¿Contar muertos en
lugar de evitarlos?
■ Los lunes en la mañana, en mi programa de radio, tengo una sección con el doctor Fermín Mármol García, llamada “Píldoras de Seguridad”, en la que abordamos ese tema que tanto nos acogota y atormenta, e intentamos brindar algunas recomendaciones.
Con todo el profesionalismo que lo caracteriza, el doctor Mármol García siempre ofrece datos que reflejan una realidad que no es invento y que, de no aplicar los correctivos urgentes que se requieren –y que él sugiere–, se aleja cada vez más de la solución.
Pero hace unos cuantos lunes, el Dr. Mármol García quiso hablarle al auditorio no como experto criminólogo, sino como padre de familia, como hijo, como hermano, como un ciudadano más, como cualquiera de nosotros que, al igual que él, no puede dar crédito a lo que está ocurriendo en el país en materia de seguridad –y eso porque sólo se circunscribió a su área de experticia.
“No es normal que en Venezuela…” Así, arrancó el Dr. Mármol… “No es normal” y lo enfatizó varias veces, como para que no nos quedaran dudas. Enumeró lo que vivimos: el miedo a salir en las noches, el temor a ser atracado en cualquier lugar, la posibilidad de ser secuestrado, el terrible sentimiento que produce no saber si, en cualquier momento, corremos con el infortunio de ser la próxima víctima del hampa… ¡Morir en manos del hampa!
¡Qué mal estamos los venezolanos cuando lo “anormal” es la cotidianidad de nuestras vidas! Estamos en un país donde la vida nos vive; sin el más mínimo grado de calidad, en una situación de amenaza y zozobra como sólo deben experimentar los países que enfrentan guerras. No estamos viviendo: estamos sobreviviendo como las especies sobre las que pende la amenaza de extinción. Somos testigos de primer orden de cómo la putrefacción de los poderes ha logrado corromper y revertir el orden natural de las cosas. “No es normal”, y emulo al Dr. Mármol y a todos los que como él tienen un extenso listado de anormalidades, que han logrado quebrar la identidad de nuestra nación.
Porque “No es normal” que en el país, en vez de mejorar los índices de educación, empleo y bienestar social, lo que aumenten son las tasas vergonzosas, esas que demuestran la ineficacia de quienes nos desgobiernan y rigen los destinos del país. Sólo por citar un ejemplo, hace 15 años la tasa de homicidios era de 15 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Hoy es de 73 asesinatos por 100 mil habitantes. Todos los sitiales de “deshonor” que hoy ostenta Venezuela –y que no son para nada motivo de orgullo– los hemos obtenido en los últimos años: en estos del Socialismo del Siglo XXI.
“No es normal” que el tema de la seguridad pública no haya sido prioridad para el gobierno, muy a pesar de sus 22 planes (léase bien: ¡22 planes!) fracasados de seguridad. Y esta Revolución de Pacotilla tiene el tupé de hablarnos de Patria Segura. Entonces, ¿qué es esto? No es más que la evidencia de que para este desgobierno, combatir el hampa (organizada y común) no es prioridad. Porque sería una prioridad si, en el presupuesto de la nación 2014, los recursos asignados a este rubro fueran los suficientes para cubrir el terrible déficit que enfrentan los cuerpos policiales.
“No es normal” que el hampa prolifere indiscriminadamente porque los mediocres que nos desgobiernan hayan “empoderado” a los delincuentes y les hayan dado un rango de autoridad tácito, que les será difícil recuperar. “No es normal” que en nuestro país, hoy en día, existan alrededor de 18 mil bandas criminales, haciendo literalmente lo que les da la gana, con la anuencia del régimen, sin que los responsables de ponerle fin a sus andanzas apliquen los correctivos. Lo que me lleva a pensar que esta es una estrategia del gobierno, bien planificada y orquestada. Quizá la única de sus misiones exitosas –lamentablemente: “Misión Hampa”, “Misión Muerte, “Misión Miedo”.
“No es normal” que en el país, según cifras que maneja el doctor Mármol, haya más de 70 mil personas que tienen como oficio la delincuencia; una cifra que para los adeptos al gobierno pudiera resultar insignificante si se compara con el número de habitantes; pero, para el resto de la población es alarmante, más si tomamos en cuenta que los números en los últimos años no tienden a disminuir sino a incrementarse. La más reciente encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos, IVAD –encuestadora sumamente respetada por el actual desgobierno–, refleja un dato contundente: cuando se le preguntó ¿quién es el responsable de la seguridad en el país? 56% de los consultados culpó al gobierno de Maduro; 7% a la policía y 10% a la falta de valores.
“No es normal” que el hampa sea un “negocio rentable” porque, aunque hay leyes, no se aplican. La impunidad campea fomentando el auge de la actividad delictiva. “No puede ser normal” que el ejemplo a seguir, en las barriadas caraqueñas, sea el del muchacho que roba, trafica con drogas y mata amparado por una especie de inmunidad. “¡No es normal!”.
Por: JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO)
mingo.blanco@gmail.com
Politica | Opinión
@mingo_1
EL UNIVERSAL
viernes 29 de noviembre de 2013
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