El Calabozo de la libertad
Estimado Nicolás:
Te escribo estas líneas hoy viernes, 21 de febrero de 2014, mientras leo en los periódicos que 6 personas han muerto en Venezuela desde que iniciaron las protestas estudiantiles contra tu pésimo desgobierno y que has ordenado, nada más y nada menos, que retirar las credenciales a Patricia Janiot y Osmary Hernández, dos prestigiosas periodistas de la cadena de noticias CNN quienes le daban cobertura en vivo y en directo a los sangrientos hechos que sacuden a este país desde hace dos semanas.
Anoche, Nicolás, vi uno de tus discursos y sentí pena, vergüenza y ganas de vomitar al escuchar la cantidad de sandeces que estabas diciendo. Pensé que la vaina del pajarito había sido un lapsus, pero que va, con las pendejadas que dijiste ayer, comprobé que, efectivamente, tu coeficiente intelectual debe estar muy por debajo del promedio que aplican en el Metro de Caracas para aceptar a los conductores de autobús, con lo cual concluyo que tu ingresaste a esa empresa con alguna palanca de la 4ta república.
Si la memoria no me falla, en tu más reciente alocución pública, transmitida por supuesto, en cadena nacional de radio y televisión, aseguraste que la lucha que llevan a cabo decenas de miles de venezolanos, estaba siendo financiada por el expresidente de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, y anunciaste que utilizarías todo el poder de la fuerza pública para tratar de acabar con las legítimas protestas que se llevan a cabo en diferentes estados del país, entre ellos, el Táchira, donde vivo junto a mis hijos desde hace más de 25 años.
Tratando de desviar la atención, con relación a las verdaderas y muy justas razones que alimentan la protesta social, repetiste el absurdo libreto, manoseado tantas veces por tu supuesta revolución, de que las manifestaciones en el estado Táchira están lideradas por grupos paramilitares traídos de Colombia. Ese cuento chino, inventado por el G2 cubano, lleva más de diez años, y fue utilizado en el 2004 por tu padre político, el difunto Hugo Chávez, para hacerle creer a los venezolanos que grupos paramilitares colombianos lo querían asesinar.
Los venezolanos todavía recordamos, como si fuera ayer, el famoso y trillado cuento de los “paracachitos” colombianos, detenidos en un sector del estado Miranda. Yo mismo me encargué de demostrar, mediante una investigación periodística publicada en EL UNIVERSAL, avalada por el testimonio y los documentos aportados por Julio Jaimes, ex funcionario de la extinta ONIDEX (hoy SAIME) que la historia de los presuntos paramilitares que habían entrado a matar a Hugo Chávez era completamente falsa, y que todo se trató de un burdo montaje. Aquellos presuntos paramilitares colombianos entraron a Venezuela con permisos, autobuses y viáticos pagados por el mismo gobierno con la promesa de que les iban a entregar cédulas y pasaportes venezolanos.
Ese cuento de los paramilitares, Nicolás, ya no te lo cree nadie. Ese cuento es más chimbo que la partida de nacimiento que asegura que tú naciste en un barrio de Caracas.
Durante 14 años escuché a muchos venezolanos decir que no había algo peor que Hugo Chávez. Pero fíjate como son las cosas. Ahora resulta que los mismos que ayer decían que no había una vaina peor que Chávez, ahora dicen que no hay una vaina peor que tú. Eso incluye a gente del PSUV, que en los pasillos y tras bastidores, aseguran que tu desgobierno ha sido tan, pero tan malo y tan nefasto, que has superado con creces a tu maestro y padre político y lo has dejado en pañales.
Un ejemplo palpable y dramático de tu incompetencia política, de tu falta de capacidad y de tu ineptitud, es lo que acabas de hacer con el equipo de CNN en español. Si la comunidad internacional tenía alguna de duda de que en Venezuela estamos en presencia de una dictadura castro/chavista/madurista tu mismo te encargaste de despejarla.
Tu desprecio hacia la prensa libre e independiente ha sido extraordinariamente evidente: primero te apoderaste de Globovisión. Después acorralaste a la prensa escrita negando los dólares para comprar papel. Luego cortaste la señal de NTN24 y ahora expulsaste a dos periodistas de CNN. Todo un verdadero récord en materia de libertad de expresión.
La colega Patricia Janiot, expuso en su programa de TV lo que le ocurrió luego que tu decidieras expulsarla: “Fui protagonista de un incidente de hostigamiento. Cuando pasé la primera requisa de seguridad en el aeropuerto de Maiquetía, me pidieron en dos oportunidades que pasara mi zapato por la máquina porque habían unas marcas en el tacón y querían verificar si se trataba de drogas o explosivos (…) Fui guiada a una oficina antinarcóticos acompañada de mi productora. Los funcionarios le dijeron que tenía que pasar sola pero la productora insistió en acompañarla. El funcionario dijo: bueno, vayan juntas porque a lo mejor ustedes son pareja”, lo cual nos pareció un trato discriminatorio”.
Creo que con lo dicho por Janiot, tu careta, definitivamente, se ha caído. Sólo es cuestión de horas para que tu gobierno también lo haga.