Maduro no es Chávez
■ Antes del 5 de marzo de 2013, día en el que oficialmente falleció el ex presidente Hugo Chávez, la mayoría de los venezolanos parecíamos no tener dudas con relación a quien mandaba en Venezuela.
Uno de los aspectos que caracterizó la gestión de Chávez fue precisamente ese: él y nadie más que él, era quien mandaba y daba las órdenes en este país. El comandante golpista nunca delegó ni un solo milímetro de poder. Todo lo contrario: durante 13 años hizo todo cuanto estuvo a su alcance para concentrar y acumular poder como ningún otro Jefe de Estado en Venezuela.
Pero después de la muerte de Hugo Chávez, las cosas parecen haber cambiado. Nicolás Maduro es el Presidente Constitucional del país, pero todo parece indicar que no es el que manda. Para decirlo en términos muy coloquiales, una de las principales características de la administración Maduro es que “hay muchos casiques y poca tribu”. Aquí no sólo manda Maduro. Aquí hay gente que tiene tanto poder y manda tanto o más que el propio Maduro.
Los hechos demuestran que en Venezuela no tenemos un Presidente, tenemos tres. Hay un triunvirato ejerciendo el poder en el país. Chávez jamás habría permitido que algún dirigente del PSUV o uno de sus ministros, le disputara su liderazgo o pretendiera arrebatarle un solo centímetro de poder. Quienes pretendieron quitarle poder o ser más líderes que él, sufrieron en carne propia la fuerza arrolladora de su venganza. A la vera del camino quedaron todos aquellos que osaron competir con el comandante. Pero desde que llegó Maduro, la realidad es otra.
Es un hecho: Nicolás Maduro no es Chávez. Maduro no tiene el liderazgo, ni el carisma, ni el poder que tuvo el comandante. Maduro lo sabe, y para no entrar en conflictos, ha preferido “compartir” el poder con otros dos personajes: Rafael Ramírez y Diosdado Cabello, a quienes ha permitido que ejerzan funciones que sólo le competen a él, y a quienes ha entregado parte del poder para que puedan hacer de las suyas y ayudarle a mantener a flote este barco a punto de irse a pique.
Rafael Ramírez, ministro de energía y petróleo y Presidente de Pdvsa, nadie lo duda, manda más que un alternador. Ramírez se ha convertido en el zar de las finanzas públicas. Gracias a los dos cargos que ocupa desde hace poco más de una década, Ramírez ha logrado acumular todo el poder económico del gobierno y se ha convertido en una pieza clave en el rompecabezas del oficialismo.
Pese a los números rojos rojitos que presenta su gestión, Ramírez logró que Nicolás Maduro lo ratificara en ambos cargos y le permitiera seguir al frente del manejo económico del país. Ramírez no está ahí por su liderazgo, ni por su carisma, ni mucho menos por sus extraordinarios logros en materia económica y financiera. Está ahí porque logró convencer a Hugo Chávez que era un hombre leal, dispuesto a hacer lo que sea por la revolución, y porque encontró la varita mágica que le permite hacer casi invisibles los oscuros manejos de los miles de millones de dólares que ingresan a Pdvsa pero que no son enterados al presupuesto de la nación.
Diosdado Cabello es el tercer Presidente de Venezuela (hay quienes dicen que es el primero). Cabello no sólo ha logrado aferrarse al mando de la Asamblea Nacional, desde donde hace todo cuanto le da la gana, como por ejemplo otorgar todas las presidencias de las comisiones al PSUV, violando expresas normas internas de la AN, sino que además, ha empezado a ejercer funciones propias del Presidente de la República, como por ejemplo el haber ido al estado Zulia a descabezar a 46 oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, junto con la Ministra de la Defensa, quien por cierto casi le rinde honores como su Comandante en Jefe.
Diosdado se ha puesto al frente de la denominada “guerra económica contra el contrabando” y más recientemente visitó estados como el Táchira, donde encabezó actos junto con el gobernador José Gregorio Vielma Mora, quien por cierto no escondió su alegría y satisfacción de estar al lado de un “presidente” compañero de armas y militar como él, y no de un civil vulgar, común y silvestre como Maduro.
El Triunvirato Maduro, Ramírez y Cabello son quienes gobiernan y mandan en Venezuela. Todo bajo la complacencia, por supuesto, de los hermanos Fidel y Raúl Castro, quienes son los que controlan, desde La Habana, los verdaderos hilos del poder en el país. Raúl y Fidel, convertidos en una suerte de marioneteros, son los que “asesoran” a los miembros del Triunvirato a la hora de tomar decisiones.
Los tres miembros del Triunvirato han viajado y siguen viajando a la Habana a recibir instrucciones. Aunque suene paradójico y algo contradictorio, la muerte de Chávez, ocurrida en Cuba, le sirvió a los Castro para tener mucho más control sobre Venezuela.
*Gustavo Azócar, Profesor universitario (ULA Tàchira), escritor y periodista en el estado occidental venezolano del Táchira; Consultor Politico y Conferencista internacional.
Por: Gustavo Azócar A.
@GustavoAzocarA
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Politica | Opinión
San Cristóbal, 09 de febrero de 2014