LUIS ALFREDO RAPOZO: Los hospitales, no levantan cabeza.

By admin

September 19, 2022

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En los hospitales los pacientes
reciben su “vía crucis de maltrato…”

Luis Alfredo Rapozo:

“Como si fuera un poema:

I

Se sabe cuándo se entra a un hospital,

Pero, nunca,

Cuándo, ni cómo se sale.

II

Un enfermo sale vivo de un hospital,

Si tiene fuerza suficiente en los bolsillos.

III

Para sobrevivir

En un hospital venezolano,

Hay que ser guerrero.

IV

Los políticos

Se van a tratar a Cuba, como el Comandante Galáctico,

u otro avispado, que se va Houston,

con la ayuda de su creatividad y conocimiento financiero.

V

*Al paso que vamos, la gente va a preferir atenderse La salud en su casa, y de una vez encomendarse a Dios, de todo corazón.

E

n otros tiempos, quizás en la década de los años sesenta y hasta en los años setenta, los hospitales emblema del país parecían unas clínicas privadas. Su buen servicio a la sociedad era de primer orden. La infraestructura era la envidia latinoamericana y los estudios de postgrado en la formación de los nuevos profesionales, eran dignos de nivelarse a las mejores universidades del mundo. Solo nombraré los hospitales universitarios y el hospital militar en Caracas como representantes supremos de la buena calidad hospitalaria. Habían sido construidos en la dictadura del Gral. Marcos Pérez Jiménez, en la década de los años cincuenta. Luego, vino el desmadre, se

fueron perdiendo logros y la desmejora se adueñó de todo. Una madrugada, la oscuridad se apoderó de los hospitales y más nunca salió.

El tema es digno de estudio. Lo cierto, es que Venezuela petrolera no cuidaba sus inversiones en ningún área. Ni educativa, ni sanitaria, ni deportiva, ni en ningún lado. No había mantenimiento.

Pero, ustedes saben, que en Venezuela nada es eterno y la desmejora de la calidad de vida ha venido in crescendo sin parar, en contraste con las promesas más atrevidas por mejorar en época de revolución, que después de veinte años, ofrecen mejorar esto y aquello como si hubieran recibido el poder en 2022. Resulta que han pasado 23 años y los hospitales se están cayendo, su mobiliario es decadente y la prestación del servicio, no garantiza la vida de nadie. En ese sentido, podría decirse, que están fuera de la constitución. Y por cierto, Ni la fiscalía, ni la Defensoría del Pueblo, sienten que tienen algo que buscar en sus sedes.

1

Un día de marzo del 2022, fui al hospital clínico universitario, en Caracas, a socorrer a una prima que estaba hospitalizada en el piso 3, recibiendo atención por una celulitis en una pierna. Después de deambular por varios centros, un amigo vinculado al gobierno le consiguió una cama. De lo contrario, seguramente anduviera caminando por allí, pero con una pata de palo. Ustedes saben, lo feo que se pone aquella parte del cuerpo afectada por una celulitis, que hasta la visita al brujo yerbatero se debe incluir en la consulta para que el “sin nariz” no deje pasar lo que al chingo, se la pasa. Bueno, les digo, no le daban alimentación, los ascensores no servían, no había agua para el aseo; se debía llevar hasta el agua para beber y algunos medicamentos eran entregados por obra y gracia de un milagro comunitario y la solidaridad de terceros. Los sanitarios dan pena ajena, el mobiliario debe ser de los años cincuenta y el paciente da la sensación de estar abandonado a su suerte. Si no fuera por el apoyo familiar, la asistencia médica del ente clínico, no hubiera sido suficiente para que superara la enfermedad.

2

Hay tantos testimonios, sobre la pésima atención de salud en Venezuela, que todos los días podrían obtenerse carretillas de denuncias y malas experiencias vividas en cualquier parte.

3

El hospital militar, en la parroquia San Juan, no solo atiende personal militar actualmente. Dada la situación paupérrima de la población que necesita atención, ahora atiende también a lo población civil.

Sin embargo, ahora no hay mayor diferencia entre ambos tipos de pacientes. Y los militares enfermos, también reciben su vía crucis de maltrato, carencia de medicamentos, mala alimentación y alto costo en los laboratorios y otros servicios. Es insólito.

Este año, el padre de un capitán de fragata cayó enfermo por un padecimiento, que en una clínica caraqueña de tercera categoría, le hubieran operado inmediatamente, y a los tres días, le mandan a su casa con un tratamiento. En el Hospital militar lleva cuatro meses ambulatorio y dos semanas hospitalizado. Los exámenes de laboratorio salen mal, el hombre ha perdido 50 kilos por tanta fatalidad, la alimentación es de Guatepeor-ustedes saben-, de vaina no lo mataron por mala administración de los medicamentos y la familia tiene que zanquear la ayuda en los medicamentos y las donaciones con el ejecutivo. Así es el día a día en un centro hospitalario, sin hablar de los peores centros en Caracas y la provincia.

4

Ay Dios mío, no permitas

que pase penalidades, ni sufrimientos,

en un hospital venezolano.

Divino niño, protégeme.

Virgen de Coromoto, ampárame del mal.

Virgen del Valle, soy tu devoto, cúbreme con tu manto.

Ay Dr. José Gregorio Hernández, no quiero padecer en un hospital venezolano.

Ay, ánimas benditas del purgatorio,

no permitan que mi familia caiga en manos de esos matasanos,

que no les importa… que la gente muera por sus imprudencias.

Santo Dios, aleja las enfermeras de hambre, que no ven el mal ajeno

El coño de la madre de los políticos de mierda,

mentirosos que no han pisado un hospital venezolano,

y les importa un carajo, la salud del pueblo.

5

Yo no puedo defender al Presidente Chávez en materia de salud. Siendo su ministra de salud la coronela Sader, este le entregó una verdadera fortuna para que esta señora revolucionaria anti-imperialista, combatiente y no sé qué vaina, se pusiera las pilas y rescatara los hospitales. Lo menos que hizo fue eso y un día se fue volando como un pelícano por el caribe y atravesó el Atlántico rumbo a Francia, donde demostró la fuerza en divisas que tenía, adquiriendo vivienda y disfrutando de la vida a todo trapo. Luego, vendió y se vino a Dominicana donde lo hizo nuevamente, hasta el sol de hoy. Parece que le metió la mano, a una bolsa de 10 mil millones de dólares. Pero, aquí un ladrón nuevo, hace olvidar a una ladrona de siete suelas, como la Sader, quien dejó un desastre en medio país, con hospitales semi-destruidos, mal dotados y en una crisis tan grande, que difícilmente, se pueda recuperar el sistema de salud, a menos que se logre superar esa especie de maldición china, que fue su gestión de ladrona con toque de mujer.

La vieja Sader, se fugó con los reales del pueblo. Chávez se quedó piando convertido en pajarito por Sabaneta -según Maduro-, los hospitales en crisis perpetua y el que se enferma tiene un pie en el cementerio.

*Nota del editor: Las opiniones en este articulo son del autor, según lo publicado por nuestro proveedor de contenido, y no representa necesariamente los puntos de vista de reportero24.

*Luis Alfredo Rapozo, La Sociologia en aplicacion es mi vida. Es cuentista, cronista y articulista. Estudió Sociología en la UCV. Varios libros de cuentos, uno de crónicas y un trabajo sobre “El Negro Primero”. Escribo analizando el entorno en plena libertad de ideas. (Caracas-Anzoategui y en Uchire).

Por: Luis Alfredo Rapozo
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luisrapozo@yahoo.es
@luisrapozo
Caracas,sabado 17 de septiembre 2022

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En los hospitales los pacientes reciben su “vía crucis de maltrato…”

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