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MARTA COLOMINA: No hay que ser vidente para ver lo que viene



MARTA COLOMINA, No hay que ser vidente para ver lo que viene

Nicolás Maduro está apagando
el fuego con gasolina
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Ley Maduro arrasará la propiedad privada, habrá racionamiento y pondrá presos a los opositores.

En vez de aplicar las normas a los posibles casos de haber recibido dólares a 6,30 y vendido a precios de dólar negro, optó estrepitosamente por una drástica reducción de los precios en todos los electrodomésticos y llamó a la población “a que no quede nada en los anaqueles”, orden que muchos interpretaron como permiso para saquear, tal como ocurrió en varias lugares del país.

Maduro está acorralado por las protestas sociales y la pérdida de apoyo popular, a pesar del inmoral manoseo del difunto con fines electorales, hasta decretar el 8D como “el día de la lealtad a Chávez”. La creciente y prolongada escasez de alimentos, medicinas, repuestos y otros, no es provocada por el acaparamiento de la “burguesía apátrida” -como repite Maduro- sino por la enorme disminución de las importaciones a causa de la sequía de divisas y por una inflación que no es generada por la “especulación” y la “usura” -como también dice- sino por la devaluación decretada por el propio Maduro, por su escandaloso gasto público, la misma escasez y la irresponsable emisión del BCV de gigantescos montos de dinero inorgánico. Estamos sin divisas y fuertemente endeudados, a pesar de que en los últimos 14 años han ingresado al país más de un millón de millones de dólares que el régimen ha dilapidado en corrupción, equipos bélicos innecesarios, regalos a sus compinches externos, burocracia clientelar y otros costosos populismos. El economista García Banchs sostiene que el camino de Maduro conducirá a “una estatización de las importaciones que solo traerá un desborde de la escasez y un efecto devastador en la oferta de bienes”. La banca HSBC considera que tal política “exacerbará la inflación” y añade que “el empleo de militares para ocupar comercios son medidas desesperadas”. Opinión similar expresan analistas de riesgo y otros voceros internacionales.

No hay que ser videntes para suponer que si la canasta básica está hoy en Bs. 14.446,16 y los aguinaldos serán devorados por la inflación y las escasas compras navideñas, en enero nos encontraremos con los devastadores efectos ordenados por Maduro de “nada en los anaqueles” y con nuestros bolsillos vacíos. Hasta los que el 8D hayan votado por el gobierno, en enero increparán a Maduro porque no podrán comerse su televisor pantalla plana y no tendrán harina que poner en su tosti-arepa. Nicolás encarna el perfil descrito por Ortega y Gasset en “La rebelión de las masas”, a propósito de “no dejar nada en los anaqueles” cuyo desenlace será escasez e inflación insufribles, puesto que muchas de las tiendas intervenidas (y hasta saqueadas) no volverán a abrir sus puertas: “en los motines que la escasez provoca suelen las masas populares buscar pan, y el medio que emplean suele ser destruir las panaderías” decía el sabio español. Aquí no han sido “las masas populares” sino los “enchufados” que envían a subalternos a las colas para comprar electrodomésticos y otros bienes. Los videos que circulan en Internet dan fe de cómo mi- litares y policías han saqueado negocios y se llevan la mercancía robada en vehículos oficiales. Hasta pequeños comercios y abastos han sido saqueados. Abundan las abrumadoras historias de pagos a efectivos para pasar a la gente en la cola y de las extorsiones en zapaterías y otros comercios: “yo rebajé 50% en los precios de los zapatos y además tuve que regalar 100 pares a los ‘tasadores”‘, confiesa un comerciante que anuncia el cierre de su negocio, una vez rematada la mercancía.

Las oprobiosas escenas de la AN al aprobar en 2ª discusión la Habilitante con el diputado 99, mostraron el envilecimiento de los poderes públicos. No hay que ser vidente para saber que con esta ley Maduro arrasará lo que queda de la propiedad privada, impondrá la cartilla de racionamiento y pondrá presos a los opositores más combativos, como hizo Fidel en Cuba. Los venezolanos -sobre todo los que disentimos del gobierno- somos víctimas de un terrorismo de Estado nunca visto desde la dictadura de los años 50. Esta semana Diosdado anunciaba que Capriles irá a prisión mientras Maduro ordenaba la inhabilitación del diputado Cocchiola, por encabezar las encuestas como candidato a la Alcaldía de Valencia con más de 20 puntos sobre el candidato del PSUV. María Corina está en la mira y la AN está montando un expediente contra el gobernador Henri Falcón. Los medios audiovisuales son tan ferozmente censurados que les han prohibido el uso del vocablo “saqueo”.

Ante tanta barbarie, a los demócratas solo nos queda la protesta y el voto masivo del 8D para debilitar a Maduro, demostrar que somos mayoría y que no estamos dispuestos a ser una segunda Cuba.


Por: MARTA COLOMINA
Politica | Opinión
mcolomina@gmail.com
@colominaM
EL UNIVERSAL
domingo 17 de noviembre de 2013




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