La historia es reescrita por
usurpadores y mentirosos…
Hay tres fotos esta semana que dicen más que suficiente y doloroso sobre esta Venezuela de hoy: la del hombre desnudo, absolutamente desnudo en un Banco y frente al marco barato del Bolívar diseñado por el difunto que cansado de reclamar y esperar por una cuenta de ahorro, decidió llamar así la atención del ente bancario. La de la mujer viajera cuya maleta es revisada por un uniformado exhaustivamente y una última de la ministra de Defensa, Diosdado y el impugnado Maduro sosteniendo otro marco esta vez con una foto del “líder infnito”.
Son fotos que hablan de engaño, mentira barata, cursilería y una total carencia de clase, de manejos intencionados y fracasados, y una contradicción trágica.
La primera, es la desesperación ante la incapacidad y el abuso. No importa si el señor es justificado después por un deterioro mental. Es llegar, con problema o con años, de diez y ocho y lúcido, al límite mismo de su aguante – que es lo que los venezolanos sentimos ante las colas, carreras, angustias, abusos y temores frente a anaqueles vacíos de sus productos o medicinas requeridos, el pésimo servicio de organismos y entes de gobierno, los matraqueos y las humillaciones.
La segunda es el gobierno mismo. El uniformado ejerciendo una tarea exigida mientras los que exigen se burlan de leyes y funcionarios. Y somos titulares internacionales con Air France. El tráfico de dólares y drogas que nunca acaban de ser esclarecidos pero uno supone y la información no falta, qué sabe dónde , cuándo, cómo y quiénes son los verdaderos protagonistas de la trama tenebrosa. Ya Venezuela no se engaña. Sabe donde está la putrefacción de su identidad que hace al mundo desconocerla en esta imagen irrebatible que nos descalifica y ofende. Alli está la mujer aguantándose mientras su ropa interior es sacada del fondo de la maleta… y alli está el celular o la cámara que sabe lo que esa foto dice al pueblo harto de este engaño, de esta trampa que comienza por un impugnado sin aclarar su nacionalidad y viola todas las leyes mientras cacarea consignas y amenazas.
Y la tercera es una más en este montaje manoseado y morboso, servil y cursi que ya no conmueve ni asombra. La realidad es demasiado presionarte, demasiado dura. Una Asamblea Nacional que es una burla, unas Fuerzas Armadas desacreditadas, divididas, que asquean, sin conciencia de su responsabilidad histórica de servir a Venezuela; Un grupete de pillos exprimiendo los fondos públicos y soldaditos recargados de atuendos, disfrazados de historia reescrita por usurpadores y mentirosos.
El espíritu civil de Venezuela tiene que estar hoy a la altura de la necesidad y el compromiso que significa ser venezolano. Estos quince años han sido una lección terrible, demoledora.
No podemos volver a equivocarnos, es nuestro momento.
Nos han minimizado calificándonos a su antojo, nos han asustado hasta detenernos por un carro que viene detrás o una moto ensordecedora. Nos han intentado arrugar el alma. Contra el puño amenazador, la mano extendida. Pero sobre nuestras piernas, llegaremos caminando, no arrodillados, a donde tenemos que llegar. Nosotros. Si. Nosotros, Venezuela.
Por: Isa Dobles
@IsaOropeza
Politica | Opinión
Sabado 19 de Octubre del 2013
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