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MARTA COLOMINA: Castromadurismo: fábrica de pobreza y terror



Castromadurismo, fábrica de pobreza y terror 2

La “extrema felicidad social”
se le vino abajo a Maduro.
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El mundo habla del genocidio de Maduro y de la Venezuela de la resistencia estudiantil y de su gente.

De vez en cuando la verdad de sus tropelías sale a flote en boca de quienes las cometen. Que las “misiones” nacieron como planes electorales para ganar votos entre los más pobres se supo desde que en 2003 las encuestas registraron que Chávez perdería por paliza el referéndum revocatorio de su mandato. Con el Poder Electoral en manos del rojísimo Jorge Rodríguez (simulando una neutralidad que nunca tuvo) los millones de solicitantes fueron abusados durante más de un año con la recolección de sus firmas (“decretadas planas” para que el Gobierno ganase tiempo hasta el 15-08-2004) mientras el astuto Fidel le indicaba a Chávez un plan masivo de limosnas colectivas que cambiase la intención del voto a su favor. Se cuidaron muy bien de que las misiones fueran vendidas como un medio para “salir de la pobreza”, cuando su propósito verdadero era y es, el de amarrar a esas mayorías a una miseria eterna.

Esta semana el improvisado ministro de Educación, Héctor Rodríguez, aireó lo dicho por Jorge Giordani al general Guaicaipuro Lameda cuando éste le propuso un plan para que los más desposeídos salieran de la pobreza. “¿Usted no ha entendido que la revolución no sobreviviría sin pobres?“, dijo Giordani. Consciente de que un pueblo al salir de la pobreza y la ignorancia entra en la senda del progreso y de la libertad de conciencia, Rodríguez advirtió ¿o más bien amenazó?: “no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos”. Sus obscenas declaraciones no “han sido sacadas de contexto”, como se excusó, sino que ratifican, una vez más, que el castrocomunismo es una fábrica de miseria y terror, como ocurre en Cuba. Salvo una leve caída de la pobreza en 2008, las cifras de verdad (y no las fábulas del INE) indican que en Venezuela han crecido la pobreza y el desempleo, y aumentado las muertes infantiles y maternas por caos de la salud pública, miseria, desnutrición y proliferación de enfermedades endémicas. Aterra una mirada a la situación del país: hospitales sin insumos, escasez brutal de alimentos y medicinas; colas interminables para conseguirlos (la cesta básica desapareció de los anaqueles); economía en ruinas y una represión sangrienta que, ante las justas protestas estudiantiles, ha causado 17 muertes, decenas de inocentes torturados, más de 700 detenidos y la alarma mundial por violación masiva de los derechos humanos. Recordemos que la delincuencia segó la vida de 25 mil venezolanos en 2013 y actúa libremente en las calles.

La “extrema felicidad social” se le vino abajo a Maduro en menos de dos semanas: la brutal represión de las politizadas PN y GN y de los sanguinarios paramilitares (“colectivos”) saltó a los periódicos y TV mundiales (y silenciada por la TV nacional). El mundo vio los videos de jóvenes asesinados, con su cara cosida a perdigonazos o de certeros tiros en la cabeza disparados por “fieras” entrenadas para matar; la detención arbitraria de Leopoldo López (a quien tienen aislado en una celda de 2×2) ordenada por una Jueza vergonzante que cumplió la orden para no ser destituida; o la joven costurera Marvinia, brutalmente golpeada por ¡Oh paradoja! Una “Guardia del Pueblo” y otras terribles violaciones, han movido a varios gobernantes, entre ellos al presidente de Panamá, quien está solicitando una cumbre de cancilleres de la OEA para la posible aplicación de la Carta Democrática. Esa sangrienta brutalidad ha conmovido a muchos otros líderes del mundo, escritores y miles de artistas universales. La Comisión Europea pidió este jueves “el fin inmediato de la violencia en Venezuela y se declaró “alarmada por la detención de estudiantes y políticos opositores”.

Mientras Maduro presidía la farsa de la “Conferencia Nacional por la Paz (a la que no asistió la disidencia) sin que se denunciasen las torturas, crímenes, censura, ni exigir el desarme de los sanguinarios “colectivos” -sus esbirros detenían a 20 estudiantes en Cumaná-; Provea subrayaba que a 25 años del Caracazo “la brutalidad militar es ahora mucho peor”; Cofavic denunciaba cómo grupos de policías apalean a jóvenes o GN dispara perdigones a quemarropa produciendo víctimas mortales y disparando a diestra y siniestra hacia personas y apartamentos. Ese día 52 ONG de 16 países protestaban la violencia oficial del régimen de Maduro y la censura y SNTP acusaba que la represión alcanzó a 62 periodistas venezolanos.

Ya no se habla de la Venezuela petrolera, ni de sus hermosas mujeres o sus famosos peloteros. De lo que habla el mundo es del genocidio de Maduro y de la Venezuela de la resistencia estudiantil y de su gente, que no cesará su lucha pacífica hasta lograr la libertad y la democracia.


Por: MARTA COLOMINA
Politica | Opinión
mcolomina@gmail.com
@colominaM
EL UNIVERSAL
domingo 2 de marzo de 2014

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