Artillería de Oficio
■ El poderoso general Hugo Armando Carvajal Barrios, alias “el pollo”, el hombre que prestó “valiosos servicios” a la revolución bolivariana y cerebro de la inteligencia venezolana fue apartado del gobierno de Nicolás Maduro y enviado como cónsul a la isla de Aruba.
El mayor general no se fue con un discurso -como hizo el general Raúl Baduel, cuando fue despedido por Chávez como un patriota para meterlo preso después-, sino calladito. No es de extrañar, porque siempre se ha mantenido en bajo perfil y ha guardado silencio. Si le gustara hablar como el ex magistrado Aponte Aponte, que ha cantado como ninguno en el FBI y en la DEA, no se hubiera mantenido el régimen, ni Maduro hubiera heredado nada de nada.
Nunca dio declaraciones cuando tuvo sus desencuentros con el presidente Chávez, que lo sacó y lo devolvió casi simultáneamente de la Dirección de Inteligencia Militar, (cargo que ejercía desde el 2004), porque le disgustó que descubriera el secreto de su enfermedad, que para 2008 guardaba celosamente con Fidel y Raúl. Carvajal fue el primero en enterarse, le dio seguimiento a los viajes cada tres días del presidente a La Habana y lo descubrió. Maduro y Diosdado lo supieron al mismo tiempo que todo el país. Chávez le pidió que mantuviera el secreto y hasta hoy, que se sepa, ha sido como una tumba, aunque fuentes de inteligencia aseguran que en varias ocasiones “el pollo”, trató de negociar con los estadounidenses como testigo protegido, pero el problema era que su familia se encontraba en Venezuela.
Carvajal tiene toda la información sobre Chávez y de sus nexos con “el eje del mal”. Por supuesto, también sabe de cabo a rabo los pasos de Diosdado, Maduro, Cilia y de Raimundo y todo el mundo, porque es el “padre” de los servicios secretos venezolanos. Acumuló un gran poder y aunque su talón de Aquiles es el expediente sustanciado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, junto a otros “narcogenerales”, por dirigir supuestas operaciones de narcotráfico y facilitar las actividades terroristas de las FARC, seguirá siendo un hombre muy peligroso.
En la DIM abortó alrededor de 10 intentos de golpe de Estado contra Chávez, conoce los entretelones en la Fuerza Armada y montó un aparato de delación interna para develar cualquier intentona. Después que murió el Comandante, curiosamente, Carvajal no detectó ningún otro intento de derrocar al gobierno, ni investigó más a los militares. Los cubanos siempre lo han tenido en la mira, en primer lugar porque impidió que los agentes del G2 penetraran en la DIM, y como sabe demasiado siempre ha sido candidato a ser sacrificado para lavarle la mala cara a la revolución, embarrada por corrupción y narcotráfico, como hizo Fidel Castro con el general Arnaldo Ochoa -1989-, al que fusiló por narcotráfico y lo justificó como una necesidad moral para reivindicar los principios de la revolución cubana.
Pero Carvajal tiene muchas cartas bajo la manga y no se iba a inmolar como lo hizo Ochoa. Si en Aruba Carvajal hace lo mismo que Aponte Aponte y Rafael Isea (ex gobernador de Aragua, ex tesorero y hombre de confianza del difunto presidente), la coartada de Maduro será negarlo y reafirmar su desconocimiento de esas actividades del gobierno anterior y señalará que su administración está limpia de polvo y paja.
Los cubanos lo tienen todo calculado y no les importa si “el pollo” pía o no pía frente a los agentes federales estadounidenses.
Creen que se quedará tranquilito en Aruba, aislado también de los militares de todos los rangos, que desde hace tiempo trabajan por una transición y están hoy más molestos que nunca.
Por: MARIANELLA SALAZAR
msalazar@cantv.net
@AliasMalula
Política | Opinión
Miercoles 29 de enero, 2014
EL NACIONAL
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