EL CALABOZO DE LA LIBERTAD
Estimado Calixto:
Supongo que debes estar muy molesto con Nicolás Maduro. Esa vaina que te acaba de echar el cucuteño, al colocar tu cabeza en bandeja de plata en las fauces del imperio, para que te expulsaran de EEUU como a un perro, después que tú estabas agarrándole el gustico a la vida cotidiana en el imperio, no se le hace a un amigo.
Apreciado Calixto: por los diferentes videos y fotografías tuyas que han circulado por internet, me he dado cuenta que eres uno de los pocos revolucionarios y socialistas bolivarianos que no ocultan su agrado por la vida en el imperio.
Desde que Maduro te nombró como encargado de negocios de la embajada de Venezuela en EEUU el pasado 23 de abril tú eras el maracucho más feliz del mundo. Nada mejor que vivir en un país donde no falta papel sanitario, ni leche en polvo, ni azúcar ni harina pan, y donde uno puede comprar lo que quiera, a la hora que quiera, sin temor a que lo maten de un tiro.
He de suponer, estimado Calixto, que esa noticia, de expulsar a los diplomáticos norteamericanos, te cayó como un balde de agua fría.
Según me han contado unos amigos que viven en Maracaibo, y que te conocen muy bien, tardaste mucho tiempo en convencer al camarada Maduro para que te nombrara como encargado de negocios en EEUU.
Tuviste que sortear, entre otros, los obstáculos que pusieron algunos camaradas del ala radical del chavismo, entre ellos Darío Vivas, Freddy Bernal e Iris Varela, los principales voceros del “Yankee Go Home”, quienes son los promotores de la teoría según la cual lo mejor que puede hacer Maduro es atacar al imperio con todo el arsenal militar que tiene Venezuela, como una manera de hacer que el gobierno de Barack Obama nos respete.
Tuviste que enfrentar, igualmente, al inefable y nunca bien ponderado Roy Chaderton, quien tras 25 años de haber hecho diplomacia bajo la sombra protectora de Arístides Calvani, devino en tiempos de revolución en esa suerte de Osama Bin Laden parte dos, enemigo del imperio, a quien ahora molestan en demasía las relaciones de Venezuela con el reino del Tío Sam.
Tu, Calixto Ortega, a quien tus propios compañeros de bancada en la Asamblea Nacional, tenían como un parlamentario torpe y bonachón, te saliste con la tuya y sorprendiste al mundo entero, cuando Maduro anunció que había tomado la decisión de nombrarte encargado de negocios en EEUU como paso previo para al restablecimiento de las relaciones entre ambas naciones.
Los medios de comunicación recogieron, como un gran logro de tu gestión, la histórica reunión entre Elías Jaua y John Kerry, quienes se estrecharon las manos y posaron sonrientes frente a las cámaras el pasado 5 de junio en Guatemala. Después de ese encuentro, donde Elías Jaua lució más contento que muchachito de barrio con bicicleta nueva, todo parecía indicar que las cosas iban por muy buen camino y que tu vida en la capital del imperio estaba más que garantizada.
Pero como bien dijo Roberto Gómez Bolaños, ese extraordinario mexicano universal, tal parece, estimado Calixto, que tu no contabas con “la astucia” del Comandante Maduro, y de sus asesores cubanos, a quienes no sólo no les agrada mucho ese acercamiento con el gobierno americano, sino quienes saben muy bien que en tiempos de conflictividad social y de descontento popular, nada menor que una “mentada de madre” para el imperio.
Maduro y sus asesores cubanos, conscientes plenamente de la difícil y muy crítica situación económica y social que se vive en Venezuela, y de la posibilidad cada vez más real de una explosión social de dimensiones mayores o similares a la ocurrida el 28 de febrero de 1989, decidieron poner en marcha el denominado “Plan Ortega” el cual consistía en tensar las relaciones diplomáticas con EEUU, expulsando a diplomáticos de ese país, a quienes acusaron de “conspirar” contra el gobierno de Venezuela por haber viajado a Ciudad Guayana a una reunión con la gente de Súmate y los diferentes partidos políticos que hacen vida en esa región.
Se llama “Plan Ortega”, porque la primera cabeza que iba a rodar era la tuya, Calixto. Las “pruebas” irrefutables de la conspiración presentadas por el canciller Elías Jaua: un video que muestra a los diplomáticos norteamericanos saliendo de una casa, entrando a una camioneta y haciendo la cola para chequearse en un aeropuerto.
El gobierno de EEUU respondió como se esperaba, expulsándote a ti y a otros dos diplomáticos venezolanos. Ahora bien, Calixto: menos mal que el imperio no mostró las “pruebas” de la conspiración que llevabas a cabo en territorio norteamericano. ¿Te imaginas que hubiesen presentado un video en el cual apareces haciendo tus compras en Walmart, Macys, Wallgreen, JC Penny, y otras tantas tiendas que te gustan tanto? ¡ Qué raya mi pana!
Por: GUSTAVO AZÓCAR A.
elnegroazocar@gmail.com
Politica | Opinión
San Cristóbal, 5 de octubre de 2013
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