La insólita justicia
revolucionaria..
■ El alguacil, después de arreglar las fotos del Comandante Eterno, ahora primera figura de los circuitos judiciales, procedió a anunciar el acto de audiencia de presentación de Marvinia Jiménez, costurera de 35 años, quien fue detenida por la Guardia Nacional durante las manifestaciones que ocurrieron en la ciudad de Valencia.
Seguidamente, el secretario del Tribunal de Control pasó a ocupar su puesto y revisar todo el material necesario para desarrollar el proceso judicial respectivo.
Con los acordes del nuevo Himno Nacional “Patria Querida” interpretado por el Eterno, hizo su entrada triunfal la juez encargada de la instancia judicial. Elegantemente vestida con su toga de color rojo-rojito, procedió a declarar oficialmente instalada la audiencia oral del caso.
– Señor fiscal, tiene usted la palabra para la formulación de los cargos.
Muchas gracias Su Señoría, quiero expresarle que a la reo en cuestión le imputamos cinco delitos: instigación pública, obstaculización de la vía pública, lesiones personales, resistencia a la autoridad y daño a la propiedad privada y esperamos de usted Su Señoría el mayor castigo para que sirva de advertencia a los escuálidos golpistas causantes de todas las manifestaciones.
-Ahora, tiene la palabra el abogado defensor, dijo la juez, pero le exijo que sea lo mas breve posible. No quiero pasar toda la tarde con este caso…..simplemente le recuerdo que tengo una cita con para cenar con el gobernador del Estado que esta muy atento con los resultados de este juicio.En primer lugar, debo decir, que no acepto bajo ninguna circunstancia las limitaciones de tiempo que usted quier imponer para este caso, comenzó diciendo el abogado defensor. En segundo lugar, las imputaciones que presenta la fiscalía contra mí representado, son infundadas, no tienen basamento alguno. Estamos en presencia de un forjamiento de actos que solo buscan transformar la verdad de los hechos para alterar o distorsionar los acontecimientos con el propósito de eximir de culpa al verdadero agresor. En pocas palabras, solo se busca, que la victima pase a ser el victimario. Todo el cúmulo probatorio que hemos proferido para este acto, constitutivo de documentales como Videos, fotos y las testimoniales presntadas, demuestran la conducta represiva y criminal de una funcionaria de la Guardia Nacional, al agredir con su casco a mi defendida. En justicia, espero de usted como juez de la republica la libertad plena de la acusada.
El secretario, viendo el estado de somnolencia de la magistrada, le llevó el expediente, con la finalidad de sacarla del letargo y decirle que la parte expositiva del juicio había terminado y procediese a evacuar las pruebas y dictar su decisión.
– Insólitamente, la juez dio un receso de 15 minutos para tomarse un café con el fiscal, hecho que representa una flagrante violación al principio de equilibrio procesal en que deben estar las partes, característico de la parcialidad del juez en el proceso judicial bolivariano.
Minutos más tarde, con una cara de plena satisfacción, la juez procedió a ¡¡¡leer su dictamen!!! Nadie en la sala, podía creer que en un cuarto de hora, hubiese tenido el tiempo suficiente para analizar los folios del expediente y además, escribir su dictamen.
– En justicia revolucionaria, declaro a la acusada CULPABLE de todas las imputaciones que le fueron formuladas por el ministerio público. Esta decisión, obedece, a que las pruebas demuestran todo lo contrario a lo señalado por la defensa. En primer lugar, la funcionaria de la Guardia Nacional no golpeo con su casco a la acusada, todo lo contrario, cuando vio que la ciudadana Marvinia se había desmayado producto de una pedrada lanzada por sus escuálidos amigos presentes en la manifestación, procedió a echarle aire en la cara con su casco para revivirla, lo que esta plenamente demostrado en el juego de fotos que me suministró el órgano militar.
En una conducta por demás violenta y desconsiderada, la acusada, una vez que recobro el conocimiento procedió a golpear a la funcionaria que la había ayudado, arañándole la cara, despeinándola y lo más grave, ensuciándole su pulcro uniforme. Las patadas, que señala la defensa, no son como el las describe. Por el contrario, la escuálida Marvina, lejos de agradecerle a la camarada funcionaria, lo que hizo fue agarrarle el casco y caerle a patadas como un balón de futbol.
– Por todo lo antes expuesto y en revolucionaria administración de justicia roja, declaro Privativa de libertad contra la acusada y le ordeno, por su condición de costurera, que diseñe y fabrique un nuevo uniforme para la funcionaria de la guardia nacional. También, la inmediata reposición del casco integral de seguridad y el pago de los gastos que ocasione el maquillaje y peinado de la camarada …..cúmplase, dijo la juez y se retiró de la sala. No sin antes, decirle al secretario que le guardara copia del dictamen para tenerlo a la mano en futuros casos.
En las afueras del Palacio de Injusticia, la multitud gritaba: Y no/ y no/ y no nos da la gana/ de una dictadura/ igualita a la cubana.