“Yo he destruido y destruyo hogares
de mujeres casadas e ilusas…”
■ No hay cosa más ridícula que esas mujeres que dicen: “Fulanita de tal destruyó mi hogar…”
Sin embargo, a mí me encanta destruir hogares, incluyendo el mío. Yo estoy loco porque alguien destruya mi hogar y mira que he tratado, pero al parecer mi mujer cree que tiene un hogar perfecto, pero sin consultarlo con el interesado, es decir, conmigo.
Les decía que sin proponérmelo, yo he destruido y destruyo hogares de mujeres casadas e ilusas que creen que yo soy mejor que su esposo, y que en lugar de disfrutar su cacho y el mío, hacen planes futuros, pero de nuevo sin consultarlos con el interesado, es decir, conmigo
En general, los hombres no hacemos planes a largo plazo con las mujeres. A lo mejor estoy generalizando, pero nadie puede negarme que eso de firmar algo que dice: “hasta que la muerte los separe” o “tienes que querer y ser fiel en la enfermedad y en la pobreza”, es, por decir lo menos, aterrador.
Dígame cuando algunas mujeres comienzan una relación diciendo algo espeluznante: “Quiero envejecer contigo”. Yo no quiero envejecer ni conmigo mismo, mucho menos al lado de otra persona.
Sí, estos temas son delicados, sobre todo porque la gente es miedosa y aunque estén de acuerdo con mis teorías, les aterra que sus parejas los increpen:
—¿Me imagino que no estás de acuerdo con este irresponsable?
Son tan secretos como el Viagra ¿Conocen a algún hombre que diga abiertamente que lo toma? No, ¿verdad? Bueno, les informo que más de 85% de los hombres jóvenes y viejos lo usan, pero nadie lo dice.
También tengo que informarles algo terrorífico: no conozco a ningún hombre fiel. Todos los hombres, excepto yo, son infieles. Otra cosa, las personas que más se horrorizan y critican los cuernos, son los más diestros para las infidelidades, sobre todo porque nadie sospecharía que lo puedan hacer. Ese es el éxito de esta sana y difundida práctica: que sea absolutamente secreta, que nadie lo sepa aparte de los involucrados. Lo emocionante del cacho es lo prohibido, estar consciente de que se juega con algo peligroso en caso de ser descubierto.
Son cómicos los consejos de psiquiatras y psicólogos en los programas de TV que tratan el tema. Para empezar, los invitados dicen estar en contra de la infidelidad y tienen teorías absurdas que explican por qué hay humanos infieles. Una de ellas es que al infiel le falta algo o le va mal en su casa. También dicen que no hay comunicación entre la pareja o que se ha enfriado la pasión.
Lo anterior puede ser cierto, pero la mayoría de la gente que es infiel, lo hace porque es muy sabroso.
*Claudio Nazoa. Humorista, cocinero y escritor de publicaciones gastronómicas e infantiles.
Por: Claudio Nazoa
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EL NACIONAL
Caracas, Lunes 1 de septiembre 2014
