“Camaleónico” llamado a
acogerse al Art. 350
■ “Pueblo de Venezuela. En estos momentos se está consumando el golpe de Estado a la Constitución y a la democracia.
Estamos en las horas del fraude del régimen para anular la voluntad mayoritaria expresada hoy por los electores. Se le quiere asestar un duro golpe a la soberanía de la nación. Ante estos hechos, señalados reiteradamente, la lucha a la que llamamos debe comenzar en toda la República pues el fraude a la soberanía tiene por objeto esencial la perpetuidad sedicente en el ejercicio del poder de parte de un presidente usurpador, al pueblo, y a su dote, a su facultad de poder constituyente original.
La imposición también de un régimen de inspiración castro-comunista que rechazan, claramente, los ciudadanos y ciudadanas, y la mayoría del pueblo venezolano. Debemos impedir la consolidación del fraude y la consecuencia de la usurpación. Avanzar entonces desconociendo estos hechos con la movilización ciudadana, la denuncia en las calles, el esfuerzo cívico del pueblo venezolano para defender su libertad y la democracia, en esta hora grave y difícil de la patria. Es el momento de ejercer el sagrado derecho de desconocer cívica y constitucionalmente, tal como lo consagra la Carta Magna, a cualquier régimen o autoridad que viole o menoscabe los Derechos Humanos y las garantías democráticas como lo expresa el artículo 350 de la Constitución. Reivindicamos el cauce de la constitucionalidad para lograr la paz. Enfrentaremos el atropello, cualquiera que sea, a la soberanía del pueblo y al orden democrático. Convocamos a ejercer los actos de desconocimiento cívico en defensa de nuestras libertades y derechos. Le decimos al presidente usurpador y su camarilla que esta patria no es de utilería. Esta patria es de banderas y principios que son irreductibles. Convocamos al bravo pueblo, heredero directo de aquellos bravos también que nos legaron no sólo independencia en la comunidad de las naciones si no moral republicana, libertad y coraje. Llegó la hora, no hay otra. Se trata de decidir nuestro destino en libertad y hacer respetar nuestros derechos fundamentales, de nuestro pueblo y de la soberanía siempre intangible de Venezuela, nuestra patria”.
¿Ya adivinaron quién dio este discursillo? Me tomé la molestia de transcribir los tres minutos y medio que dura el video, porque, si bien podríamos ubicarlo en este tiempo y contexto, el personaje que allá en el 2007 hizo esta proclama, con sus declaraciones recientes, evidencia que su postura es otra. Opuesta a este llamado. Si hasta está de “manitas tomadas” con el régimen de Maduro y asesorándolo para crear una Ley Antiterrorista que castigue a quienes protesten. Quién lo diría, ¿no? Es el mismito Hemánn Escarrá; el del sempiterno traje negro; pero, en 2007, cuando invitaba a la ciudadanía a desconocer al usurpador (Chávez) y actuar según lo establece el artículo 350 de la Constitución –que él ayudó a redactar. Hace siete años Escarrá promovía la movilización y protesta ciudadana. Hoy, gracias a su nueva postura – o motivado por sus no tan ocultas aspiraciones- propicia la redacción de una ley que penalice a quienes osen rechistar el régimen castro-comunista de Nicolás. El perfecto camaléon.
También quiero referirme a lo que advertí en mi artículo de la semana pasada: el cacareado diálogo. ¿Cuánto tardó la luna de miel de Maduro y la MUD? Yo diría que no mucho, porque ya el Domingo de Ramos Nicolás volvió a sus andadas y calificó a la oposición de destructiva y caótica. Y saber que todos en esa maratónica reunión vociferaron que “dentro de la Constitución, todo; fuera de la Constitución, nada”. Lo dijo desde Aveledo, hasta Ramos Allup, desde Maduro hasta sus acólitos. Si hasta me hicieron recordar “los buenos tiempos” de AD y Copei. Ah, nuestra Constitución: maleable y adaptable; pero, a los intereses del grupúsculo que negocia su perpetuidad en el poder ¡sea del bando que sea!
¿Qué nombre le ponemos a esta dictadura? Porque ésta, la de Nicolás, termina siendo un híbrido que absorbe lo peor de todas las ideologías, para llevar a nuestro país al deterioro total. Vale la pena recordar a Levitsky y Way quienes acuñaron la tesis del autoritarismo competitivo y lo definieron como aquel régimen donde “las instituciones democráticas formales son vistas como medios principales para obtener y ejercer la autoridad política; pero, donde los funcionarios violan estas reglas con mucha frecuencia, hasta el punto de que el régimen no logra tener los estándares mínimos convencionales para la democracia. Aunque se den con regularidad elecciones sin fraude, los funcionarios abusan de los recursos del Estado, no ofrecen a la oposición un cubrimiento adecuado de los medios, persiguen a los candidatos de la oposición y a sus seguidores y, en algunos casos, manipulan los resultados de las elecciones. De igual modo, periodistas, políticos de la oposición y otros críticos del gobierno pueden ser espiados, amenazados, perseguidos o arrestados. También miembros de la oposición pueden ser enviados a prisión, exilados o –con menor frecuencia– incluso asaltados, acosados o asesinados. Regímenes caracterizados por estos abusos no pueden ser llamados democráticos”.
*José Domingo Blanco, Periodista, Comunicador social, Conductor programa Puntos de Vista en La Nueva Mágica 99.1 FM.
Por: JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO)
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EL UNIVERSAL
Caracas, viernes 18 de abril de 2014
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