010, el entorno indica cambios que afectaron el negocio: la regulación de contenidos y publicidad que impuso la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión; la decisión del Gobierno de no renovar la señal abierta ni permitir la transmisión por cable de Radio Caracas Televisión, pionero y principal difusor del género en el país. También cerraron productoras independientes como Marte TV, y Venevisión quedó solo en la producción y transmisión nacional.

 

El boom de la telenovela Cristal permitió que 70 % de las exportaciones de telenovelas se dirigiera a América Latina, 25% a Europa y 5% a Asia y el Medio Oriente.

¿El capítulo final?

A la telenovela nacional se le acusa de fallas en su factura y de no adecuarse a los nuevos televidentes. “Esa pérdida de calidad ha logrado que los enlatados extranjeros abarcaran 100% del mercado en 2010, cuando hubo meses en los que no había al aire ni una sola telenovela venezolana”, afirma el economista Andrés García Contreras, egresado del Instituto de Empresas de Madrid y consultor de la firma Polinomics, quien elaboró el informe La telenovela venezolana como negocio ¿En cuál capítulo estamos? “Venezuela lleva las de perder hoy porque las condiciones del mercado interno están peor que nunca frente a cada competidor”, apunta. Las posibilidades de que los dramáticos del país ­por lo menos en el corto plazo- revivan el esplendor del pasado lucen remotas.

Coraima Torres y el puertorriqueño Osvaldo Ríos dieron vida a Kassandra.

“Tal como está el negocio de la telenovela venezolana no es sostenible”, afirma el experto.

Parte de señalar que el cierre de RCTV perjudicó el negocio y terminó por afectar a Venevisión. “Era fundamental y hasta estratégico que existiera una rivalidad para mantener las máquinas aceitadas”, indica.

También menciona la falta de inversión de los canales en producciones propias y en el mercadeo internacional; pero reconoce que para un canal de TV resulta más económico importar, aún con tarifas por encima del dólar oficial. Cita el caso de Venevisión, que en 2010 optó por un enlatado para el horario estelar de las 9:00 pm.

El costo de producción de un capítulo pueden superar hasta ocho veces el precio de importar una lata y las posibilidad de recuperar la inversión no son tan claras si se toma en cuenta la contracción de la economía venezolana en 2009 y 2010.

“Los anunciantes en Venezuela están de retirada forzosa, las expropiaciones o estatizaciones de empresas como Fama de América y la Cantv; y la terrible recesión económica han incidido en la reducción de la torta publicitaria”, indica Polinomics.

En cambio, destaca que en Colombia hay un despegue en sus producciones, en la búsqueda de nuevos mercados y en el apoyo financiero de cadenas como Telemando. No hay restricciones gubernamentales con respecto a contenidos y es un país con una economía estable: baja inflación y políticas dirigidas a captar inversiones.

“La Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV tiene algo que es beneficioso como el 1×1, que obliga a la transmisión de una telenovela nacional por cada extranjera, pero hay momentos en que esa disposición se viola. La legislación también perjudica porque limita los contenidos”, expresa García Contreras. “El presidente Hugo Chávez ha ido contra la televenovela porque muchas de sus cadenas las hace en el horario estelar de las 9:00 de la noche”.

Pese a esta situación, en el informe de Polinomics se destaca que la restricción a la televisión impulsó la actividad teatral. “Mermada la industria de las telenovelas, muchas celebridades tuvieron que migrar a las tablas ya no por pasión, sino por necesidad”, dice Gustavo Rojas en el El boom del Teatro en Venezuela ¿Cómo tomar ventaja de otras regulaciones? No obstante, al futuro incierto que se presagia sobre el negocio de la telenovela, en Polinomics se destaca como hechos a favor: Televen firmó un acuerdo con RCTV para transmitir sus dramáticos y Venevisión parece que resolvió el dilema entre impulsar producciones nacionales o promocionar extranjeras.

“Hay que resaltar que las telenovelas fueron y aún son el sostén de la televisión venezolana. Con Chávez o sin él, se debe invertir porque hay una audiencia para telenovelas”, asegura García Contreras.

La intervención gubernamental:

Chávez y el culebrón socialista

“A diferencia de otras industrias en las que el Estado fue muy intervencionista, nuestra televisión disfruta desde hace muchos años de un entorno gubernamental respetuoso de la libre empresa. Ello ha vigorizado la inversión interna privada mientras el Estado se ha reservado una porción marginal del mercado”.

Este párrafo aparece en el documento de base sobre la producción de telenovelas del proyecto Venezuela Competitiva, realizado por el IESA en 1993 y que estuvo a cargo del investigador Abdel Güerere. Este aspecto no se modificó en la revisión que hizo en 2000, al punto de que ni siquiera aparece la palabra Gobierno.

La situación cambio con la Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV y el crecimiento que ha tenido el Estado en promover televisoras comunitarias y la imposición de contenidos, incluso para telenovelas.

El presidente Hugo Chávez ha sido un constante crítico de la telenovela. Al inicio de su Gobierno se mofaba de que su ex ministro de Relaciones Interiores, Luis Miquilena, fuera un fanático del género. Posteriormente acusó los contenidos de estos espacios de ser los culpables de los problemas sociales del país.

“Los embarazos precoces son causa de las telenovelas”, afirmó en una oportunidad. “Esos culebrones tienen una intención ideológica: destruir el potencial de un niño, de una niña, de un joven, inducirlo a esa vida plástica y muchas veces a la violencia, a la prostitución y a la pérdida de los valores”.

El mandatario también ha sugerido cómo debería ser el argumento de las telenovelas y encomendó esa tarea al cineasta Román Chalbaud y al escritor Luis Britto García. “Les voy a pedir que hagamos telenovelas socialistas, distintas a las capitalistas, como las que se difunden en Cuba con contenido social”, exhortó.


Por: ANDRÉS ROJAS JIMÉNEZ
arojas@el-nacional.com
Política | Economia
EL NACIONAL