LUIS ALFREDO RAPOZO: El odio político y social inoculado por Chávez

June 2, 2021

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“Los revolucionarios disfrutan la bufonada;
les divierte, y entretiene…”

“Durante la democracia representativa que va de Rómulo Betancourt hasta Caldera II, se vivieron varios momentos que recogían las diferencias entre los partidos. Sin embargo, en ese tiempo inicial, en plena guerra fría, los comunistas eran más marginados, aunque luego, al aceptar su derrota armada, estos últimos fueron incorporados en diferentes responsabilidades…-”.

■ Cuando Caldera I, ganó la presidencia hubo una razia en los ministerios e instituciones, para dar entrada a los copeyanos, pero luego hubo cierto respeto a los empleados de carrera, e incluso mucha gente que se conocía desde tiempos de la resistencia dictatorial con diferencias ideológicas, se ayudaban entre si detrás del Poder.

[E]n las familias, la convivencia política se daba y los compadres eran de distintas posiciones ideológicas; Eso no importaba para nada y los hermanos, primos, cuñados, etc., convivían afectivamente sin importar la posición política. Jamás se llegó a niveles de intolerancia como los que vivimos en revolución. Al contrario, los programas de opinión invitaban a todas las tendencias y la gente que opinaba y escribía tenía acceso a los distintos medios, que lucían la diversidad de comentarios y posiciones.

I

Pero cuando llega a Chávez, el hombre comenzó a jugar con la exclusión y el odio. Esa es la verdad. Así, la famosa lista de Tascón vino a ser utilizada para despedir funcionarios, y relacionarse en la vida del país para entregar contratos; negocios, créditos, ayudas, convivencia política, de empleo, etc., en la administración pública. Hasta para sacar la cédula se consultaba la lista de Tascón. Los círculos bolivarianos tomaron la plaza Bolívar y pasar por allí era un verdadero peligro, ante la ira de los seguidores del chavismo, que se alimentaba día a día. De allí mismo, salían contingentes, pobladas financiadas por la Alcaldía y los ministerios para ser movilizadas; que atacaban a los medios o servían de grupo de choque para no dejar marchar una protesta; o para entorpecer pronunciamientos y acciones que buscaba la sociedad civil, contra el gobierno rojo. Lina Ron se convirtió en un verdadero poder lumpen y muy bien financiado, que entraba violentamente a las televisoras, luciendo sus granadas, motos relucientes y armamentos en general. Lina Ron era financiada por el poder político y utilizada a placer. Igualmente, sucedió con grupos del 23 de Enero, como la piedrita, entre otros, que parecían contingentes paramilitares, copiados de una extraña mezcla difícil de describir.

II

El mismo Chávez comenzó a denigrar de los demás, no tuvo respeto por nadie y se limpiaba la nariz con la cordialidad y la tolerancia. Mal ejemplo porque esto se repicaba en todas partes. En sus peroratas cotidianas, nombraba “escuálidos”, a los oponentes y otras definiciones altisonantes, que ofendían personalidades e instituciones. Ustedes, tienen que recordar aquello de “compotas de pupú” y “la misma miasma” en palabras de Chávez. Era una vulgaridad en ejercicio y mediáticamente. Impresionante, para cualquier visitante que se hospedara unos días en Venezuela. Incluso, en la televisión- El canal 8-de todos los venezolanos- se convirtió en una cloaca apestosa, que fomentaba la división, que fomentaba “el ustedes y nosotros” y la manipulación de la información. En el canal 8 solo trabaja gente pro-gobierno, todos tienen que ser rojos y los invitados eran de esa tendencia. La objetivad se acabó. Solo salía noticia a favor del gobierno y la manipulación cada día era más excluyente, evidente, y llena de un odio extremo. Si ustedes recuerdan, igualmente, los programas bandera del canal, funcionaban como mano comunicadora del PSUV, a niveles extremos, con sus amenazas, persecución, y acoso a la ciudadanía divergente y opositora.

III

Por supuesto, que generalmente se excedían, cuando utilizaban los medios. Que era casi todos los días. Se creían dueños del patio para siempre. En esos primeros años los robos al erario público eran escandaloso y suelo imaginarme a Chávez tapándose la nariz y los ojos, del gran pillaje que se daba en su propia cara. Pero, la conchupancia, era aguda. Una complacencia jamás vista, en Venezuela. Ningún organismo denunciaba el robo evidente; ninguna institución accionaba contra el súper choro Ramírez, ni contra algún ministro o ex ministro enriquecido. Siempre digo, que el más pendejo del clan rojo era millonario; era gente que había “arreglado” la vida a sus generaciones. No había donde denunciar. Las redes sociales era el nuevo campo de batalla para denunciar, hasta el sol de hoy.

IV

Además de enriquecerse, adicionalmente, los revolucionarios que llegaron con las patas en el suelo, acabaron con emisoras de oposición, con diarios, y medios en general… opinar en Venezuela, te podían llevar al SEBIN, sin aviso, sin denuncia, ni nada y pasar allí un buen tiempo, por capricho de Maduro.

V

En múltiples ocasiones, los principales líderes de la revolución manifestaban, que mandarían 500 años, que no entregarían nunca el poder, que no pasaríamos a ningún lado y un largo etcétera, de negaciones.

VI

Hoy en día los revolucionarios se quejan de la reacción que tiene la oposición, cuando se muere un rojo-rojito, con dólares en bancos foráneos y con propiedades difíciles de explicar, cuando llegaron con huecos en los zapatos al Poder. Parte de la población opositora, disfruta la muerte de un ladrón rojo, o que le pongan precio en USA, a la cabeza de un narcotraficante rojo en el gobierno. Ellos dicen que la oposición está llena de odio y que son miserables, por burlarse la de muerte de un cristiano.

¿Qué se puede esperar?

Las redes sociales, han canalizado la impotencia ante la opresión de la tiranía roja, el saqueo, la trampa y la represión… que debe ser denunciada.

*Nota del editor: Las opiniones en este articulo son del autor, según lo publicado por nuestro proveedor de contenido, y no representa necesariamente los puntos de vista de reportero24.

*Luis Alfredo Rapozo, La Sociologia en aplicacion es mi vida. Es cuentista, cronista y articulista. Estudió Sociología en la UCV. Varios libros de cuentos, uno de crónicas y un trabajo sobre “El Negro Primero”. Escribo analizando el entorno en plena libertad de ideas. (Caracas-Anzoategui y en Uchire).

Por: Luis Alfredo Rapozo
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Caracas, martes 01 de junio de 2021

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