Hay básicamente tres tipos
de gangrena en el humano
■ Pero en economía hay más de tres especies.
Cuando el flujo sanguíneo es interrumpido en un sector del tejido y no se produce una infección secundaria, estamos hablando de gangrena seca. Cuando el flujo de inversiones y mercancías se interrumpe por nacionalizaciones, expropiaciones, controles de precios y de cambios, estamos en presencia de una gangrena intervencionista supereseca.
Las corrientes de inversión privada, nacional e internacional, que circulan libre y normalmente en los países, como China, Estados Unidos, Chile, Vietnam, no llegan a la nación gangrenada en razón de que los vasos capilares de los circuitos económicos están obstruidos al igual que las venas bancarias y las arterias del mercado de valores. Una densa capa de burócratas actúa diligentemente para impedir la circulación. Ponen trabas, requisitos insalvables para desarrollar nuevas empresas. Otro grupo se dedica a destruir las empresas que antes florecientes se convirtieron en carne muerta, tales como CVG, Automercados Éxito, Agropatria, las cementeras, los fabricantes de baterías, vehículos, electricidad.
Los primeros síntomas de la gangrena seca en un humano son: dolor apagado, sensación de frío y color pálido. En economía los primeros síntomas son una inflación descontrolada, corrupción generalizada, pérdida de la calidad en educación, crisis en las importaciones, disminución de las exportaciones no tradicionales y, finalmente, aumento desproporcionado de la inseguridad. Si la humana se detecta en forma temprana puede servir como remedio una cirugía vascular, pero sí ha necrosado hay que cortar toda la zona afectada. En economía hay que eliminar los controles y estimular la competencia, pero si está necrosada hay que cambiar al gobierno completamente.
La gangrena húmeda humana se produce en los tejidos acuosos como la boca, intestino, pulmones, cérvix y vulva. En economía la gangrena húmeda se produce en los servicios de electricidad, agua potable, hospitales, carreteras y autopistas y eventualmente en el sector militar, que pierde su independencia y neutralidad para convertirse en un nuevo tipo de organización política y hasta partidista.
Finalmente tenemos la gangrena gaseosa, rápidamente expansiva y muy peligrosa. En esos casos, un tejido blando se contamina con esporas como ocurre en traumatismos, aborto séptico y heridas de guerra. Se produce un gas que se expande y produce edemas y eventualmente termina en sepsis. Su evolución a toxemia y shock es rapidísima. La cirugía invasiva y masiva en la única solución. En economía los síntomas son, entre otros, la constitución de roscas, pandillas, gavillas y montoneras que se encargan de destruir agresivamente el equilibrio de los poderes públicos. La Fiscalía se convierte en un organismo policial del gobierno y en un instrumento de persecución. Robo descarado. Se presentan muchos casos de allanamientos a la inmunidad parlamentaria, detención masiva de dirigentes políticos y sobre todo de estudiantes, constantes violaciones de los derechos humanos, casos de tortura. Detención de alcaldes por motivos fútiles, compra, cierre y control de los medios de comunicación y en general una sepsis social con eventuales estallidos masivos de violencia y saqueos generalizados. En estos casos una cirugía social es necesaria. Hay que extirpar del poder toda la carne podrida. Todo el tejido social necrosado y purulento.
Sin embargo, aunque la comunidad científica está bastante de acuerdo en la metodología para tratar la gangrena económica, social y política, siempre hay versiones novedosas cuyas bondades no han sido comprobadas suficientemente, y entonces da la impresión de que los doctores del cambio están divididos y hasta enfrentados, cuando en realidad el diagnóstico del mal es idéntico. El paciente es sometido a varios procedimientos, a varios tratamientos, que eventualmente y en beneficio de todos combaten la enfermedad que sufre el país y de alguna manera ayudan a la sanación. Esos enfoques diferentes son regulares, cotidianos, normales. Son parte fundamental de la cura del mal y de la conservación de la salud democrática.