El anónimo sin nacionalidad
definida y un país en llamas..
■ Sostenemos que ni el mismo personaje conoce la respuesta.
Es demasiado complicado descubrir que se esconde detrás de años de anonimato y futilidades. Una historia de ultratumba nacida en la hermana república de Colombia, en donde vivió en el barrio Carora de Cúcuta. La ciudad limítrofe lo hizo desahogarse en las dos patrias. Adentrarse en el misterio que envuelve su nacionalidad y su verdadero origen, ha levantado una polvareda entre aquellos que dudan de su nacimiento caraqueño y la multiplicidad de evidencias que se encuentran en el Departamento Norte de Santander. Allí recuerdan al niño larguirucho correr tras el balón en un sector muy humilde la ciudad. Quizás quería emular al gran ariete argentino del equipo motilón Hugo Horacio Lóndero, una verdadera fiera en la cancha que hacía delirar a los chiquillos que acudían al estadio General Santander para la época.
Las supuestas pruebas que afirman su nacimiento en Venezuela son un cúmulo de datos que caen en abierta contradicción. No concuerdan las fechas ni el registro en donde fue presentado. Inclusive en las zonas en donde aseguran vivió de niño nadie lo recuerda, como sí ocurre en Cúcuta. En donde los datos abundan, solo que ahora el gobierno vecino tiene un cerco sobre esta información impidiendo que se conozca la verdad.
Años después aparece en Cuba como cursante de estudios de formación y estrategia política en la escuela de cuadros Ñico López, de La Habana. Según compañeros de la época no era el más sobresaliente de los alumnos. Un anémico lector que pocos querían en sus equipos debido a su falta de capacidad para comprender los procesos políticos que se derivaban de la confrontación ideológica; no debatía con profundidad y sus reflexiones no poseían un contenido interesante. Todas estas carencias las contrarrestaba con una incondicionalidad absoluta al gobierno cubano. Siempre fue un admirador profundo del proceso revolucionario antillano, un idealista que estaba dispuesto a todo por transmitir las ideas de un régimen que anhelaba obtener nuestro petróleo. Al regresar a Venezuela viene con el plan de organizar a los factores de la izquierda radical para ir en pos de la constitución y la democracia representativa. Es colocado en la compañía Metro de Caracas en donde busca construir un liderazgo que no carbura debido a que siendo un sempiterno reposero su credibilidad como líder queda cuestionada en el seno de los trabajadores. Sin embargo logra conectarse con Hugo Chávez y el grupo de militares que desde los cuarteles planeaba derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez. Se insertó en el proceso conspirativo que uniría la radicalización de la calle con el grupo castrense insubordinado.
Con Hugo Chávez llega al poder. El anónimo sin nacionalidad definida asciende al templo de los elegidos revolucionarios. Se convierte en incondicional del presidente y seguro confidente de Cuba. Por ello el patriarca al enfermarse gravemente saca del sombrero de mago al acurrucado conejo. No confiaba en Diosdado Cabello y en muchos que andaban tras su cabeza. Fue el último acto del malogrado mago con un circo en llamas. Una solicitud de Raúl Castro que no podía rebatir en las cercanías de su muerte.
Han pasado varios meses de la presidencia ilegitima y el país es un caos. Nicolás Maduro le entregó nuestro futuro al imperio chino, sigue respondiendo al plan cubano de dominación, son ellos los que manejan los hilos mientras él solo es la figura decorativa que aparece en las actividades gubernamentales.
¿Quién es este señor? ¿Qué intereses representa? Son interrogantes aún por responder. Si se comprueba lo de la doble nacionalidad estaríamos en una violación flagrante de nuestra Carta Magna. No es una nimiedad pedir que esto se aclare. Volveríamos a las épocas en donde un usurpador por la fuerza o el engaño se apoderaba del poder…
Por: ALEXANDER CAMBERO
alexandercambero@hotmail.com
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EL UNIVERSAL
miércoles 6 de noviembre de 2013
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