Somos millones de
sospechosos…
■ El régimen con su inmenso miedo en los cromosomas revolucionarios, ve una emboscada en cada episodio de la nación.
Como tiene su origen en la traición a la Constitución, piensan que la mayoría nacional posee sus nefastas características. En su imaginario maquiavélico creen que los venezolanos conspiramos en contra de un gobierno que no necesita que lo empujemos para que caiga en el abismo. Por eso han apelado a la persecución como método disuasivo. En el centro de Maracay un grupo de inadaptados oficialistas incendiaron la tarima en donde hablaría el líder Henrique Capriles Radonski. Apedrearon el autobús que lo llevaba hasta el sitio del acto central, la carga de odio que mostraron dejó entrever que no era una simple intimidación. Igual le ocurrió al próximo Alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola, tomaron el aeropuerto Arturo Michelena impidiendo que sus adeptos lo recibieran. Luego el espiral de violencia en las calles de la capital carabobeña con saldo de veintiocho heridos con numerosos disparos de vándalos de rojos. El G2 cubano sigue al milímetro las actividades de Leopoldo López. El arrojo de este baluarte democrático los tiene contra las cuerdas. Es hostigado y el hombre cruza al país llevando un mensaje que no se deja amedrentar por la miseria humana. Igual ocurre con María Corina Machado, forjada con la grandeza eterna de la mujer venezolana. Insobornable y bravía; un ejemplo de dignidad que nos llena de orgullo. Henri Falcón también simboliza al funcionario probo. Su maravillosa obra administrativa está a la vista de todos. La envidia de sus enemigos pretende sacarlo del camino. Gobernador exitoso con una moderna forma de hacer política con énfasis en lo social, gerente con la inteligencia de saber crecerse en medio de la dificultad. Como vemos este grupo de venezolanos notables son los principales responsables del insomnio crónico del gobierno de marras. El nerviosismo gubernamental tiene a la violencia como mecanismo político. Al no saber enfrentar las dificultades y menos aún confrontar ideas, buscan acabar con aquellos actores que aglutinan masas. Así nacen los expedientes amañados en órganos del poder desacreditados. Igualmente los sectores violentos que aguardan en sus madrigueras para atacar, salen de sus escondites para sembrar el caos con la anuencia de las autoridades. Bandas de irracionales con su carga de maledicencia y odio sembrado en el corazón. Son los amantísimos hijos de esta revolución, pérfidos retoños del malandraje.
Se escuchan las voces que rompen la noche. El régimen se disfraza de valiente para buscar arrebatar lo poco que nos queda de democracia en el tanque. Desconfían hasta de su sombra, tienen miedo en los cuarteles, vigilan a los dirigentes políticos pinchándoles sus teléfonos. Tienen dudas con respecto a muchos compañeros que manifiestan que con Nicolás Maduro la revolución se viene abajo, que para sostenerlo en Miraflores es mucho el dólar que tiene que pernoctar en los bolsillos de los descontentos. Además de viajar a Cuba para recibir de labios de los sátrapas, la estrategia adecuada para que el larguirucho del pajarraco no salga corriendo o creyendo que Hugo Chávez viene en el papel toilette.
El miedo hace que tiemblen hasta en los huesos, en una vibrante república en donde las opiniones corren como ciervos africanos, recelar es una opción que tiene el gobierno. Lo grave es creer que todo sea una vorágine de intereses en la búsqueda de sacar del poder al incapaz. La verdad es que la inmensa mayoría nacional entiende que este no es el camino correcto. Sospechamos que las cosas no andan bien en el cerebro del usurpador.
Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
twitter @alecambero
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EL UNIVERSAL
miércoles 4 de diciembre de 2013
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