El Gobierno dice que los
saboteadores son adecos
■ Preparan una lista Tascón sindical para disolver el sindicalismo y darle peso a los consejos de trabajadores, que son el brazo político del Gobierno.
–¿Se siente honrado de tener un presidente–obrero?
-(Carcajadas) Le queda grande ese título. Hoy los obreros están peor que ayer.
–¿Le queda grande el de sindicalista?
-Sobre todo porque dejó de serlo; bueno, realmente nunca lo fue, sino un militante de la Liga Socialista.
–¿Y el de Presidente?
-(Carcajadas) El 14A sembró muchas dudas al respecto.
–¿Qué es de la vida de la CTV?
-Ya no es la central que históricamente fue. Hoy es más franquicia que otra cosa; hay que rescatarla para los trabajadores.
–¿Y de Manuel Cova?
-Ni siquiera está desaparecido en acción.
–Y usted, que fue secretario ejecutivo de la CTV, ¿en qué acción anda?
-Pronto organizaremos jornadas nacionales de protesta.
–¿Qué hace su Movimiento Laborista por los desempleados?
-Nuestra propuesta es modificar las políticas económicas del Gobierno; por ejemplo, sustituir la economía de puertos.
–¿Encaja un profesor sindicalista en la UCAB?
-Llevándoles la realidad sindical a los muchachos.
–¿Torea la derecha al sindicalismo?
-Siempre que entienda que los trabajadores son vitales para la democracia.
–¿Otro mandatario en la historia que haya amenazado a 900.000 “camaradas” que no votaron por él?
-Sólo en fascismo.
–¿Otra lista, excluida la de Tascón?
-La de Misión Vivienda y el resto.
–¿Existe en la MUD?
-Hay una exclusión de tipo social. Sólo convocan a los partidos tradicionales (Si no me hacías esta pregunta yo te la formulaba).
–¿Se ha sentado en esa mesa?
-Nunca. Les propuse que le dieran una oportunidad al sindicalismo libre para optar por curules en la Asamblea, y nada.
–¿Y Andrés Velásquez y Alfredo Ramos?
-Bien que sean diputados, pero dejaron de ser sindicalistas.
–¿Dónde están los 2 millones de afiliados que tenía la CTV?
-Distribuidos en 7 centrales sindicales y más de 5.000 sindicatos.
–¿Cuántos del Gobierno y cuántos de la oposición?
-Difícil definir la frontera. El Ministerio del Trabajo se ha convertido en una caja negra.
Prepara una lista Tascón sindical para disolver el sindicalismo y darle peso a los consejos de trabajadores, que son el brazo político del Gobierno.
–¿Cuántos del PSUV?
-El PSUV es la Central Socialista Bolivariana de Trabajadores… Y eso que cuando Bolívar no existía el sindicalismo.
–¿Lo frívolo del sindicalismo?
-El encuentro de tanta diversidad como la socialdemocracia y el marxismo.
–¿El sindicalismo pícaro?
-El de otrora y el de ahora.
Antes hubo un sindicalista que tenía un zoológico en su casa. Ahora tienen inversiones inmobiliarias en Panamá.
–¿Lo saben los obreros?
-Sospechan, sobre todo cuando los ven en camionetas de 3 millones de bolívares.
–¿Y esa apatía?
-La democracia sindical fue desactivada. Ya no hay asambleas, sino mítines oficialistas. Antes era dictadura de los partidos sobre los sindicatos.
Ahora es del Estado-Gobierno, que los pervirtió y condicionó al caudillismo.
–¿Otro José Vargas? –No existe.
–¿El colmo de un sindicalista?
-Discutir un contrato colectivo en su casa.
–¿Cree el soberano hoy en el sindicalismo?
-No. Antes debe vencer antivalores como el ausentismo y el sicariato sindical.
–¿Lo han amenazado?
-No. Ni vendo ni trafico con empleos.
–¿El poder real del sindicalismo?
-Tener la facultad de llegar a un acuerdo con los patronos que beneficie realmente a los trabajadores.
–Pareciera que las milicias están suplantando a los trabajadores…
–No lo dudo. Hasta reparten la comida en los automercados.
–¿Se ha reunido con Wills Rangel?
-Sí, y llegamos a la conclusión de que al sindicalismo hay que refundarlo.
–¿Dependerá de ustedes la conciliación?
-Si partimos de que el sindicalismo debe ser autónomo del Gobierno, los partidos y los patronos.
–¿Están hoy más unidos los sindicatos y Fedecámaras?
-Hay una proximidad de diálogo bipartito. Peor ahora que es unipartita.
–¿Extraña la tripartita?
-¡Claro! Se demonizó. Era realmente un método de diálogo.
–¿Lo inconsistente sindical?
-La falta de perseverancia en rescatar la libertad sindical perdida.
–¿Un líder?
-Hay decenas de ellos, anónimos, luchando en las calles.
–¿Influirá el sindicalismo libre en los resultados del 8D?
-No directamente, aunque no hay salario que aguante esta inflación.
–¿Y el oficialista?
-Está muy descontento.
–¿Otro “obrero” para la Presidencia?
-Pasarán muchas lunas.
–¿Sindicalistas al poder?
-No sería mala la experiencia, como la de alcaldes sindicalistas en Francia y España.
–¿Se indignarán los obreros venezolanos?
-El país se dirige al día de la ira, a la usanza de la Primavera Árabe.
–Aparte de Sidor, ¿la próxima “rebelión en la granja”?
-Está por darse, pues no existe una lógica entre la cesta básica y el salario.
–¿Qué pasaría en Venezuela si se constituyese el sindicalismo miliciano?
-(Carcajadas) No hay oportunidad. El militarismo es obediencia condicional, y el sindicalismo es democracia y debate.
*FROILÁN BARRIOS, SINDICALISTA Y PROFESOR DE LA UCAB.
Por: JOLGUER RODRÍGUEZ COSTA
jolguerr@gmail.com
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DOMINGO 06 DE OCTUBRE DE 2013
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