El Calabozo de la Libertad
■ Es difícil de aceptar, pero es así: estamos perdiendo el partido. Contrariamente a lo que algunos creen, Maduro no está caído. Aún cuando el pitcher del gobierno luce descontrolado, lanzando más bolas que strike, nos está ganando el primero de esta serie final.
Maduro 1.- Las fuerzas democráticas venezolanas se encuentran divididas en 3 toletes:
A.- Un sector, al que llaman los radicales, quienes quieren que Maduro salga ya por la vía de la fuerza. Este sector está convencido de que la salida es la guarimba y las protestas en las calles, como una forma de crear las condiciones sociales que deriven en una renuncia de Nicolás. El problema es que en los barrios populares no hay guarimba ( y si la hay es muy poca) lo cual quiere decir que la convocatoria a protestar no ha permeado en aquellos sectores tradicionalmente afectos al oficialismo. Este sector radical, por cierto, no cree en elecciones.
B.- Un sector al que llaman los “colaboracionistas”, conformado por quienes creen que el camino tiene que ser electoral. Aquí se encuentran los que apuestan a derrotar a Maduro en los comicios de 2019 y quienes piensan en un Referendo Revocatorio en 2016. Los colaboracionistas creen que si es posible derrotar a Maduro en unos comicios y ponen como ejemplo los triunfos opositores en algunas gobernaciones y alcaldías.
C.- Los NiNi: conformado por un sector que ni es radical ni es colaboracionista. Este sector se declara opositor, pero estima que la lucha no está siendo llevada a cabo como corresponde. Este grupo apoya a los estudiantes y los alienta a seguir en la lucha, pero rechaza la injerencia de los partidos políticos y de la MUD. Aboga por el nacimiento de un nuevo liderazgo y propone una oposición inteligente, que adopte medidas contundentes, pero sin recurrir a la violencia, y que busque la vía electoral pero sin caer en las fauces de un CNE rojo rojito al que acusa de hacer trampa.
Maduro 2.– La MUD está golpeada: la Mesa de la Unidad Democrática, si bien es cierto es la principal plataforma política con capacidad para enfrentar al régimen, se encuentra severamente lesionada en su credibilidad. A raíz de los resultados obtenidos el 7 de octubre de 2012 y luego el 14 de abril de 2013, un importante sector de la sociedad democrática comenzó a cuestionar a la MUD. A principios de año muchas voces pidieron una reestructuración de la Mesa y un cambio en su vocería. Más recientemente, las declaraciones de Roberta Jacobson, subsecretaria de estado para Asuntos de América Latina de EEUU, afirmando que algunos líderes opositores le habían pedido no aplicar sanciones, terminaron de derramar el vaso.
La MUD emitió un comunicado desmintiendo a la funcionaria norteamericana, y la misma Jacobson admitió tres días después haber sido víctima de una “confusión”, pero el daño ya estaba hecho: mucha gente ya no cree en la MUD, por aquello de que cuando el río suena es porque piedras trae. Además: los rumores muy fuertes de que dos Ramones fueron a EEUU, hablando a nombre de la MUD, a implorar no aplicar sanciones y a defender los intereses de un famoso banquero asociado al oficialismo, corren por todo el país.
Maduro 3: El gobierno anotó otra carrera cuando logró sentar a la MUD en la Mesa de Diálogo. La MUD cometió un gravísimo error: sentarse a la mesa sin poner condiciones. Un segundo error fue aceptar dialogar en Miraflores. Y un tercer error: permitir que Maduro fuera el moderador de la mesa. Al final ocurrió lo que todos habíamos alertado: la MUD se retiró de la mesa, pero quizás ya era muy tarde.
La MUD 1: El único punto a favor que se ha obtenido con las protestas y la famosa guarimba es que el régimen de Maduro perdió credibilidad a nivel internacional. Ciertamente, la comunidad internacional pareciera estar hoy mucho más convencida de que Maduro ha violado los DDHH y de que en Venezuela no hay democracia ni libertades. Con todo y eso, la OEA no ha podido hacer nada, Unasur sigue resteada con Maduro y el gobierno de Obama no parece estar muy convencido de aplicar las sanciones.
Mientras tanto, Maduro continúa con su plan de ataque. El próximo paso del oficialismo será designar en el CNE a cinco rectores mucho más radicales y afectos al gobierno. No nos extrañe que el nuevo presidente del CNE sea Freddy Bernal o cualquier otro chavista radical como Darío Vivas o Iris Varela. La intención de Maduro es crear las condiciones para estimular al sector radical de la oposición (al gobierno le convienen las guarimbas) y promover la abstención con miras a las elecciones parlamentarias de 2015.
Para ganar este juego, las fuerzas democráticas tienen que unificarse. La MUD debe ser una verdadera plataforma unitaria y no un club para defender intereses personales o de grupo. Vamos perdiendo el juego. Esto está 3 a 1 a favor de Maduro. Pero todavía quedan 5 innings. Como diría mi amiga Mary Montes, esto no se acaba hasta que canten el out 27.
*Gustavo Azócar, Profesor universitario (ULA Tàchira), escritor y periodista en el estado occidental venezolano del Táchira; Consultor Politico y Conferencista internacional.
Por: Gustavo Azócar A.
@GustavoAzocarA
elnegroazocar@gmail.com
Politica | Opinión
Miami, 09 de mayo de 2014
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