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LA PRESENCIA: El discurso de Chávez, el sábado pasado, sigue siendo motivo de titulares

¿Hasta cuándo? Los periódicos merecen diversificar sus fuentes de titulación; si no, esto va por el camino hegemónico.

LA PRESENCIA
ominosa de un metiche

 

Un jefe de Redacción o de Información, en los medios impresos, es el guardián en el centeno, el tábano socrático, el capataz que hace funcionar la hacienda; pero sobre todo es el hombre que determina el titular de mañana sentenciando en última instancia qué es noticia y qué no. Es una figura castradora y arbitraria: porque generalmente los hechos que son noticia verdadera pasan por debajo de la mesa, se encuentran nada más en los anaqueles polvorientos de un rectángulo a una columna en la antepenúltima página del periódico, allí donde el viento, o la vista, se devuelven.

Tal es el espacio que en un país serio habría merecido el discurso de Chávez del sábado pasado. Paja en estado puro. No indica por dónde va Venezuela. Es la perorata de un payaso sin ley. Fueron siete horas de gamelote en la Asamblea Nacional. Que El Universal titule con “Chávez usó la palabra yo 489 veces en su mensaje” corrobora el descaminamiento mediático. Un análisis semántico del discurso arroja tal titular a los cinco días del monólogo. Hubiese bastado analizar su charla de estreno como Presidente electo, en el Ateneo, para adelantar un título semejante pero hace doce años. Así estamos en este país: las noticias llegan con doce años de atraso.

Nunca olvido que una amiga periodista -que llegó a intimar con Marisabel de Chávez- supo que cierta vez la primera dama halló a su príncipe consorte contando el número de veces que su nombre había aparecido en las portadas de los periódicos, un día cualquiera. Sea esta anécdota cierta o no, encaja en el personaje.

Pero una cosa es el ciego y otra quien le da el palo. Los medios de comunicación han permitido que el presidente de la República, es decir, una fuente noticiosa como otra cualquiera, se convierta en jefe de Redacción ad honorem.

Cierto, sus decisiones son importantes porque afectan al país. Desde luego que deben reseñarse; pero las decisiones se toman al amparo de un régimen y es la palabra régimen la que mejor define al Ejecutivo en su conjunto, es decir, al Presidente y sus inmediatos colaboradores. Personalizar las decisiones es personalizar el debate político. Y en ese terreno, y sobre todo de cara al 2012, Chávez tiene las de ganar porque sigue manejando, mejor que nadie de la oposición, la oratoria y sus pantanos.

Es una medida profiláctica eliminar el apellido Chávez de los titulares.

Tal Cual tampoco ha escapado a la fiebre al dedicar editoriales que reflexionan sobre partes del discurso del sábado. Noticia era, este jueves, el hecho fehaciente de que la Policía de Aragua es una Policía asesina. Un magnífico trabajo de Patty Fuentes condenado a la página 6.

Hablando de responsabilidades diluidas, deben privilegiarse aquellas notas en las que sí se sabe a ciencia cierta quiénes son los responsables. Y establecer las líneas directas con los mandos políticos. Machacar eso una y otra vez.

Fausto Masó comentó hace años, en el Gran Café de Sabana Grande, que la verdadera responsable del grupo Exterminio que se había consolidado en Portuguesa era la entonces gobernadora Antonia Muñoz. Tenía razón, por supuesto que la tenía. ¡La “negra” Muñoz! ¿Dónde está ahora? ¿Chávez la mandó a poner presa, como hizo con la juez Affiuni?

Hasta cuándo? Los periódicos merecen diversificar sus fuentes de titulación; si no, esto va por el camino hegemónico


Por: SEBASTIÁN DE LA NUEZ

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