LUIS ALFREDO RAPOZO: La vida en un manual (I y II)

May 28, 2018

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LUIS ALFREDO RAPOZO, La vida en un manual

Las prácticas fallidas de un manual
de la década de los cincuenta…

“…En esos tiempos de la década de los años setenta nos reuníamos en un salón solitario de la Universidad Central de Venezuela en la Facultad de Economía. Como a las siete de la noche comenzaban a llegar los compañeros, que pertenecían a esa célula revolucionara…”.

■ Una revolución no se hace a juro, debe tener condiciones para ello.

■ La revolución rusa no se repetirá en Venezuela, ni en ninguna parte…

■ ¿Vas a obligar a una población a seguirte amenazándolos con meterlos presos, violando derechos humanos y hasta asesinando a cristianos en una protesta?

■ Eran como doce camaradas muy activos, que siempre liderizaban la presencia de la organización no solo en la escuela de Sociología, sino en la universidad completa; además tenían vínculos directos con la dirección universitaria y algunos de ellos eran contactos con la dirección regional y nacional del partido.

[E]ntonces, allí estaban todos tomando la palabra y realizando sesudos discursos contra el imperialismo yanqui; contra la política hambreadora del gobierno nacional; informando sobre las acciones que se venían dando en distintos frentes, ejecutando planes de apoyo a la lucha de los obreros textiles, farmacéuticos; y divagando sobre la seguridad necesaria para defendernos de la DISIP, que siempre procuraba infiltrar grupos en labores de inteligencia. La mayoría no llegábamos a los veinte años, nos formábamos profesionalmente, pero siempre pensando en la revolución-recordaba el compañero “Santiago”, que así se hacía llamar en esos tiempos”.

“…luego el tiempo fue pasando-contaba el compañero “Santiago”-, a principio de los años ochenta se notaba cambios importantes en el mundo-recuerdo la caída del muro de Berlín; los cambios en la URSS y la llegada de la globalización-. Nosotros también estábamos cambiando. La mayoría nos preparábamos para una segunda carrera; otros querían especializarse, la mayoría se enfrentaba con la realidad económica de la vida fuera de la universidad, pero otros seguían pensando en la revolución y en sacar a plomo limpio al presidente de turno de Miraflores e instalar la dictadura del proletariado para pasar a conformar junto a Cuba una gran confraternidad revolucionaria”.

“Yo me quedé observando al compañero “Santiago” y mi mente viajó en el tiempo recordando los rostros de nuestros dirigentes revolucionarios que recién habían sido pacificados por el Presidente Herrera Campins, después del asesinato en la DISIP de nuestro secretario general, durante el primer gobierno de CAP. Nosotros en la Universidad teníamos mayor preparación ideológica, pero los compañeros revolucionarios que militaban en otros sectores sindicales, populares y movimientos de distinta naturaleza, se formaban leyendo manuales rusos traducidos en Cuba, que editaba la Universidad de La Habana e importaba el Partido Comunista de Venezuela: yo siempre decía que algunos camaradas eran unos manejadores de clichés y repetían al caletre los manuales estalinistas, maoístas y leninistas con lo cual difícilmente entendían a primera mano nuestra realidad y cuando se planteaban discusiones, terminaban repitiendo líneas sacadas y aprendidas de un manual de esos que divulgaba el pensamiento de Lenin, Mao o Marx. Entonces, planteaba la necesidad de elevar el nivel de las escuelas de cuadros”.

“Naturalmente, uno quería cambiar la realidad, mejorar la democracia, repartir la riqueza, disminuir la pobreza, atacar la marginalidad en el subdesarrollo venezolano, mejorar la educación y el nivel de vida, pero el día que apareció el secuestrado industrial Frank Nihouse en el estado Bolívar y asesinan a dos estudiantes universitarios que servían de custodia, algunos compañeros comenzamos a reflexionar si ese camino era lo que estaba planteado para nosotros y desde esos momentos, muchos comenzamos a migrar a la periferia y alejarnos de esa militancia, que parecía no adaptarse a la realidad, que indicaba otras cosas, un nuevo paradigma. Entonces, me recuerdo dándole el pésame a las madres de esos muchachos asesinados -en mi concepto, inútilmente-; uno de la UCV que vivía en El Cementerio, en Caracas y otro de la Universidad de Carabobo que era oriundo de San Felipe, estado Yaracuy. Como si fuera ayer, me recuerdo planteándole a mi amigo Alí, que yo partiría en solitario a ampliar mi concepción del mundo y a cuidar mi vida para no morir como un pendejo, sin explicaciones a nadie, mientras otros seguían su vida política entre la miel, el vino y los favores del propio Estado. Entonces marchamos desde la UCV hasta el Cementerio General del Sur para enterrar al muchacho de la UCV, y con él, mi salida del movimiento”.

“Entonces, le dije a Santiago en aquella oportunidad que Dios librara a Venezuela si algún compañero sindicalista, que solo alimentara su intelecto con manuales del siglo XIX y comienzos del siglo XX llegara a conducir el país para implantar una revolución y la toma del poder por una clase proletaria ideada por Marx en sus estudios del capitalismo inglés. Naturalmente, eso se veía imposible, porque la realidad presionaba para que los partidos se modernizaran y adaptaran su visión a las necesidades del capitalismo contemporáneo” -Y entonces, nos fuimos del movimiento-me dijo Santiago-. Si-le respondí- y además aquellos compañeros llegaron al poder de una o de otra manera, acompañando a una logia militar que se alzó con el golpe militar de 1992, que ha lanzado al país por un barranco… entre mala administración, corrupción, inexperiencia, pillaje extremo, improvisación, incorrectas políticas, un profundo resentimiento social y querer instalar un comunismo usando prácticas fallidas que se habrán conseguido en un manual de la década de los cincuenta”.

(Segunda parte)

Una revolución no se hace a juro, debe tener condiciones para ello.

¿Vas a obligar a una población a seguirte amenazándolos con meterlos presos, violando derechos humanos y hasta asesinando a cristianos en una protesta?

La revolución rusa no se repetirá en Venezuela, ni en ninguna parte…

(Aquí les presento los extractos apretados de una conversación entre cuatro compañeros antropólogos y sociólogos que se encontraban en un apartamentito muy cerca de la Av Libertador, en los días que asesinaron a un antropólogo, músico para robarle su vehículo. Participan Santiago, Joseíto Romero, La bella Adelaida y este escribidor).

Fue nuestro compañero Joseíto Romero quien intervino en la conversación y dijo: “Ya a finales de la década de los ochenta teníamos un gran problema en la política venezolana. Me refiero a las consecuencias de la llamada partidocracia, que había inundado todo el espectro y la gente comenzaba a exponer su decepción del bipartidismo; de la relación guanábana de AD y COPEI. Era como una especie de agotamiento. El liderazgo joven había sido bloqueado y los viejos líderes de siempre continuaban mandando en Venezuela. No en falso el Dr. Caldera se mantenía en la palestra.”

-Vamos a lo que me interesa señalar-interrumpe el camarada Santiago: “A mediados de la década de los noventa…la llamada izquierda venezolana se encontraba como siempre. Sin renovación, sin creación, sin propuestas y lo más importante, tal vez, es que no tenía posibilidades de llegar a Miraflores, ni demostraba fuerza en el electorado. Incluso los movimientos más ortodoxos, radicales, habían aceptado su derrota; la sublevación armada de los años sesenta y en consecuencia tomó la decisión de menospreciar la llegada al Poder por la fuerza y sellaron esa lucha armada con la última pacificación que dejó en libertad a Soto Rojas, Julio Escalona y Marcos Gómez.

De tal manera -continuaba señalando Santiago- , que hablar de izquierda en los últimos años del siglo 20 requería de una verdadera aventura filosófica para soportar su vigencia. Y es, que el capitalismo se había enriquecido, la globalización se movía hasta en los países asiáticos, la URRS se había caído y se hacían nuevas propuestas en comercio exterior, y otras artes a las cuales había que salirle al paso. Allí fue cuando el compañero Romero añadió que…”Fidel se veía viejo y la revolución cubana aislada. Entonces, el predominio de los Estados Unidos crecía como un pulpo de dos cabezas. Sin embargo, América latina lucía abandonada como un criadero de chivos, como el patio trasero de los gringos”

En Venezuela, la izquierda estaba desperdigada-como dije-, por todas partes, sobretodo en las universidades, pero no eran una fuerza real en el país. Los partidos tradicionales eran victimas de la corrupción, la mala imagen de sus líderes y vivían un mal momento, sin dudas.

En ese panorama general aparece el golpe militar fracasado del año 1992 y su posterior victoria electoral. Los cuatro izquierdazos que había se fueron acercando a los golpistas y cuando ganan las elecciones…no podían creer que por fin la victoria y la llegada al poder, les había tocado la puerta como una visita de la suerte. ¿Cuándo se había visto que “ñangaras” o guerrilleros de vieja cosecha se juntaran; se aliaran con militares golpistas? Eso en mi concepto era una mezcla más que peligrosa; uno no sabe que engendro puede salir de semejante acoplamiento. Chávez venía del mundo militar y se fue rodeando de personajes militares-por supuesto- para ocupar las carteras-así no tuviesen experiencia, cosa grave, por supuesto-; y de miembros de esa izquierda resentida de siempre. Semejante mezcla generó un odio por los medios, una violencia verbal extrema y un ataque –como a RCTV, y otros- desproporcionado, antidemocrático, abusivo, extraído de ese manual expropiador y cargado de odio contra las clases sociales productivas y pudientes. ¿Qué país puede salir adelante con semejante actitud? Pues, ninguno. Allí estaba una acción que nos destruía lentamente, aunque en forma desordenada y creando serios problemas en la paralización de la economía. Querer instalar un comunismo en Venezuela era una locura y hasta PDVSA llevó palo parejo hasta dejarla sin los huevos de oro.

Efectivamente en los días cercanos a la toma de posesión de Chávez el fenómeno comenzó a mostrar sus dientes en actos que el nuevo presidente militar daba en los cuarteles a donde acudía a introducir su nueva visión de lo que serían sus FAN y la verdad recuerdo que exclamé “Ave María Purísima”, esto se jodió”. Ha comenzado la des-institucionalización del sector militar.

En esos días comenzó a trabajarse un modelo extraído de algún manual o una enfermiza mezcla de conceptos que no auguraba nada bueno, en mi concepto. Primero que nada, un odio extremo contra USA; que es diferente a buscar una tercera alternativa de alianzas. En este sentido observen estimados amigos que actualmente el gobierno de Maduro se pliega desesperadamente de los rusos y los chinos. ¿Dónde está el mundo multipolar de que hablaban todos los días de una manera tan frenética, alucinante?

Nuestra compañera Adelaida, una socióloga preocupada siempre por las relaciones entre antropólogos y sociólogos, quien nos había reunido para partir en comisión al funeral de un compañero asesinado para robarle el carro, intervino diciendo: “…Descubrimos que no estaban preparados para gobernar un país con las características de Venezuela. Bastantes peripecias han realizado aprovechando la abundancia de petrodólares, pero la cosa se les pone fea cuando la vaca tiene las tetas, sin nada”

“Yo no dudo -opinó Santiago-que un buen equipo de gobierno en Venezuela debe construirse mirando primero nuestro cuadro actual; nuestras serias deficiencias para construir el desarrollo. Ellos todavía no se han dado cuenta, pero los resultados de 20 años en miraflores demuestran que no lo han hecho bien y algunos ya comienzan a reconocer que han sido personajes principales de la gran torta.”

Yo me quedé mirando el reloj y antes de invitarlos a caminar hasta la mezquita donde velaban al compañero antropólogo, dije que “…Hoy día nos encontramos con un presidente incapaz, sin formación para gerenciar un país. Tampoco tenía credenciales para ser ministro de Relaciones Exteriores, pero Chávez impuso “al autobusero” a golpe y porrazo, quizás motivado por su mismo reconcomio social y su enfermiza personalidad-. Maduro se vanagloria diciendo que estuvo 7 años como canciller, pero evaluemos ese desastre de nuestras relaciones internacionales y démosle una calificación. Sale raspado y la situación de nuestra política exterior es deprimente, de país del cuarto mundo ¿O, no?

“Por dónde meta la cabeza -opina Adelaida- el manual comunista sale derrotado. En estos días muchos izquierdosos repiten a cada rato que han cometido errores, que si esto y aquello y que van a reconducir la forma de gobernar, pero la verdad es no saben qué hacer, una se pregunta qué van a hacer con los errores cometidos en las distintas áreas como la producción de azúcar, turismo, pesca de atún, elaboración de pañales, detergentes: han sido un verdadero desastre, no saben cómo sacar a Venezuela del estado de postración en que se encuentra y ya no hay plata.”

Mi recomendación humilde, es muy sencilla: Maduro debe renunciar, antes que ellos mismos lo saquen a patadas de miraflores- hay que llamar honestamente al cambio necesario con nueva gente; plural, democrática, que abra brecha para recuperar un país que lo dejaron en la ruina; con aires de libertad, saber jugar con el capitalismo, el mercado y el desarrollo que requiere una nación en estos tiempos modernos…

El país colapsó. Vivimos una tragedia y Maduro no la superará ni que vuelva a nacer…

*Luis Alfredo Rapozo, La Sociologia en aplicacion es mi vida. Escribo analizando el entorno en plena libertad de ideas. (Caracas-Anzoategui y en Uchire).

Por: Luis Alfredo Rapozo
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@luisrapozo
Caracas, sabado 02 de junio de 2018

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