Les extraen el plomo
o las revenden..
■ Escasez desató hurto de baterías de vehículos.
■ En Caracas el mayor número de robos se registra en La Florida, El Paraíso y San Agustín.
■ En los meses de noviembre y diciembre el incremento de hurtos de batería coincidió con el incremento de la escasez en Caracas.
■ Para adquirir un nuevo acumulador en las empresas intervenidas se debe presentar la denuncia realizada en el Cicpc.
■ Todo carro estacionado en cualquier calle, especialmente en zonas poco transitadas, puede ser despojado de su batería en pocos minutos por ladrones que las revenden o les extraen el plomo que contienen.
Yeniré Acosta llegó a su casa el martes 7 a las 8:00 pm en la urbanización La Florida. Estacionó su vehículo cerca de su edificio, adyacente a la iglesia de la Chiquinquirá. Al día siguiente, cuando estaba ya lista para irse a su trabajo, el carro no encendió aunque parecía en perfectas condiciones. Al abrir el capó notó la ausencia de la batería.
Decenas de historias similares son contadas por clientes que llegan diariamente a los establecimientos donde expenden baterías en Venezuela.
Estacionan el vehículo en una calle abierta y después de lapsos que varían entre 2 y hasta 8 horas, hurtan el artículo.
La situación comenzó a evidenciarse en Caracas en las últimas semanas a través de denuncias escritas por usuarios en las redes sociales; sin embargo, en Maracaibo, Valencia y Cumaná ha estado sucediendo desde hace algunos meses.
En Caracas han denunciado robos en La Florida, El Paraíso y San Agustín. En Valencia se las llevan de los vehículos estacionados en la avenida Cedeño y en el centro. En Maracaibo se agudizó desde mediados de noviembre, y en diciembre cuando las baterías de 450 amperios hasta 1.100 amperios -utilizadas en carros y camionetas- comenzaron a escasear en el país. Vendedores del artículo dijeron que sus clientes han señalado a sectores como 5 de julio, Bella Vista, Grano de Oro, donde han sido víctimas.
Lenín Analla, encargado de La casa de la batería ubicada en Valencia, relató que todos los días le llegan clientes que buscan un acumulador pues le robaron el suyo. Explicó que los delincuentes lo buscan para automóviles por dos razones: extraerle el plomo que contienen para venderlo, que es costoso y escaso, o para revender el producto completo que tampoco se encuentra fácilmente en las tiendas.
La reposición:
Las víctimas no solamente deben enfrentar el hurto de la batería, sino “brincar” de un lado a otro para encontrar una del voltaje indicado para el vehículo.
Los comercios que se dedican a venderlas deben solicitar la usada al cliente porque de otra manera la fábrica no les despacharía mercancía nueva; es decir, por cada batería nueva el establecimiento debe entregar al fabricante una usada.
Esta misma El esposo de Yeniré Acosta tuvo que ir a talleres y a chiveras para adquirir una ya usada y luego cambiarla por la nueva.
La otra opción, relataron vendedores, es adquirir una importada cuyo precio es mucho mayor.
En Acumuladores Duncan, intervenida por el Estado, las víctimas de hurtos de batería deben llevar una denuncia del hecho sellada por el Cicpc, requisito obligatorio para que les vendan una nueva.
Retenidos en puertos:
Empleados de baterías Performance, acumuladores importados, indicaron que tienen un contenedor con mercancía en el puerto desde hace cinco meses. Destacaron que el Seniat no ha dado el permiso, pues en principio les hacía falta un sello. A pesar de que la empresa ha hecho los trámites, el contenedor sigue retenido. Presuntamente a Duncan le sucede lo mismo por la falta de laguna materia prima.
En Guanare no se consiguen:
En Guanare se vienen presentando problemas de abastecimiento en distintos rubros desde diciembre del año pasado. Uno de los inconvenientes que se ha agravado es el que corresponde al suministro de acumuladores para vehículos. Los comerciantes explican que ha bajado la producción y, por ello, también se ha reducido el suministro que ellos reciben.
Juan Colmenares, propietario de un establecimiento de venta de baterías en la avenida Unda de Guanare, expresó que en los primeros días de enero los clientes no le han permitido colocar el producto en los estantes. “Cuando la gente ve que llega el camión, vienen y compran. El lunes llegaron 12 baterías y todas se vendieron mientras el camión distribuidor las descargaba. Antes yo compraba hasta 200 baterías al mes. Y todas se vendían. Ahora compro las pocas que me despachan”, explicó.
Agregó que no sabe cuándo llegará el producto nuevamente. “No hay regularidad en la distribución. El camión, ahora, puede tardar hasta 30 días para despachar”, refirió.
El argumento de los distribuidores sobre la escasez de baterías es que hay restricción de dólares y que, por ello, la producción ha bajado. Antes la distribución en Guanare era dos veces por semana, ahora es cuando haya batería. “Nos exigen entregar las baterías viejas para poder comprar nuevas, al que no tiene batería vieja no le venden”, reclamó un distribuidor que no quiso identificarse.
Luis Garrido manifestó que está desesperado buscando baterías porque la de su vehículo está fallando desde el 15 de diciembre. “Ando moviéndome lo necesario y sin prender el aire del carro para poder mantenerme y no tener que para el carro”.
Katty Moreno, por su parte, expuso que en todos los negocios que ha visitado buscando baterías le han dicho que debe estar pendiente cuando llegue el camión para poder comprar, porque se acaban en el mismo instante en que las están despachando. “Tendré que dormir en la puerta de algún local esperando el camión para poder resolver el problema”, comentó indignada.
El Aveo de Carlos Ortiz está usando una batería prestada mientras compra la suya. “Llevo un mes buscando batería por todos lados pero ha sido infructuoso el recorrido”, lamentó.
Sin jabón para lavar:
En la capital de Portuguesa se ha hecho imposible ubicar en los supermercados diferentes productos de limpieza, principalmente jabón en polvo y lavaplatos. Las personas debían recorrer hasta cuatro supermercados para conseguir una bolsita de jabón genérico en polvo, esto porque los jabones de marcas reconocidas están desaparecidos. En el caso de los lavaplatos, solo se consiguen en presentación líquida porque el que es en crema desapareció de los anaqueles.
Ángel Yánez visitó 6 automercados de la ciudad y allí solo observó anaqueles vacíos en el área de productos de limpieza. “En mi familia, hasta el momento, hemos resuelto el problema vistiendo hasta el último pantalón y camisa que tenemos en el clóset para no tener que lavar. No sé cuánto tiempo más podremos aguantar”, afirmó.
Otros usuarios, como Roger Andrade, han manifestado que en estos primeros días del año han tenido que recurrir a las lavanderías para mantener la ropa de uso frecuente para acudir al trabajo. “Pero las lavanderías representan un gasto extra y significativo. Eso golpea aún más el bolsillo que ya viene afectado por la inflación del año pasado”, consideró.
Otras carencias:
A la grave escasez de productos de limpieza se suma la falta de papel higiénico y harina de maíz en Portuguesa, artículos que originan largas colas para ser adquiridos en los comercios a los que llegan suministros.
Para la compra de papel, las filas normalmente son de una hora aproximadamente hasta que se acaba el producto.
Es frecuente también que los dueños de los negocios pidan custodia de las autoridades para venderlos y no correr el riesgo de trifulcas en las colas o a las entradas de los comercios, especialmente si la fila supera la mercancía disponible en ese local.
Por: Adriana Chirinos Castro
achirinos@el-nacional.com
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lunes 27 de enero, 2014
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