EL CALABOZO DE LA LIBERTAD
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, anda desesperado por tratar de encontrar al diputado 99 que le permita aprobar la Ley Habilitante solicitada por Nicolás Maduro. Como ya es sabido, el Psuv tiene 98 diputados en la AN, pero de acuerdo con las leyes venezolanas, se requiere contar con las tres quintas partes, es decir, 99 parlamentarios, para aprobar una ley que le de poderes especiales al Jefe de estado.
Cabello ha pedido la ayuda de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz quien, siempre sumisa a las órdenes del Poder Legislativo, ha iniciado un proceso judicial contra la diputada María Aranguren, representante del estado Monagas, para proceder a allanarle la inmunidad parlamentaria, tal cual como lo hicieron con Wilmer Azuaje y Richard Mardo, y de esa manera permitir la incorporación de un diputado suplente que les proporcione el voto que andan buscando.
Cabello y sus secuaces evaluaron a todos y cada uno de los 67 diputados de la MUD en la Asamblea Nacional. Por un momento les pasó por la mente la posibilidad de allanar la inmunidad parlamentaria a María Corina Machado, para incorporar como diputado principal a Ricardo Sánchez, flamante secretario general del nuevo partido Alianza para el Cambio, y quien como ya se sabe, le vendió su alma al diablo para salirse de la MUD.
Diosdado viajó a Cuba, luego a China y más recientemente a Moscú, supuestamente a buscar apoyo financiero para el gobierno de Maduro.
Pero todo parece indicar que el presidente de la Asamblea Nacional anda en otra cosa. Tengo la leve impresión de que Cabello anda buscando respaldo internacional para convencer a los principales aliados de la revolución de que muy probablemente en Venezuela se avecina una solución a corto plazo de color verde oliva.
Maduro ha solicitado una Habilitante, la quinta que pide la revolución en los últimos 14 años. La primera fue solicitada por Chávez en 1999. La segunda también la pidió el difunto comandante entre los años 2000 y 2001. La tercera la solicitó Chávez, entre 2007 y 2008. La cuarta la pidió Chávez el 17 de diciembre de 2010 y estuvo vigente hasta el mes de junio de 2012.
Con las cuatro leyes habilitantes anteriores el poder ejecutivo le arrebató las funciones del poder legislativo durante 54 meses, es decir, 4 años y medio, tiempo durante el cual fueron aprobados 215 decretos ley. Eso quiere decir, entre otras cosas, que los diputados de la Asamblea Nacional, donde la mayoría es del Psuv, entregaron sus responsabilidades al gobierno durante todo un período legislativo y a pesar de ello, estuvieron cobrando sus sueldos, comisiones, aguinaldos, prestaciones sociales y demás beneficios.
Pero eso no lo es todo: lo más grave es que las 215 leyes aprobadas durante el tiempo que le fueron otorgados poderes especiales al Presidente de la República no sirvieron absolutamente para nada.
Prueba de ello es que los problemas más urgentes del país siguen latentes y mucho más graves: inseguridad, desempleo, desabastecimiento, pésimos servicios públicos, y una inflación galopante que está a muy pocos pasos de llegar al 40% en lo que va del año 2013.
Cabello envió a uno de sus más cercanos colaboradores, maletín en mano, a ofrecer villas y castillos a los diputados opositores. Se movilizaron por todo el país, con la chequera en la mano, tratando de comprar el voto que les hace falta. Pero tal parece ser que la tarea resultó infructuosa. Ya no hay más diputados Ojeda y Núñez dispuestos a hipotecar su conciencia por una buena tajada de la torta revolucionaria.
En virtud de ello, es necesario activar el Plan B, es decir, allanar la inmunidad de María Aranguren y permitirle al suplente, un tal Carlos Flores, que se incorpore y vote a favor de la Habilitante. Claro, antes hay que convencer al camarada Flores, quien tal parece anda muy molesto con la revolución porque le invadieron unas tierras allá en Monagas y no le dieron hace mucho tiempo lo que estaba solicitando a varios entes del gobierno.
Diosdado acaba de anunciar que la Habilitante será aprobada en unas 3 semanas. Ese parece ser el tiempo solicitado por la flamante Fiscal General de la República para concluir el proceso judicial contra María Aranguren. Así trabaja la revolución. Esa es la nueva moral revolucionaria.
Así lo decretó hace mucho tiempo el propio Hugo Chávez: quien no esté conmigo, está contra mí.
Pese a todo lo anterior, sigo siendo optimista. Tengo la firme convicción de que los días de la revolución están contados. Las elecciones del venidero 8 de diciembre son una gran oportunidad para confirmarlo. Maduro y Cabello están de salida. No importa que puedan comprar la conciencia de un diputado. Este país está decidido a cambiar de rumbo. El 8 de diciembre daremos el primer gran campanazo.
Por: GUSTAVO AZÓCAR A.
elnegroazocar@gmail.com
Politica | Opinión
San Cristóbal, 11 de octubre de 2013
Tweets about “GUSTAVO AZOCAR: ¿Cuánto vale un diputado?”