“Promesas rotas y engañosos
procedimientos socialistas..“
■ Desde hace 15 años venimos, todos los venezolanos, escuchando aquel cuento del magnicidio.
Crimero decían que iban a matar al difunto ex presidente y ahora le toca el turno al señor Nicolás Maduro, quien sigue el “camino magnicida” de su antecesor. Es clara la pretensión del Gobierno de tratar de distraer la mirada de los venezolanos y del mundo sobre la crisis que se respira en el país, porque no son solos los estudiantes que se mantienen en rebeldía en contra del sistema, sino que es el pueblo de a pie el que se está hartando de hacer colas y de hacer milagros para conseguir que comer.
El número de veces que el Gobierno ha denunciado magnicidios es increíble, sorprendente, tanto que pido formalmente por esta vía que me digan ¿cuántos van? Porque ha sido extraordinaria la capacidad de estos señores en develar estas pretensiones asesinas.
Primeramente los planes de presuntos atentados se originaban en los Estados Unidos de Norteamérica, luego en Colombia, y creo que hasta se llegó a decir en alguna ocasión que desde el Estado de Israel también se quería planificar contra la existencia del para entonces presidente de la república.
La realidad es que Venezuela no ha sido territorio de magnicidas y tampoco lo será. Desde 1830, fecha de nacimiento de la República de Venezuela con el General José Antonio Páez a la cabeza, hasta la fecha se ha registrado un solo hecho que provocó la muerte de un Jefe del Estado, en el caso del Comandante Carlos Delgado Chabauld, un 13 de noviembre de 1950.
Un solo episodio en 184 años, esto evidencia que nuestra raza no es proclive a este tipo de hechos, a pesar de ello desde la cúpula del poder se sigue hablando del tema con el solo propósito de enlodar la imagen de hombres y mujeres que rechazan al sistema imperante.
Jorge Rodríguez, el alcalde de Caracas, no tiene más nada que hacer en la capital de la república que acusar cual inquisidor a María Corina Machado, a Henrique Salas Romer, Gustavo Tarre y otros de un presunto plan para acabar con la existencia de Nicolás Maduro, ¡semejante disparate!
Digan lo que digan el pueblo venezolano ya no cree en sus cuentos de camino, al pueblo lo que le interesa es que le digan cómo se va a solventar el problema de la escasez, que le informen cuándo podrá hacer mercado y encontrar todo los productos que necesita para satisfacer las necesidad básicas de su familia.
Con cuentos, con historias, con relatos fantásticos de conspiraciones ficticias no solventarán la problemática del desabastecimiento, de la carencia de productividad nacional, así no ganan espacio sino por el contrario generan más malestar entre un pueblo que le gruñe el estómago porque no encuentra comida.
Pueden decir que vienen mil atentados más en contra del Presidente de la República y los venezolanos no le van a creer ni media palabra, porque han sido demasiados los años viviendo de promesas rotas y engañosos procedimientos socialistas.
¡Ya dejen de intimidar a la oposición, de perseguir diputados, alcaldes, líderes morales y políticos de la Venezuela democrática y admitan que no han podido minimizar, por lo menos, los impactos negativos de sus nefastas administraciones!
¿Cuántos magnicidios van? Muchos, demasiados en la mente de los jerarcas del Gobierno madurista, aunque ninguna cifra que digan o que terminen inventando desde Miraflores se comparará con el infinito número de venezolanos que reclamarán por comida en las calles de la nación.
*Antonio Barreto Sira. Diputado Asamblea Nacional de Venezuela. Alcalde de Freites – Cantaura 1996-2000 2000-2004.
Por: Antonio Barreto Sira
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