“Seguiré disparando y gritando
lo que nadie quiere escuchar…”
■ Despertar en un mar de historias enterradas en donde la luz de muchos es apagada pareciese se el común denominador de un trozo de tierra privilegiado lleno de bellezas naturales.
[L]as, montañas que lloran, playas con arenas tan finas como la delicada ceda y una flora que sonríe ante sus habitantes, sin embargo en este paradisiaco lugar el silencioso grito de los desafortunados ronda entre sus rincones, un frio siniestro recorre las calles tiñéndolas de rojo, un frio que actúa indiferente ante clases, sexo y edades, casi indetenible, burlón y grotesco.
Evité mentir casi toda mi vida y no pretendo comenzar a hacerlo, no procuro separar responsabilidades enmarcadas en diatribas políticas, no dibujare mis letras en formalismos legales ni discursos de doble moral, les hablare desde la sutileza de las palabras y no intento con ello apartarme de la realidad pero si de hacer ésta un poco más apacible desde la delicada línea que separa el sentimiento del verdadero periodismo, sobre mi derecho hablar tengo dos principios mis dos manos y mi voz libres e indiferentes ante amenazas y fieles a la verdad y la ética, disparando sobre el papel y gritando desde las sombras lo que no se quiere escuchar.
De todo esto la motivación para escribir es más simple, se enciende la chispa en cada nostálgico relato de los familiares que han sufrido una perdida por culpa de la inseguridad, en cada silencio después de la explosión de un proyectil que hace ofrenda al dolor y en cada luz apagada de una noche traviesa, surge vibrante una interrogante que demanda respuestas y a la que aun diciendo mucho no consigo responder con exactitud, cuestiono sobre los niveles de pobreza, sobre la separación de clases y bordeo los posibles motivadores para robar una vida, un poco de efectivo, un par de zapatos y ahora hasta alimentos no puedo dejar de mencionar la crisis actual como factor para intentar relacionar la barbarie con una condición país en la que nos hemos visto obligados a vivir.
Debo confesar que tiembla mi mano al escribir que en lo que va de 2015 no se ha podido calcular la cantidad de homicidios en todo el país, el dato más cercano que se obtiene obedece al rostro de más 24.980 personas que perdieron la vida de forma violenta, pretender que no sucede nada, mientras nuestras calles se llenan de sangre, es igual a empuñar un arma y disparar, más allá de los complejos sistemas políticos, sus vicios e imperfecciones es justo recordar que llevar a Venezuela en el corazón no significa colocarse una gorra Tricolor hablando de posibilidades y caminos, ni mucho menos gritar patria exasperadamente con un brazalete en el brazo izquierdo, llevar a Venezuela es: sentirla, vivirla, respetarla y lo más importante sufrirla.
La inseguridad no es una sensación es una realidad del día a día, esta expresión resume quizás lo que se vive en el minúsculo edificio de podredumbre y lamentos (morgue) y todo esto ante la mirada indiferente e ineficaz de un gobierno que ha quebrado al país por sus cuatro esquinas, economía, política, seguridad, salud y no es que sea mi intensión culpar solo a un actor sino mas bien mirar desnudos y sin caretas a todos los actores políticos que buscan escaños en la mirada inocente de familias destrozadas que añoran una Venezuela quizás con un poco más de estabilidad.
¡Vota por mí!, me olvido de ti
De todo ello debo cuestionar abiertamente el rumbo que ha tomado el venidero proceso electoral; el discursado usado por quienes vestidos de esperanza no sustentan en argumentos la fortaleza de su perfil como candidatos a la Asamblea Nacional y peor aún basan su estrategia en técnicas de lastima y autocomplacencia narcisista, dejando a un lado proyectos y legislaciones, tan necesarios para afrontar la grave crisis que se vive en Venezuela producto de la incompetencia del mal llamado Gobierno Nacional.
Lastimosamente no existe hasta la fecha ningún pre-candidato a tan importante cargo de elección, que haya presentado incluso un boceto de su intención en materia legislativa de fondo, se les ha escuchado murmullar sobre la liberación de los jóvenes que valientemente defendieron un proyecto de país, han gritado y cambiado su rostro de color exigiendo libertad para políticos de alto nivel y perfilado a estos mismos como candidatos e incluso se han dado golpes de pecho contando sus “hazañas históricas y libertarias”. Sin embargo no han presentado proyecto de ley alguno que permita neutralizar la persecución política, ningún plan para detener los altos índices de inseguridad y corrupción policial, muchos menos se ha vislumbrado es su teórica soluciones prácticas y aplicables a la nueva sociedad en materia de alimentación, economía, seguridad social y laboral, gestión de negocios internacionales, entre otros tantos puntos de relevancia para dirigir el cambio que tanto pide el ciudadano de a pie.
En mi opinión hay muchos puntos de vista diferentes de lo que el periodismo es y lo que puede ser, el periodismo en su mejor momento, es una de las artes de la democracia. Periodistas proporcionan las noticias y el análisis mediante el cual una sociedad se comunica consigo misma, lo que le permite un cierto grado de autogobierno. Este es el panorama ideal de periodismo que tiene la cobertura de noticias en aras de la verdad completa y la ética perfecta, lleva a cabo la idea de que la realidad se está escribiendo y no se genera en opiniones. Lo contrario de esta opinión es que, el periodismo en su peor momento, es un arte de la demagogia y el déspota. Es el instrumento de propaganda de los intereses poderosos que subvierten populares autogobiernos mediante la manipulación de los canales de información.
Mientras siga perteneciendo al mejor momento del periodismo seguiré disparando sobre el papel y gritando lo que nadie quiere escuchar, dosis de realidad aumentada para que usted pueda observarla y generar un criterio que le permita de una vez por todas tomar decisiones de alto impacto y obtener un bien común.
*Lic. Óscar Tellechea, Periodista, Dirigente Juvenil Carabobeño, Secretario de Organización Juvenil del partido Alianza Bravo Pueblo.
Por: Oscar Tellechea
Politica | Opinión
@OscarTellechea
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Valencia, domingo 17 de agosto de 2014
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